Luz de luna

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Ya había pasado una semana de aquel incidente con Peter Pettigrew y Harry Potter en el salón de desuso, Harry aún no descifraba como perdonar o siquiera soportar a Malfoy después de la prohibición de su lugar solitario, Harry necesitaba ese lugar, ahora sin razón aparente Ron y Hermione lo veían triste o simplemente perdido en sus pensamientos, no le preguntaron el porqué ya que sabían que el moreno no les diría ni una pizca de lo que le ocurría

Harry solo pensaba en cómo pudo Malfoy haber querido ayudarlo pero mandar todo a la mierda desde que llamó a los profesores, Harry no supo como los profesores llegaron ahí, ni mucho menos si habían capturado a la rata, ya que mucho antes de notar eso, él se desmayó

- Harry, ¡Harry! - llamó Hermione

- ¿Qué pasa Mione?, no tienes que gritar, estoy a tu lado - respondió Harry algo aturdido

- Pues parece que estás a 5 kilómetros lejos de mí, no me escuchas o bueno, no me pones atención - reclamó la castaña algo enojada, pues ellos se supone estaban estudiando en la biblioteca pero Harry parecía perdido en sus pensamientos

- Bien, perdón Mione - se disculpó su amigo de lentes apenado, estaba poniendo atención pero de un momento a otro dejó de escuchar todo y se sumió en sus pensamientos, que le daban respuestas a preguntas erróneas, o simplemente no le daba respuesta alguna

- Pon atención ésta vez o ya no estudiaré contigo, creo que hasta Ron pondría más atención - volvió a reclamar Hermione

- Sí, pero a tí, no al estudio - cambió de tema el moreno, su amiga se sonrojó levemente

- Ay, ya Harry, Ron está con Lavender, lo sabes bien - dijo la castaña, acomodando los libros que seguirían estudiando

- Pero tienes oportunidad, no es tan malo - dijo el de gafas

- Mejor sigamos estudiando, si no Snape nos reprobará en el exámen - concluyó la castaña, haciendo que su amigo y ella siguieran estudiando

Ya era hora de la cena, ésta vez Harry se saltó la cena, fué directo a su sala común, quería estar solo, sus amigos sabían y no lo molestaron, Harry desde la ventana de su habitación admiraba la luna, esa noche tenía un brillo peculiar, con un esplendor hermoso, Harry pensó que aquella luz iluminaba más que el sol, podía pasar toda la noche viéndola, admirandola, pero algo o más bien alguien le tapó la vista, al parecer esa persona volaba su escoba, admirando también el hermoso brillo de esa noche, Harry solo apartó la mirada, pero cuando la luz de la luna le volvió a iluminar la cara volteó, y ahí fué, se enamoró de aquella persona que admiraba tanto la luna como él lo hacía, solo logró ver que los ojos de aquella persona brillaban igual o aún más que la luna

- Harry, ¿amigo, no tienes hambre? - interrumpió Ron, sacando a Harry de sus pensamientos

- No Ron, gracias, creo que tengo ahí unas galletas de los gemelos - contestó Harry, volteando la mirada a su amigo pelirrojo, dejando aquella silueta de ojos grises como la luz de la luna irse

- Oh vamos, tienes que comer amigo, ¿desde hace cuando no comes bien? - preguntó Ron, acercándose con algo que había traído del Gran Comedor

- No lo sé, ¿desde nunca?, me lleno rápido Ron, no hacía falta escabullir comida - Harry se levantó de donde estaba y se fué a su baúl, enfrente de su cama, sacando unas pocas galletas

- Vamos, come, aún que sea un poco, solo unas cuantas mordidas, y ya no molestaré - suplicó Ron, preocupado por su amigo, el pelirrojo había notado que Harry estaba más distante y se alimentaba menos de lo normal

- Bien, déjalo ahí, ya lo comeré ahora - dijo Harry, intentando convencer a su amigo de irse de nuevo al Gran Comedor

- Bien - aceptó Ron, dejando la comida en un pequeño escritorio junto a la cama de Harry, al salir Ron, Harry volvió a la ventana, lamentablemente aquella silueta se había esfumado

Harry solo volvió hacía su cama algo decepcionado y curioso por saber quién era aquella persona que amaba la luna tanto como él, empezó a comer un poco de lo que Ron le había traído, se tumbó en su cama y se quedó pensando nuevamente

Al llegar sus amigos, Harry ya momentos antes se había alistado para dormir, y Hermione y Ron encontraron a un Harry dormido y un plato casi vacío en su escritorio, éstos también se alistaron para dormir y cada quién se fué a su habitación correspondiente para dormir

A la mañana siguiente, Harry estaba caminando por uno de los pasillos, sumido en sus pensamientos, sus amigos no iban con él ya que ellos estaban en sus asuntos, él se dirigía al patio del castillo

- Pero miren a quién tenemos acá... - dijo una voz burlona detrás de él

- ¿Qué quieres Malfoy? - respondió de manera fría e indiferente

- Solo, quiero hablar contigo, ¿o es que no puedes? - volvió a decir Draco con voz burlona

- Dilo - Harry lo miró fríamente, esperaba que Draco saliera con una de sus bromas

- Pues, quería pedirte una disculpa diminuta por lo de tu saloncito, ¿contento? - dijo Draco, se le notaba algo apenado pero mucho más orgulloso y algo egocéntrico, pues al final había salvado al niño que vivió

- Trágate tus disculpas Malfoy, ya ésta hecho, ¿o acaso lo quieres cambiar y por eso te disculpas? - dijo Harry ésta vez algo burlón, lo cual Draco nunca se esperó

- Tal vez, pero no creo que mi padre quiera hacer algo por tí Potter, así que lástima, te quedarás sin tu saloncito, por ahora - respondió Draco, esta vez dándole la espalda a Harry, yéndose junto con sus amigos

Harry hizo lo mismo, ahora sí yendo hacía el patio, Hermione y Ron llegaron un poco después

- Harry - llamó Hermione con una sonrisa amable

- Hola Mione y Ron - dijo Harry viendo hacía donde se acercaban sus amigos, Harry estaba estudiando en el tronco de un árbol

- ¿Estudiando para los exámenes? - preguntó Ron, viendo los libros que Harry leía

- Sí Ron, lo que deberías hacer - regañó Hermione

- Chicos - llamó Harry - ayer ví... a una persona en su escoba - dijo Harry viendo hacía el cielo recordando los hermosos ojos que había visto la noche anterior

- Pues sí, ayer tuvimos clase de vuelo de escoba - dijo Ron, explicando lo obvio desde su perspectiva

- No, me refiero en la noche, cuando observaba la luna, una silueta se atravesó... y luego volteó a verme o eso pareció, sus ojos brillaban igual que la luz de la luna - dijo Harry con un brillo en los ojos, ésta vez viendo hacía uno de sus libros que estaban frente a él

- Vaya Harry, no creí escucharte hablar así, ¿era chica o chico? - dijo Hermione, interesándose en lo que su amigo decía con ilusión

- No lo sé Mione, solo ví sus ojos, no me fijé en nada más, y estaba algo oscuro como para ver bien la silueta de su cuerpo - respondió Harry

- Bien amigo, ¿estás enamorado de unos ojos grises que brillan como la luz de la luna pero no sabes a quién le pertenecen?, que gran conclusión - se burló Ron, Hermione le dió un pequeño golpe en el hombro reclamándole

- Sí, creo si - respondió Harry, volviendo a su estudio

Harry en realidad no siguió estudiando solo veía las letras conforme avanzaba de hoja, no estaba leyendo realmente, solo pensaba en esos hermosos ojos, y entonces pensó que, no importaría si el dueño de aquellos ojos hermosos fuera una chica o un chico, sabría que seguiría amando sus ojos como la noche anterior, la primera vez que los vió

Mis ambiciones se resumen en tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora