CAPITULO 18

647 33 45
                                    

- ahí? - preguntó Emilia después de que su hermanastro le haya explicado como se tenía que poner

- no agaches la cabeza - ubicándose atrás de ella - baja los hombros - posicionando sus manos en ellos - ahí esta - dijo al terminar de ayudarla a mejorar su posición - ahora tira derechazo




Todavía no le estaba pegando a la bolsa, practicaba en el aire como para darse una idea y no lastimarse.




- no sos superman - soltó en una carcajada - tíralo mas al medio, no tan enfrente - volvió a corregirla




Emilia trató de hacerlo mejor, pero no pudo, así que Mateo volvió a ponerse detrás de ella para ayudarla manejando sus brazos, o quizás si lo había echo bien a la primera, y solo era una excusa para acercarse.

Era imposible concentrarse con tanto tacto, la espalda de ella chocaba con el abdomen de el, y aunque la remera de la chica impedía el cruce de pieles, la tensión se sentía igual.

Emi giró un poco su cabeza provocando que su cara quede aún mas cerca de la de Mateo, la mirada de ella bajó a sus labios, nadie sabe como hizo para contenerse las ganas; el chico se quería correr, pero había algo mas fuerte que el que se lo impedía, y al sentir chocar sus respiraciones eran cada vez más inevitables las ganas de besarla.

Escucharon el ruido de la puerta principal, inmediatamente el se alejó.




- ponete los guantes - habló tratando de ignorar todo lo que había sentido hace un momento

- holaaaa - saludó Juliana acercándose

- hola - devolvieron el saludo los dos casi a coro

- la pusiste a entrenar, que milagro! - se sumó Gabriel también acercándose





Los adultos saludaron con un beso a los menores.





- qui miligri - responde Emilia haciéndole burla, todos sé rieron

- no quizo correr la vaga - agregó Mateo - pero la próxima no zafa

- si la haces correr te regalo un kilo de helado - aposto el papá de la chica

- dale - sonríe dándole la mano - anda comprándolo

- no nene no te confíes, no pienso correr ni media cuadra - se sumó Emilia

- ves - soltó Gabriel en una carcajada

- comieron algo? - preguntó la mujer después de un leve silencio, los adolescentes se negaron - no piensan cocinarse nunca? miren que falta para que vuelva Renato

- nos levantamos tarde, por eso - respondió Emilia seria




Los adultos fueron a cocinar mientras los adolescentes siguieron entrenando, a la chica le salió muy bien la técnica y aprendió bastante rápido. Cuando la comida estaba lista comieron y después cada uno se fue a su habitación a dormir la siesta.

Claramente Emilia no se pudo dormir, no se había levantado hace mucho tiempo y además no dejaba de pensar en Mateo. En su cabeza no se paraba de reproducir el recordatorio de que entre ellos no puede pasar nada, se acordaba como se había sentido la noche anterior después de hablar con Renato y confirmaba que no quería que se repita nunca más, pero si recordaba como se había sentido un rato antes de la llamada, se quedaría en ese momento para siempre.

En un momento de impulsividad se paró de la cama y fue hasta la puerta de enfrente de su habitación, a la pieza de su hermanastro, golpeó la puerta pero no obtuvo respuesta, supuso que ya se había dormido así que casi se rinde, pero después de pensarlo otros dos segundos optó por mandarse de una.

El chico no estaba, Emilia soltó un suspiro, se había animado a ir hasta ahí y no lo encontró, capaz era una señal de que no se tendría que haber animado a nada. Quizo pegar media vuelta e irse, pero la interrumpió el ruido de la otra puerta de la pieza, la que da al baño, miró para encontrarse con Mateo, recién salido de bañarse, con los rulos mojados y la toalla atada en la cintura, se quedó tildada en esa imagen unos segundos, pero después reaccionó.




- que haces acá? - preguntó el chico confundido

- no se - respondió Emi también confundida

- *suelta una carcajada* como no se? - caminando hacia ropero

- te quería decir algo pero mejor no, te dejo así te cambias - queriendo cerrar la puerta

- no, decime - habló antes de que ella la cierra por completo




Soltó un suspiro y volvió a abrirla, quería contenerse pero verlo así en toalla se lo impedía mucho, así que por un momento tomó coraje y borró a Renato de su cabeza, entró a la pieza cerrando la puerta, y caminó hacia el chico para besarlo. Esta vez Mateo si se lo esperaba, sabía que había ido a buscarlo para algo, y se le notaba que ella tenía las mismas ganas que el, también quizo borrarse a su hermano de la cabeza y disfrutar del beso, pero no pudo, así que la alejó.




- no - soltó en un suspiro - estas con mi hermano Emilia, no le puedo hacer esto

- ya se - se alejó también soltando un suspiro - pero que se yo, cuando se fue quedamos con que cada uno hacía la suya

-  Renato accedió a eso? - preguntó alzando las cejas

- *asiente con la cabeza* ninguno de los dos quería ser cornudo se ve

- el no te va a cagar

- *alza los hombros* le dije que vaya a disfrutar, este con quien este, no me estaría cagando

- y vos estuviste con otro?

- *niega con la cabeza* ni pensaba estarlo, pero es que no se que me pasa - pasando sus manos por su cara - un rato me siento una mierda y al otro no me importa nada

- no sabía que habían quedado en eso, técnicamente están separados - se notaba que había una leve ilusión en su forma de hablar

- *alza los hombros* si que se yo, pero no cambia nada, sos el hermano, no puedo ser así

- *asiente con la cabeza soltando un suspiro* hagamos como que no existimos, porque si nos tenemos cerca ninguno se aguanta las ganas





La chica agachó la cabeza por unos segundos, sabía que se le iba a hacer imposible hacer como si no existiera, pero era lo mejor que podían hacer, Renato no se merecía eso.

BIEN O MALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora