CAPITULO 19

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Otra vez fin de semana, otra vez Emilia se había instalado durante toda la semana en la casa de Lucia para no cruzarse a Mateo, aunque ni así pudo sacárselo de la cabeza. No le daban ni ganas de hablar con Renato, sentía mucha culpa, no lo podía mirar a los ojos, así que siempre que pudo le esquivo las videollamadas.

Por otro lado estaba Mateo, no hubo un día en el que no haya tenido una pelea con el mismo en su cabeza, se castigaba mucho por no dejar de pensar en la novia de su hermano, se descargaba mucho boxeando, o fumando, o trataba de juntarse con sus amigos para despabilarse, aunque siempre que intentaba apoyar la cabeza en la almohada la imagen de Emilia se le venía inevitablemente a la mente y las ganas de llamarla o ir a buscarla lo consumían, pero nunca le dieron los huevos.

Lamentablemente, el protagonista cuando esta en este estado de agobio, lo que mejor le sale hacer, es mandarse cagadas.






- chauuu amiga, nos vemos esta noche - saludó Emi a Lucia bajándose del auto





Luci la había llevado hasta la casa porque tenía que buscarse ropa para salir, había decidido quedarse ahí esa tarde, porque su amiga se iba a merendar con un amigo, y no podía estar siempre metida en el medio.

Para su sorpresa mientras se iba acercando pudo ver la puerta de la casa abierta, le pareció raro pero prefirió no preocuparse, pero a medida que avanzaba le daba cada vez mas miedo entrar, ya se había imaginado ver toda la casa desvalijada y con hombres queriendo amenazarla, pero se sorprendió y se asustó más aún al no ser lo que ella se había imaginado.





- Mateo! - dijo sorprendida al verlo tirado en el piso lleno de sangre




Estaba despierto por suerte, apoyado en el ventanal que da al patio, con su mano en el abdomen, del cual no paraba de salir ese líquido rojo que a la chica le causaba tanta impresión.





- que te pasó? que hiciste? que te hicieron? - lo llenó de preguntas arrodillándose al lado de el

- estoy bien - respondió queriendo hacerse el fuerte, pero estaba hecho mierda

- estoy bien mas bolas, me podes decir que carajo pasó?




El chico no respondió, a Emilia no le quedó otra que levantarle la remera y verlo por si sola, tenía tajo como de una apuñalada, ni ella sabe como hizo para no desmayarse al ver tanta sangre, tenía bien en claro que tenía que mantenerse fuerte para ayudarlo.




- estás perdiendo mucha sangre Mateo - habló preocupada al borde de las lágrimas


- estoy bien - repitió - ayudame a limpiar antes de que llegue mi vieja

- limpiar que flaco!? tenes que ir al hospital

- *chista la lengua* que hospital Emilia, ayudame a limpiar




Quizo correrse pero estaba demasiado débil, no pudo, haciendo que la chica vuelva a insistir en llevarlo al hospital, pero el se volvió a negar, y al saber que iba a ser imposible moverlo por si sola, se las tuvo que ingeniar para ayudarlo desde ahí.

Se paró y fue casi corriendo a buscar el maletín de primeros auxilios, le sacó la remera al chico para ubicársela en la herida queriendo impedir que esta siga sangrando tanto, para reforzar mas se sacó la de ella también, quedándose en corpiño, pero estaba tan concentrada en no desmayarse de la impresión y en que no se le muera Mateo, que nisiquiera se preocupó por eso.





- respira y apretame si necesitas - dijo antes de echarle alcohol en la herida




El chico soltó un gemido de dolor y le apretó con fuerza la pierna, pero ella ni lo sintió, tenía mucha adrenalina en el cuerpo como para andar preocupándose por eso.




- elegí, o te desangras o te coso yo

- hace lo que quieras pero rápido antes de que llegue mi vieja o tu viejo - respondió todavía con su mano en la pierna de ella

- *asiente con la cabeza* hice un curso de enfermería en Londres, no lo aprobé, pero creo que un poco se

- *suelta una carcajada como puede* no importa Emilia cosé




La chica volvió a asentir con la cabeza, y después de respirar hondo, y sacar fuerzas de quien sabe donde, empezó a hacer lo que el chico le había dicho. El se quejaba por el dolor pero trataba de soportar lo mas posible, aunque le era inevitable apretar la pierna de Emi, le salía sin pensarlo, no lo podía controlar.

Al terminar se acercó a su abdomen para cortar el hilo con la boca, no había tijera a manos, ni tiempo para ir a buscar unas; después lo vendó y subió a buscarle ropa limpia, no sin antes cambiarse ella, se había manchado toda por la sangre. Lo ayudó a ir hasta el sillón y después se puso a limpiar todo lo que quedaba, se encargó de no dejar ningún rastro de lo que había pasado y al terminar se fue a sentar al sillón al lado del chico.





- *suelta un suspiro* ahora que estas bien me puedo desmayar?

- *suelta una carcajada* te la re bancaste

- *lo mira* no te hagas el pelotudo, me vas a contar que mierda te pasó




Se escuchó la cerradura de la puerta y Mateo aprovechó totalmente la interrupción para zafar de la situación, soltó una leve sonrisa victoriosa y la chica se mordió el labio pasando sus manos por su cara.




- buenasss - saludaron los adultos al ver a los adolescentes en el sillón, ellos respondieron exactamente igual

- que hacen esta noche? - preguntó Gabriel acercándose

- nada - respondió Mateo




Emi miró al chico y después a su papá, ella si tenía pensado salir con su amiga, pero no quería dejar a su hermanastro solo.





- nada - soltó después de pensarlo menos de dos segundos

- nosotros nos vamos a una cena del trabajo, se portan bien - advirtió señalándolos

- obvio - respondieron ambos al mismo tiempo

- a que hora? - preguntó la chica

- ya - respondió en una carcajada su papá - por eso Juliana se fue corriendo a la pieza - todos sé rieron

BIEN O MALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora