ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 8: 𝔑𝔲𝔢𝔳𝔬𝔰 𝔄𝔪𝔦𝔤𝔬𝔰

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El ruido afuera era horrible; el tocar de la puerta con salvajismo aún tenía a las personas temblando mucho y aunque ya estaban a salvo, HoSeok aún quería salir y acabar con todas esas cosas. Sin embargo, en el fondo solo tenía un nudo en la garganta y solo podía apretar el fusil en sus manos con mucha fuerza. Había perdido a dos de sus compañeros y se sentía fatal.

Habían corrido lejos de esas cosas y habían logrado entrar en una peluquería para animales.

— ¿Todos están bien? — Preguntó YoonGi a las personas y estas temblando asintieron, por lo que soltó un suspiro largo —. ¿Y tú?

— Por suerte todo en orden — Respondió el otro militar que se había encontrado sobre el autobús ayudando a YoonGi. Tenía la cara llena de sangre y el ceño fruncido por lo que acababa de pasar —. Pero... Hemos perdido a Yuta y a Sunoo...

— Malditas cosas — Gruñó YoonGi patentado una silla que encontraba en el suelo —, ¡mierda!

— Son zombies.

— ¡No me importa cómo se llamen, es lo mismo!

Luego de inspeccionar a todos, YoonGi dirigió su mirada a HoSeok, y, al verlo allá parado mirando fuera de la ventana, logró hacerlo sentir de lo peor. Sabía que el espia odiaba más que nada a esos infectados y, luego de que viera a sus compañeros transformados en esas cosas, lo había afectado de cierta manera.

— HoSeok — Llamó.

El mencionado no lo volteó a mirar y por eso tuvo que dirigirse al menor para agarrarlo del brazo y, sin pedir permiso, lo abrazó como pudo.

— No pasa nada.

HoSeok se abrazó al torso del Militar con mucha fuerza, dejando caer el fusil al suelo. Aún seguía inquieto y furioso por no poder aportar más a su equipo. Si, eran muchas de esas cosas, pero no esperaba perder a sus compañeros y menos a las personas que habían salvado. Quería exterminar a cada una de esas cosas por esa razón; que no quedara ningún signo de movimiento en los infectados y que ya nada pudiera lastimar a ninguna otra persona. Pero, contrario a lo que quería, era imposible.

Por otro lado, NamJoon y SeokJin aún se encontraban corriendo lejos de los muertos. Tenían los corazones y las respiraciones aceleradas, mientras que sus pies dolían bastante. Iban uno al lado del otro y NamJoon ya no tenía munición para poder defenderse. SeokJin portaba su Katana, pero no podía atacar a esa gran cantidad de infectados por su cuenta.

— ¡Vamos, entremos a esa casa! — Dijo NamJoon y agarró la muñeca de SeokJin para hacerlo correr mucho más rápido.

Unos cuantos pasos adelante, NamJoon abrió con rapidez la puerta de esa pequeña casa y jaló a SeokJin hasta que esté entrara. Apurado, cerró la puerta como pudo y corrió a un cajón para disponerse a arrastrarlo y ponerlo contra la puerta para impedir que los infectados la abrieran. Solo después, retrocedió un poco para escuchar como el sin número de muertos gruñían golpeando salvajemente la puerta del lugar.

Tan pronto como creyeron que estarían a salvo, se escucharon unos pasos apresurados en el segundo piso de la casa, llamando la atención de los dos mayores, en especial SeokJin, quien agarró su katana de mejor manera y se hizo frente a NamJoon para cubrirlo.

Los pasos eran tan rápidos que en segundos, SeokJin y NamJoon se estaban viendo cara a cara con un chico que los apuntaba con un rifle. Tenía el ceño fruncido y también se miraba el total pánico en su expresión. A pesar de que tenía un cubrebocas.

Sin embargo, el chico bajó el rifle y corrió escaleras abajo para apartar a los chicos y ponerle seguro a la puerta.

— ¡Tontos, un simple cajón no los va a retener! — Gritó el muchacho y los agarró a ambos de las muñecas para hacer que corran escaleras arriba.

♡𝕰𝖓𝖙𝖗𝖊 𝖊𝖑𝖑𝖔𝖘♡ | 𝔑𝔞𝔪𝔧𝔦𝔫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora