Palabras Poderosas del Poeta Pelayo. (Aliteración)

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En un rincón alejado de la ciudad, en medio de un paraje de exuberante naturaleza, se erguía una pequeña cabaña de madera. En su interior, un hombre de mirada serena y cabello alborotado, se dedicaba a la tarea de hilvanar palabras, entrelazándolas como hilo de oro en un tapiz infinito. Era en ese remoto lugar donde el poeta se sumergía en la profundidad de su ser, dejando que las musas lo inspiraran con sus caprichosas melodías.

Con la pluma entre los dedos, se paró frente al espejo y comenzó a recitar un monólogo lleno de trabalenguas, envuelto en poesía:

"Bajo la luna llena, la lechuza canta, lentamente levanta sus alas blancas, las libra, las lleva, las larga, las lasa. El sol en la aurora, alumbra las almas, alza su fulgor y desata la alborada.

En el corazón del bosque, brotan las bromas, braman las brujas, brujulean las brisas. Brotan los brotes, brotes benditos, brotes brillantes, bragas de brisa, bailarinas y bromas.

En el rincón remoto, relucen las rimas, razonan los ríos, retumban los rumbos. Las letras ligeras, las losas leves, las lasas y las losas, las losas y las losas.

¡Oh, lírica locura, laberinto lingüístico, lenguaje lúdico, luces líquidas, lírica leve!"

Después de recitar la maraña de palabras, el poeta se recostó en su silla, cerró los ojos y se sumergió en la melodía de sus propias rimas. De pronto, el viento jugueteó entre los árboles, llevando consigo sus versos y esparciéndolos por el mundo.

"En el verso vibrante, van los valles, vuelan los vientos, voces vibrantes, velas valientes, vahos veloces, vagan los versos. Valles y vientos, vientos y valles, verdes y vistos, vistiendo versos vivos.

En el sinuoso sendero, sopla el susurro, susurra el sol, salpica el silencio. Se sumergen las sombras, se esconden los suspiros, se despiertan los sueños, se sienten los susurros.

En el camino del poeta, con su pluma palpitante, puñados de palabras, pasean por puentes, planean por prados, platican por páramos. Plumajes pletóricos, plenitudes plácidas, pliegues poéticos, plasman palabras.

¡Oh, poesía perpetua, poderosa y pétrea, pulsante y pura, purificando palabras y pensamientos, pintando paraísos, perfumando pensamientos!"

El poeta concluyó su monólogo con un suspiro de satisfacción, sabiendo que sus palabras, por más enredadas que estuvieran, habían encontrado un eco en el vasto universo. Desde ese rincón de ensueño, el poeta continuó danzando entre las letras, esculpiendo versos con el aliento de su alma, como un artesano moldeando el barro más fino.

"Los trabalenguas, las metáforas y los sonetos seguirían fluyendo de su mente como un río interminable de poesía eterna."

Relatos De Una Antología-Los Cuentos Poema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora