Cambios

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Ese día todo se sentía extrañamente raro, Harry se sentía fuera de sí, como su en cada momento del día él no estuviera en su cuerpo, si no, sentado en una silla, a millas de distancia, totalmente solo, ¿lo extraño?; todos parecían notarlo, incluso las personas que Harry consideraba que tenían un denigrante carácter, empezando por; claro, Malfoy, y, terminando por Salazar Slytherin, aún si éste último ya no seguía con vida.

Harry se saltó la cena, no fué a su salón, en cambio antes de empezar a dirigirse allí, la sala de Menesteres apareció enfrente suyo, Harry simplemente entró, al entrar notó cómo ésta estaba raramente equipada como una casa pequeña pero solitaria, un lugar para estar a solas, Harry sonrió y solo se acomodó en aquella linda y algo muy espaciosa sala, al acomodarse en el sillón de un color rojo carmín quedó totalmente dormido.

Al poco rato, Harry sintió un singular calor posarse a un lado suyo, abrió los ojos con cautela y solo bufó después de haberlo hecho.

- Debe ser una broma. - dijo el moreno cubriéndose la cara con ambas manos.

- No es una broma idiota, ¿por qué estás acá?. - preguntó aún atento el rubio a cualquier movimiento del moreno que aún seguía acostado en aquel salón.

- Quería estar solo, resulta que nunca puedo estarlo, vete. - respondió sin más el moreno, ya había retirado sus manos de su cara y en cambio había cruzado sus brazos y cerrado los ojos, para evitar ver al menor de los Malfoy que, a Harry ya le parecía acosador, ¿cómo lograba encontrarlo siempre?.

- Tú vete, ya estuviste acá, yo apenas llegué. - dijo Draco, viendo como Harry solo fruncía el ceño y suspiraba pesadamente.

- No me iré, tú vete, no quiero hablar con nadie y mis amigos conocen mi salón. - respondió Harry frustrado.

- Bien, pero si no te quitas juro que te aplastaré. - Draco pareció ceder a que ninguno se fuera, aún si esa propuesta no estaba prevista.

- Vete a la cama idiota, yo dormiré acá. - Harry se volteó, dándole la espalda al rubio.

Draco sólo frunció el seño y se volteó, dispuesto a sentarse en las piernas estiradas del moreno para hacer que se levantase de aquel sillón.

- ¿¡Qué te pasa imbécil!?, ¡quítate, si pesas!. - reclamó el moreno al sentir la presión del peso de Draco sobre sus piernas, volteando a ver a Draco.

- Dije que te levantaras, ¿o acaso estás tan sordo que ni me escuchaste?. - respondió Draco de forma tranquila.

- Eres un idiota. - respondió Harry volviendo a acomodar el resto de su cuerpo como antes, ignorando completamente al rubio.

Draco sólo se acomodó aún sobre las piernas de Harry a lo cuál éste protestó adolorido, el rubio invocó un pergamino e hizo lo que el moreno suponía era tarea.

- ¿Por qué te has saltado la cena?. - preguntó repentinamente el moreno con un tono de dolor en su voz.

- No te incumbe. - dijo Draco serio, dando a entender que no respondería a aquella pregunta.

- ¿Podrías tenerme piedad por Merlín y, quitarte de encima?. - Jadeó adolorido el moreno.

- Si te sentaras como una persona normal en los sillones ésto no habría pasado, afronta lo que causaste. - dijo el rubio, aún atento a su pergamino.

- Vaya, aparte de imbécil, arrogante, ¿con cuánto amor te criaron?. - soltó Harry en tono de burla.

- Con mucho más del que les faltó a tus padres para protegerte, al menos en sus términos. - respondió de igual forma Draco.

- Bien, si que eres un completo idiota. - Harry zafó sus piernas de forma brusca y se levantó sin voltear a ver a Draco, simplemente se dirigió a donde se suponía debía estar la puerta.

- ¿Ahora huyes?, que cobarde, ya ni juegos de palabras aguantas. - burló Draco, mientras se acomodaba de nuevo en el sillón, ya que al pararse el moreno de forma tan brusca casi lograba tirar a Draco del sillón.

- Cállate imbécil, desea tú también que quieres irte, si uno está en desacuerdo la sala no cederá a dejar salir a ninguno. - dijo Harry, distante y seco.

- Oblígame. - Draco mantuvo su papel de arrogancia aún si el moreno parecía venir a toda velocidad hacía su dirección con varita en mano.

Harry tomó del cuello al rubio, haciendo que éste soltara su varita y pergamino, el rubio volteó su mirada hacía el moreno.

- ¿Ésto para tí, es obligarme?. - bufó Draco con dificultad, pues el agarre de Harry se hizo más fuerte, dejándolo sin aire poco a poco.

- Sí, si no lo deseas, o te desmayas o mueres acá. - Harry parecía perdido en sí mismo, el rubio ya no estaba seguro si Harry en verdad llegaría a matarlo.

- Bien... al final, resultaste ser... igual que Voldemort. - Draco cada vez hablaba con más dificultad, pues su respiración iba disminuyendo.

Harry lo soltó sin más, haciendo que Draco cayera a un lado del sillón, jadeante y con necesidad de recuperar el aire perdido mientras acariciaba su cuello tratando de calmar el dolor punzante que el agarre de Harry había causado.

- No te atrevas a mencionarlo, no después de que ese imbécil casi mató a Cedric. - Harry le había dado la espalda, su voz se escuchaba aún más fría y ronca, Draco no pudo evitar sentir escalofríos ante el tono, solo siguió sobando su cuello con delicadeza mientras levantaba su pergamino y varita, totalmente en silencio.

- ¿Qué pensarás hacer con él?. - preguntó Draco cauteloso, temeroso de que el moreno volviera a atacarlo.

- Matarlo, si él no muere, yo tendré que morir. - Harry parecía hablar más en serio que nunca.

- ¿Y cómo planeas hacer eso exactamente?, ni siquiera sabes dónde está. - dijo Draco con burla, dejando de lado los sentimientos absurdos como el miedo de lado.

- Tú me lo dirás. - Harry volvió hacía donde estaba Draco, fulminandolo con su mirada verde de pies a cabeza, a Draco le recorrió un escalofrío y se sintió expuesto y vulnerable.

- ¿En serio crees que yo haré eso?, búscate a otro idiota que si lo haga, como por ejemplo... tu amiguito Weasley. - burló Draco, sabía perfectamente como ocultar el temor que sentía, y más frente al llamado el elegido y salvador del mundo mágico.

- Buscaría a Ron para preguntarle, pero para tu mala suerte el no es un sucio mortífago. - respondió Harry, recalcando el nombre de su amigo para dejarle en claro al rubio de que tuviera cuidado del cómo hablaba de sus amigos.

- Eres despreciable, ya entiendo porqué hay personas que no te quieren cerca. - el rubio solo habló sin pensar, ¿por qué había dicho eso?, sí, pensaba que Potter era despreciable, ¿pero para qué decirlo si ya estaba más que claro?.

- Si tan despreciable soy, ¿por qué te me acercas molestándome?, eres un imbécil. - Harry se alejó de nuevo de Draco, ésta vez notó como la puerta se abría, dejando que ambos salieran.

Harry solo salió sin voltear a ver si Draco también salía detrás de él, simplemente siguió su camino hacia su sala común y no dió ni una mirada, ni un paso y mucho menos un pensamiento hacía ese lugar de nuevo, no podía, no quería.

Mis ambiciones se resumen en tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora