Capítulo 14

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En algún lugar

Apenas se le veía detrás de aquella pirámide de documentos. Con la camisa a medio abotonar tomó un último sorbo de café, unió los puntos que había estado siguiendo por días, agrandó los ojos, y corrió a la pizarra.

Buscó el último lugar donde había estado su compañero. Anotó su nuevo descubrimiento y comparó lo que tenía. Río audiblemente.

-¡Bingo!- exclamó, mientras marcaba un número en su teléfono.

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Ya habían pasado más de veinticuatro horas y todavía seguía buscando coincidencias. Se rascó la cabeza, suspiró y se disponía a pasar la imagen ante sus ojos cuando algo llamó su atención. Aquella sonrisa, aquel lunar...
Horriblemente familiar, se dijo.

-Piensa, estúpido. ¿Qué persona conoces con esa sonrisa? La viste recientemente. ¿Quién...

Abrió los ojos como platos. No, imposible. Se negaba a aceptarlo. Tecleó en su computadora varios nombres... Maldita sea. ¿Cómo era posible? Se quedó en blanco por unos minutos hasta que dió en sí.
¿Qué estás haciendo, idiota?, se castigó.

Tomó su teléfono celular y casi se le cae del susto. Le estaba entrando una llamada. Miró la pantalla. Justo la persona con la que deseaba hablar.

-Wells, necesito que me busques una dirección.
-Ok, pero creo que eso puede esperar.- argumentó sosteniendo el teléfono contra su oreja mientras imprimía copias de las fotos.
-¿Qué encontraste, hombre?
-Yorkes, si te dijera que tengo al asesino ¿me dejas dormir por ocho horas?
-Maldición, sarnoso. ¿Quién es?
-Pasa a recogerme que la conversación es larga.

SacrificioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora