Relatos De Una Antología-Los Cuentos Poema.

No amor, si mi vida

En lo más profundo de mi ser yace un tesoro oculto, un universo vasto y misterioso de pensamientos, anhelos y fervor. En este cosmos interno, el amor es solo un pasajero en mi historia, una estrella fugaz que ilumina brevemente mi cielo. La decisión de amar o no, de abrir mi corazón o mantenerlo cerrado, es solo mía. Es mi gloria, mi poder, mi elección soberana.

No busco en otros lo que puedo hallar en mí mismo. En la introspección, en la pasión que llevo conmigo, encuentro la fuerza y la claridad que necesito. Cada sueño que construyo con mis manos y mi mente es un reflejo de mi esencia, de mi capacidad de crear y transformar. Cada logro alcanzado, cada desafío pendiente, es una prueba de mi determinación y mi valentía.

No quiero perderme en un mar de ilusiones pasajeras, en promesas que se desvanecen con el tiempo y las quimeras. Prefiero abrazar la soledad como una compañera fiel, una amiga constante que me permite explorar mi propio ser y descubrir mi verdadero papel en este vasto teatro de la vida.

En la quietud de la noche, en la calma de mi silencio, resuena el eco de mis pensamientos, de mis anhelos más profundos. En esos momentos de introspección, encuentro la paz y la claridad que necesito para seguir mi propio camino, para forjar mi destino sin depender de amores fugaces ni de la aprobación de otros. No soy un ave en un nido, sino un espíritu libre que busca su propio horizonte.

Me sumerjo en la música de mi alma, en la poesía de mis letras, buscando respuestas en cada línea, en cada tinta que se muestra inquieta. Mi corazón late al ritmo de mis sueños y pasiones, encontrando en ellos la fuerza y la luz en medio de las oscuras visiones que a veces nublan mi mente.

No busco en el amor la salvación, ni en el romance la redención. Mi fe está en mis propias manos, en mi esencia, en mi convicción de que la verdadera felicidad reside en el amor propio. En cultivar mi interior, en alimentar mi espíritu con deseos nobles y metas elevadas.

Así que déjame caminar solo por los senderos de la vida, libre de cadenas, de ataduras, en completa armonía con mis sueños, mis anhelos, mis luchas y mis glorias. Porque en mi soledad encuentro la más pura serenidad, la más profunda victoria. En cada paso que doy, en cada decisión que tomo, celebro mi independencia y mi capacidad de ser feliz por mí mismo.

La vida es un viaje, y en este viaje, prefiero ser el capitán de mi propio barco, navegando por mares desconocidos, enfrentando tempestades y disfrutando de la calma después de la tormenta. Porque en mi soledad, en mi introspección, encuentro la verdadera esencia de mi ser, la chispa divina que me impulsa a seguir adelante, a crear, a soñar y a vivir plenamente.