-¡Señorita Argentina!
-¿Angeline? -preguntó la latina confundida -¿Cómo conseguiste entrar?
-Aproveché que todos estan durmiendo para encontrar las llaves.
Luego de lo ocurrido, mientras una sirvienta vendaba la herida de Francia, Uk ordenó al resto del personal que encerraran a Argentina en su habitación bajo llave especificando que la puerta solo se abriría para llevarle comida. Dijo que no quería correr el riesgo de tener a una persona peligrosa como ella cerca de las niñas y de Francia.
Para Argentina, aunque su aislamiento evitó el dolor de tener que ver como sus hijas pasaban tiempo con la francesa también le generó más ansiedad y aumentó ese sentimiento de soledad que hace días le venía acechando. Durante el resto del día, permaneció sentada en su cama esperando que alguien fuese a verla, no le importaba quien, solamente quería que alguien fuese a su habitación ya sea Uk, sus hijas o por lo menos Angeline pero nadie vino.Las otras sirvientas incluso tuvieron la osadía de ir en contra de las órdenes de Uk y nunca le llevaron comida a su habitación. Para el final del día, Argentina se cansó de esperar y se acostó en la cama tratando de conciliar el sueño con el estómago vacío.
Pero no fue el hambre lo que impidió que durmiera plácidamente sino el dolor que le generaba el sentirse completamente sola y olvidada por su propia familia. Sin embargo, esa noche cerca de las 02:00 de la mañana, se alegró al ver que Angeline logró entrar a su habitación para verla.-Lamento venir tan tarde pero tuve que esperar a que el mayordomo se durmiera para quitarle las llaves -explicó su amiga.
-Descuida, me alegro de que estés aquí. Nadie vino a verme desde que Uk me encerró aquí.
-¿No le trajeron comida?
-No.
-¿Cómo pueden ser tan crueles con usted? -murmuró la más joven.
Angeline sacó del bolsillo de su delantal unas galletas y se las dio a su señora.
-Es lo único que pude conseguir. Como todo el mundo sabe que yo soy muy cercana a usted no han dejado de vigilarme mientras hacía mis quehaceres.
La mayor tomó las galletas y le sonrió agradecida a su amiga.
-Gracias, Angeline. No se que haría sin ti.
Angeline hizo una mueca mientras la otra mujer comía las galletas.
-Mi señora, hay algo que debo decirle...
-¿De qué se trata? -preguntó Argentina curiosa.
-Es sobre... algo que he querido decirle desde hace mucho tiempo.
-Te escucho.
La sirvienta respiró hondo unos segundos antes de hablar.
-¿Recuerda la persona que se hacía pasar por usted frente a las cámaras de seguridad, en aquellas grabaciones que el señor Uk quería usar como pruebas en su contra?
Argentina asintió.
-Yo... yo soy quien se ha hecho pasar por usted todo este tiempo.
Un silencio mortal y frío llenó la habitación mientras que la expresión de decepción y conmoción en el rostro de la argentina no se hizo de esperar.
-¿T-Tú eras... la persona que se disfrazó de mi para hacerle creer a Uk todas esas mentiras? -cuestionó con la voz temblorosa.
-Así es... -confesó Angeline con vergüenza.
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El Dolor de tu Ausencia
RomanceLa Segunda Guerra Mundial nunca terminó, sino que empeoró. El régimen nazi y la Urss conquistaron más territorios mientras que Usa, Uk y otros países aliados decidieron dejar de enviar más hombres a la guerra, excepto para defender los límites de su...