CAPÍTULO 10

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Mi primera semana como universitaria había pasado más rápido de lo que me hubiera podido imaginar.

Tenía uno de los mejores sitios en todas las clases, y todo gracias a Matt. Por mucho que yo madrugara para llegar la primera, él siempre llegaba antes. No tengo ni idea de cómo lo hacía, pero era así. Por suerte, habíamos congeniado muy bien y cada vez me sentía más cómoda estando con él.

Cat comenzó a ir a clase el martes, su excusa fue que necesitaba un día más de descanso. Me dejó bien claro que ni de broma se sentaría en primera fila con Matt y conmigo, y busco un sitio en la penúltima fila.

El primer día que me tocó presentarlos temí. Cat es una persona que es incapaz de mantenerse quieta y callada, y por el contrario Matt, es más tranquilo y reservado. Pero mi miedo duró bien poco, porque ambos encontraron un divertimento común, yo.

Parece ser que a ambos les encantaba meterse conmigo. A Matt le había hecho mucha gracia escuchar a Cat llamarme Ri, y desde entonces ambos me llamaban así. Creedme cuando os digo que había insistido en saber el porqué, pero solo recibía risas por su parte.

-Oye Ri –Cat llamó mi atención- había pensado que podíamos hacer algo, ya sabes, es viernes, tu primer viernes en LA.

Imagino que al decir hacer algo, no se refería a quedarse en la habitación comiendo pizza y viendo una película como llevábamos haciendo casi toda la semana.

-¿Y qué es lo que te gustaría hacer? –por cómo iba vestida tenía bastante clara su respuesta.

-Samantha da una fiesta hoy en su casa.

-¿Quién es Samantha?

-¿Enserio Ri? –Sacudió la cabeza en modo de negación –la chica que se sienta dos filas detrás de ti en fundamentos de derecho mercantil.

Sinceramente, no había prestado mucha atención a la gente de mis clases. En cambio Ri había hablado con todos o casi todos. En más de una vez quiso presentarme a algunos con la excusa de que necesitaba tener más vida social.

Negué con la cabeza.

-Cat, no me gustan las fiestas, ni beber, ni bailar... no pinto nada allí.

-Vamos Ri, no quiero ir sola, además, piensa en tu vida social.

-Social –Repetí al unísono –respecto a eso, no creo que ir a una fiesta llena de universitarios borrachos sea el mejor momento para comenzar a socializar.

-No puedo hacer nada para conseguir que vengas ¿verdad? –se dio por vencida.

-La verdad es que no, lo siento Cat.

Sentía un poco de lástima por dejarla ir sola, pero aquél no era mi ambiente. Además, echaban un nuevo episodio de "Anatomía de Grey" y no pensaba perdérmelo.

Después de unas suplicas más, salió por la puerta y por fin pude relajarme.

Me sobresalte por las voces que salían de mi ordenador. No sé en qué momento me quede dormida con un episodio puesto de fondo. Eran las tres de la mañana y Cat todavía no había vuelto. Me dijo que no la esperara despierta y no pensaba desobedecerla. Estaba a punto de volver a quedarme dormida cuándo empecé a escuchar como intentaban meter la llave en la cerradura. De pronto la puerta se abrió, pero tenía claro que no era mi compañera.

Vale, había alguien en mi habitación.

Todo seguía oscuro.

Cogí lo primero que encontré en la mesilla de noche, pero para mí mala suerte sólo encontré un libro; no podía tirarle un libro. Son como mis hijos. Así que busque con la otra mano por la cama y le tiré lo primero que encontré.

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