《 11 》

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Ilenia

Luego de que le dije a ambos que pararan Adonis se fue y aunque quise ir tras el no pude porque Andy me lo impidió comenzando a gritarme y a agarrarme con fuerza del brazo y aunque intentará zafarme de su agarre no podía porque el tiene más fuerza que yo así que solo quería que mi padre o Adonis vinieran a ayudarme.

—NO DEBES DE ESTAR AQUÍ—me grito y comenzó a zarandearme por los hombros. Mi única reacción fue cerrar los ojos con fuerzas.

—es mi casa y tengo el derecho de venir—dije con firmeza.

—Eso a mí no me importa no puedes ni debes estar aquí—dice bastante enojado y comienza a tirar algunas cosas que tiene cerca.

—me da igual lo que me digas no eres mi padre para decidir que puedo a hacer—lo desafío.

—NO ME CONTESTES MOCOSA—me grita y empuja haciendo que choque con la mesa que se encontraba detrás de mí, produciendo así que algunas cosas que había en esta cayeran.

A estas alturas el miedo me comenzaba a invadir más y más al igual que las ganas de llorar por la situación de ver a mi hermano mayor acercarse a mi con cara de enojo y algo más que no logro descifrar del todo, cada vez se acerca más a mi hasta quedar cara a cara y entonces juega con un mechón de mi pelo.

Comenzaba a sentir asco hacia mi hermano y cuando menos lo esperaba la puerta principal se abrió de golpe, pero eso no hizo que Andy parara de tocar mi pelo.

—que haces—la voz imponente de Adonis hizo que Andy se detuviera y se girara a verlo—que crees que haces es tu hermana idiota—lo insulta y se acerca a mí para agarrarme del brazo y acercarme a él para así ponerme detrás suya.

—ay vamos no estaba haciendo nada —dijo con sarcasmo y superioridad.

—si claro, como te vuelvas a acercar a ella con intenciones de hacerle algo te las veras conmigo—dijo Adonis y me abraza con fuerza a el y comenzamos a caminar hacia fuera de la casa dejando a Andy solo.

—pensé que iba a...—aquella palabra no salía de mi boca y de tan solo pensar en que mi hermano sería capaz de violarme o algo parecido, las lágrimas se apoderaron de mis ojos y comencé a llorar en el pecho de mi mellizo.

—tranquila —susurra y acaricia mi pelo con delicadeza y besa mi frente—todo estará bien, no te dejare más sola sabiendo que el esta aquí en el pueblo —me promete y yo sin más asiento.

Luego de ese momento ninguno se atrevió a hablar, sin más quedamos en silencio ambos intentando calmarnos y olvidarnos de lo sucedido. Comenzamos a caminar hacia el pueblo y nos sentamos en un banco mirando la fuente, apoyo mi cabeza en el hombro de mi hermano mientras que el me abraza por los hombros.

Pasado unos minutos comenzamos a ir al lago ya que al parecer mi hermano quedó con sus amigos.

—¿a dónde fuiste cuando saliste de casa? —le pregunto y levanto la mirada para verlo, y noto como poco a poco comienza a sonrojarse y detiene su caminar.

—realmente no quería ir a ningún lado simplemente quería salir y caminando me choque con una amiga —me responde y se rasca la nuca.

—si es una amiga, ¿porque te sonrojas? —le cuestiono y alzó una ceja esperando su respuesta.

—porque....—se queda callado y se sonroja peor.

—sigo esperando a que me respondas —canturreo molestándolo y sigo caminando.

—Puede que me guste — oigo que dice a mis espaldas.

—eso me suena a que tendré cuñada muy pronto —sonrió y le molesto.

La Nueva DoncellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora