CAPITULO 20

637 37 53
                                    

- chau chicos, pídanse algo para comer, les dejamos plata donde siempre - avisó Juliana desde la puerta - cuídense

- dale ma - respondió Mateo, todavía no se había movido del sillón





Los adultos se despidieron y se fueron, Emilia, quien seguía al lado de su hermanastro, lo miró, esperando por fin una explicación de lo que había pasado, pero el chico iba a tratar de posponer cada vez mas ese momento.





- que pedimos? - preguntó rompiendo el silencio

- explicaciones pido - ella no se lo dejó pasar - no te hagas el pelotudo





Mateo soltó un suspiro y tiró su cabeza hacia atrás para apoyarla en el respaldar del sillón y así mirar al techo.





- si te digo que se me fue el cuchillo cortando cebolla no me crees no? - largó mirándola después de otro leve silencio


- no cocinas


- *suelta una leve carcajada y chista la lengua* tenes razón




La chica no pudo evitar sentir la necesidad de reírse, y aunque se intentó guardar la carcajada, se le escapó una leve sonrisa que no pudo esconder.





- dale Mate... - quizo insistirle


- me tenes que jurar por tu vida que no se lo decís a nadie Emilia - la interrumpió


- flaco te acabo de cocer el abdomen para que no te vea tu vieja - le recordó dejándole saber que no le iba a decir a nadie


- le debo una banda de guita a unos locos que venden merca y se están cansando de esperarme


- guita? desde cuando es un problema la plata para ustedes Mateo? devolvela


- dale, busca mi billetera y pasame el medio millón que tengo ahí guardado - respondió sarcástico


- medio millón!!!? les debes 500 mil pesos Mateo???? - el chico asintió con la cabeza - como haces deberles medio palo? como te da la nariz para tanta merca?


- *chista la lengua* no es que les debo lo que les compre, les robe y se enteraron, ahora es, o matarme, o que les de la plata, y la plata no la tengo, así que será la primer opción


- ni lo digas Mateo - parándose preocupada


- es que no me importa que me maten a mi, me da miedo que les hagan algo a ustedes?


- no te vengas a hacer el salvador valiente - habló un poco enojada - no te importa que te maten? estupido, vos te escuchas lo que estás diciendo?





El chico iba a hablar, pero ella no lo dejó.





- los 500mil los vamos a conseguir, no se como pero los vamos a conseguir - soltó un leve suspiro - vos no quieras hacer ninguna estupidez porque si no te matan ellos te mato yo


- voy a conseguir los 500mil - la corrigió - vos no te vas a meter


- ya estoy metida sabes? porque o me dejas meterme, o llamo a Juliana y le cuento todo


- *se para enojado* te estoy diciendo que no te metas Emilia


- sentate que te vas a seguir lastimando y yo no te voy a curar devuelta


- no te pedí que me cures nada


- me estas jodiendo? si yo no llegaba te iba a encontrar Juliana desangrado, esa mierda querías? - acercándose amenazante - te lo digo por última vez, o me meto, o me meto, no tenes opción, porque el chico malo conmigo no





Quedaron por unos segundos amenazandose con las miradas, sus respiraciones no llegaban a chocarse tanto, pero estaban bastante cerca y culpa de esa cercanía, Mateo no se contuvo las ganas y la besó, Emi no se negó, al contrario, se la siguió con muchas mas ganas, es que si no se adelantaba el, lo hacía ella.

La chica hizo un movimiento para que Mateo termine sentado en el sillón y ella se posó encima de el; siguieron besándose muy pasionalmente, las manos del chico paseaban por la espalda de la chica, y cada tanto bajaban a su culo para apretárselo, el le sacó la remera y después ella a el, sus respiraciones estaban agitadas, sus latidos también, el calor corporal ya les había subido a tope y el dolor en la herida del chico pasó a segundo plano, es que se notaba que se necesitaban, que sus labios se extrañaban.

Pero como ya es rutina, algo siempre los interrumpía, esta vez fue el ruido del timbre, el cual a la primera ambos ignoraron, pero a la segunda, Emilia cortó el beso para mirar hacia la puerta.




- no atiendas, son las nueve de la noche - bajando sus besos a su cuello

- no, es que debe ser Lucia - estirándose hacia un costado para agarrar su celular




Al hacer ese movimiento chocó con su pierna la herida en el abdomen de Mateo, este se quejó con un gemido de dolor poniendo su mano encima, Emi se tapó la boca con la mano.




- perdón - dijo casi inentendible por estar tapándose


- por que sería Lucia? - preguntó tratando de ignorar que le había vuelto a doler


- por que quedamos en que me buscaba y no le avise nada - mirando su celular




Definitivamente tenía que ser ella, tenía llamadas perdidas y mensajes incontables, el timbre volvió a sonar por tercera vez, y la chica llamó a su amiga para confirmar al 100% que sea ella antes de atender, estaban bastantes perseguidos después de lo qué pasó.

Cortó la llamada al confirmarlo y se paró de encima del chico, este se quejó en un suspiro y se puso la remera, ella también se puso la suya y soltó una carcajada por tener que dejar a Mateo así, pero es que no iba a dejar a su amiga afuera.




- uh perdón, interrumpo algo? - habló la chica al entrar a la casa


- *chista la lengua* no - respondió mintiendo su amiga


- me podrías contestar un mensaje - se quejó


- si perdón, no vi el celu - soltó en un suspiro - y perdón que te cancele ahora, pero Mateo esta mal, no voy a salir


- por que está mal? - preguntó




Miró al chico, quien les daba la espalda sentados en el sillón, le había jurado que no iba a decir nada, y aunque Lucia no sea Juliana, no decir nada, es no decir nada.




- vomitos y fiebre - fue lo primero que le salió decirle

- mmm te deseo suerte - respondió en una carcajada - no pasa nada, total no tenía ganas de salir

- segura?

- si amiga tranqui




La rubia se despidió de los hermanastros y se fue, Emi volvió al sillón.

BIEN O MALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora