La Nueva Doncella

《 15 》

Había agarrado a Adonis por el brazo y luego descendí a su muñeca hasta que a mitad de las escaleras sentí como se tensaba por lo que me giré a verlo y lo solté mientras que bajaba un escalón para verlo más de cerca, parecía perdido y asustado.

- Adonis...-murmure a la espera de que saliera de este trance que aun no terminaba de comprender- amigo...me estas preocupando, ¿Qué sucedió antes de que llegara? -me anime a preguntarle, aunque mi voz comenzaba a quebrarse, lo cual era normal, ya que siempre fui de preocuparte por mis amigos hasta llegar a llorar si los veía sufrir.

Esa sensación de que algo comenzaba a romperse dentro de mí, siempre me sucedía con el y no era justo verlo sufrir tanto, no había noche en la que no lo viera llorar por los abusos de su hermano o por Aura como cuando estaba a su lado y ella lo hacía sentir pequeño o inseguro de si mismo. Esas noches están plasmadas en mi mente cada que lo veo angustiado y me dañaba internamente no poder sanar sus heridas o ganar una de sus batallas...solamente para aliviar su dolor, tan siquiera un poquito.

- vamos Adonis, dime algo...-mi mano la lleve hasta su hombro izquierdo y fue en ese momento en el que lentamente giro su cabeza y su mirada choco con la mía, esos ojos verdes que comenzaban a llenarse de luz, en estos momentos estaban vacíos cual barril de vino recién acabado.

- ella...-parecía que las palabras se atoraban en su garganta y no había manera de que pudiera decirlas sin que los labios o las manos le temblaran.

Decidí agarrar sus manos y terminar de subir ambos las escaleras para que al menos nadie nos escuche en el segundo piso, al estar del todo arriba estuve a nada de abrir la puerta de su habitación, pero él se apoyó en la pared a su lado y dejo caerse hasta estar sentado en el piso por lo que me puse de cuclillas frente a él y espere pacientemente a que escondiera su rostro entre sus pierna y brazos cosa que me genero más angustia.

- ¿Qué sucedió con ella? -me atreví a preguntar en un tono de voz bajo y dulce en cierto aspecto para que el no sintiera presión por hablar.

- es que...no debería ni estar mal por ella, pero...-nuevamente dejo palabras al aire y gracias al silencio que había pude escucharlo sollozar.

Mis piernas comenzaban a adormecerse al estar de cuclillas por lo que deje escapar un pequeño suspiro para luego sentarme a su lado y cruzarme de brazos en silencio mientras veía el techo en silencio dándole unos segundos de espacio y calma que sin demostrarlo también me hacían faltaporque mientras más lo veía, más preocupación sentía y luego pasaría a laimpotencia cosa que no sería bueno llegar a eso. 

- se más que nadie cuanto te cuesta expresarte y respeto el hecho de que no me estes contando que te sucede en este momento o si esa bruja te hizo algo...o bueno más bien dijo, pero tampoco quiero, ni mucho menos puedo permitirme verte así de mal...-pude sentir su mirada puesta en mí, sin embargo yo seguía viendo a un punto fijo en el techo- estabas bien la ultima vez que hablamos, incluso me atrevería a decir que más vivo...así que no dejes que unas simples palabras que están cargadas de odio te lastimen aunque bueno, se que no es fácil de cumplir lo que digo, sin embargo tampoco es imposible -ahora si baje mi vista a mis manos para luego girar mi cabeza a el que se encontraba secando aquellas lagrimas que habían caído de esos ojos que en su momento eran como dos estrellas- déjame decirte que en su momento cuando paso lo que paso con mi padre...-detuve mis palabras por unos instantes porque ese recuerdo aún seguía doliendo como si el mismo día se repitiera en un bucle constate y eso sucedía con los sentimientos negativos o las palabras hirientes que se atan a uno como si fuéramos un burro que tiene que llevar el carruaje más pesado y grande con él.

Por que esa es la realidad, arrastramos o cargamos con todo aquello que nos hace mal o lastima como un burro con un carruaje y al final del día el peso de todo termina por lastimarnos, es así como llevamos a torturarnos peor de lo que debería ser en realidad.