- ¿Y entonces por qué mierda estuviste evitandome?, ¿sabes cuántas cosas me inventé para intentar pensar que no solo fui un chico más en tu maravillosa vida? - Harry hablaba ahora ya con la voz entrecortada, estaba desesperado por recibir una respuesta positiva, que no lo hiciera quedar más desesperado y ansioso por creer que había sido un juguete, un utensilio que solo sería usado una vez, no quería sentirse utilizando, Draco lo miró cariñosamente, acariciándole la mejilla, haciendo que la mirada verde del moreno volteara hacía él.
- Te estuve evitando por Snape, se enteró, me prohibió verte, ahora mismo yo no debería estar acá, no creo que él sepa que nos vimos, pero no puedo permitirle controlarme, no si se trata de tí, cararajada. - respondió con total sinceridad el rubio, pues no esperaba más que ser perdonado, no quería dejar ir a Harry, no ahora, no después de haberse proclamado suyos entre sí.
- El profesor Snape... ¿se enteró?, ¿cómo? - Harry preguntó preocupado, pues sabía lo mucho que llegaría a atormentar a Draco si alguien, en especial de su familia se enteraba de aquello que había sucedido entre ambos, pues, eso ponía en juego su reputación, su imágen y su puesto como Malfoy, podría poner en riesgo el estatus social de los Malfoy, aunque no sean muy venerados, eran reconocidos y hablados en bocas de todo tipo de magos.
- Al parecer, mi padrino, percibe mi magia de alguna manera, lo cuál lo llevó a la habitación... ahí, pues digamos que escuchó la mayor parte de todo lo que pasó, pero ya no hay problema, siempre podré estar contigo, claro, si me escapo por unos minutos. - dijo Draco tratando de calmar la preocupación de Harry, pues nadie más se había enterado y, Snape le había prometido que no diría nada a sus padres con tal de que Draco no estuviera en más peligro del que ya estaba expuesto al juntarse con Harry, el chico al cual, el señor tenebroso buscaba desde su intento de asesinato contra el chico hace años.
- ¿Estaremos bien con que tu padrino, digo, el profesor Snape lo sepa?, ¿él está bien con eso?, es que, no lo creo. - Dijo Harry acariciando su sien, pues era difícil de asimilar, que el profesor que más lo odiaba sólo por ser el niño que vivió, ahora estuviera de acuerdo con que mantener una relación con Draco sería correcto, lo veía simplemente irreal, era extraño, pero por fin, después de años de estar con los Dursley, y, después de llegar a Hogwarts, un sentimiento de felicidad y acogida, lo llenaban por completo, haciendo acelerar su corazón de felicidad.
- Sí, estaremos bien Harry, lo prometo, si algo pasa, no dudaré en quedarme a tu lado para asegurarme de que estés bien siempre. - le aseguró con calma y cariño el rubio, acercando a Harry hacía él, dándole un beso suave y cariñoso.
- Te quiero, lentecitos - dijo Draco, separándose de Harry, el rubio se levantó, mientras Harry lo miraba alegre y cariñoso, Draco tomó las cosas que había traído, subió a su escoba y salió volando por aquella ventana peculiar, Harry solo sonrió y se tiró en su cama, viendo el hermoso león que adornaba cada techo de la sala común de Gryffindor.
Al día siguiente, Harry iba con sus amigos hacía la biblioteca, pues tenían trabajo de transformaciones y, tenían que buscar información sobre brujos y brujas que fueron grandes animagos, una tarea tediosa, pero ciertamente entretenida, apenas eran las doce del día, y el trío de oro ya estaba investigando entre tantos libros que había.
- ¡Que fastidio!, ya no quiero seguir investigando entre tanto dichoso libro, ¡no hemos encontrado nada importante! - Ron estaba desesperado, tantas letras entre páginas amarillentas lo tenían mareado.
- Deja de quejarte Ron, sólo has leído un libro, ¡y aún no encuentras nada!, Harry y yo hemos encontrado varios animagos, ¡mientras tú, sólo te haces el menso con el primer libro que agarraste desde hace horas! - reclamó Hermione, ya estaba harta de las quejas de Ron, pues era verdad, toda la información que llevaban era sólo gracias a Harry y a la castaña, Ron apenas y había logrado pasar 10 páginas de aquel libro.
- Pues perdón Mione, ¡no a todos nos entretienen éste tipo de cosas, éste libro ni siquiera es de animagos!, estuve como idiota buscando en donde no... - Ron dijo ésto último en forma de queja y algo desanimado, pues se la había estado pasando leyendo 15 páginas de un libro enorme que resultó, no ser el que buscaba.
Harry soltó una pequeña risa al ver la mala suerte de su amigo, mientras que Hermione solo los veía con desaprobación, esperando acabar pronto, pues la profesora Mcgonagall, les había dicho que en toda la biblioteca solo había unos cuantos pocos libros sobre transformaciones, y había menos que hablaran sobre animagos, así que estaba claro que acabarían pronto con aquella tediosa tarea.- Ese fue el último libro, ¡por fin! - mencionó Harry emocionado, yéndose de ahí apenas terminó de acomodar los libros que él había ocupado, dejando solos a sus amigos, con una expresión de molestia en la cara por ver como los dejaba ahí sin más.
- Vaya, desde que el niñito rico Malfoy está detrás de Harry, Harry se ha vuelto distinto, ¿no crees Mione? - decía Ron mientras acomodaba algunos libros en los estantes q correspondían.
- Sí... bueno, pues vamos a comer, ¿no? - la castaña se desvío del tema abruptamente, esperando a Ron para que ambos salieran de ahí juntos, pues suficiente tenían con que Harry se alejara, no les molestaba, pues sabían bien que Harry la estaba pasando bien, pero les hería saber que el moreno se estaba alejando demasiado de ellos y, más por que esperaban que Harry pasara esa noche con ellos, pues habían quedado en hacer una noche de cuentos de terror, lo cuál entristeció a la castaña, pues Harry solía contarle todo y pasar mucho tiempo con ella.
Harry, al llegar al salón de Draco, tocó tres veces como solía hacer para que ambos supieran que era el otro, al oír que el rubio le permitió entrar, Harry entró y vió que Draco estaba en lo que parecía ser un pequeño baño, lavandose la cara, al acabar fué directo hacía el moreno, sentándose a su lado en aquel pequeño sillón que la última vez había colocado, sosteniendo la mano de Harry y dándole un pequeño beso en la muñeca, el moreno solo se sonrojó y empezó a observar su al rededor, dándose cuenta de lo mucho que los gustos en decoración de él y Draco, variaban, sonriendo inconscientemente en el acto.
- ¿Te gusta?, digno de un Slytherin, ¿no? - dijo Draco con orgullo, viendo como Harry observaba con detalle los colores verdes oscuro con tonos negros que creaban vistas alucinantes, hacían ver a las serpientes majestuosas, y aunque lo eran, muchos les temían por los actos atroces que podían cometer en el reino animal, pero realmente eran bellísimas y dignas de veneración.
- Son increíbles, seguiré temiendo a que una serpiente me muerda o ataque, pero debo admitir que esos detalles las hacen majestuosas. - mencionó Harry con admiración, pues aunque su casa tenía a un León, nunca lo consideró de tal forma majestuosa, si no, simplemente como un animal excepcional y muy grande, pero las serpientes eran todo lo contrario, lo cual le hizo tener más admiración a ellas.
- Sí, supongo que son así, pero no demasiado como tú. - comentó Draco con picardía, besando la mandíbula del moreno, bajando poco a poco a su cuello.
- Draco... espera, primero los hechizos, ten en cuenta nuestro acuerdo, por favor. - Harry volteó a verlo, suplicante, pues no quería que gracias a que no tuvieran cuidado, alguien más, claro aparte de Snape, se enterara, simplemente querían tomar precauciones.
- Bien, lentecitos, ahora mismo los pongo. - dijo Draco sosteniendo su varita mientras mencionaba los hechizos que habían quedado que pondrían por cuidar la imagen pública y reputación de ambos jóvenes.
Ninguno quería volver a cometer el error de aquella vez en la cual les tomaron una fotografía, pues está vez, el mundo mágico tendría mucho de que hablar si se llegara a publicar una foto de ambos seres más reconocidos y poderosos en cuestiones públicas del mundo mágico, en especial, si era un fotografía de un momento íntimo entre ambos chicos.──────୨୧──────
¡Hola!, perdón por apenas publicar este capítulo, sé que probablemente lo estubieron deseando, espero les guste e intentaré subir capítulos más seguido, ¡gracias por leer mi historia y votar!, espero la sigan disfrutando y mi escritura no los decepcione, ¡estaré leyendo cualquier sugerencia, hasta luego! 😸
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Mis ambiciones se resumen en tí
FanfictionDraco Malfoy cursaba el 4to año en Hogwarts, Draco no esperaba la gran vuelta de 360 grados que su vida daría al notar que sus ambiciones se resumían en la persona que él menos esperaba, Harry Potter, aquel niño ojiverde que el rubio disfrutaba mole...