Dos días después de nuestra primera "reunión" con Nereo, me encontraba cómodamente hablando, mientras tomaba unos tragos, con Fiore en su despacho. El día de mi paseo matutino, me dediqué a confinarme en mi cama bebiendo hasta que caí en un sueño profundo y solo lo vi de lejos cuando decidí salir, a la mañana siguiente, para hacer los quehaceres de la casa.
Prefería bailar con resaca a coser por horas, más si se acercaba una festividad y Valentina estaba al lado.
Esa misma noche celebrábamos la fiesta de la uva y toda la casa se sumía en un caso por los preparativos. Los hombres montaban el jardín para la cena y el baile, las mujeres cocinaban y preparaban los arreglos florales y Grazia, junto con Lorena, dirigían a la multitud para que todo estuvieran listo y en su sitio.
Por otro lado, con la excusa de escribir el discurso y los temas que abordaríamos con los invitados ajenos a la casa, nos habíamos escabullido a su despacho para evitar todo el ajetreo.
-¿Qué me dices de este coñac, querida?- Dijo Fiore.- Lo han traído desde América para que lo probemos.
-No lo sé.- Contesté mirando el liquido cobrizo.- Intentan copiarnos pero no nos llegan ni a la suela de los zapatos. No pueden pretender superarnos si la materia prima con la que trabajan es pobre.
-Por eso siempre seremos los mejores.- Añadió riéndose.- Hacen falta décadas de constante trabajo para que un fruto de su máximo potencial.
-¿No te preocupa que, de alguna forma, hagan nuestro terreno el suyo?- Si era así, estaba claro que no lo llegaríamos a ver pero hasta el aleteo de una mariposa puede cambiar el destino.
-Es muy poco probable, más si contamos con tu bebida "escupe verdades"- Esta vez reí yo.- ¿Cuándo la prepararás? Me gustaría probarla.
-No te lo recomiendo si no quieres que tus secretos mejores guardados salgan a la luz.- Le dije socarronamente.
-A la única que le tengo miedo es a mi madre y, de lo que me puedo avergonzar, fue ella quien me mandó hacerlo, ¿cómo preocuparme?- Se levantó y llenó más su vaso. Acto seguido, vino hacia mi y chocó brindando.- Si lo bebo será contigo.
Lo miré interrogante.
-También tuve un pasado. Una época rebelde en la que no me gustaba mi clan, ni mi futuro y decaí en el lado más oscuro del mundo, pero no hay que apurarse, con esfuerzo todo se supera y hoy es un día para festejar.- Levantó el brazo donde sostenía el coñac.- Por la mejor contable que tendrá esta familia y por el honor que me llena decir que es una Di Fiore.
De un trago vaciamos los vasos mientras observamos como nuestras muecas delataban lo malo que estaba el licor. Él sabía de mi adicción y no me juzgaba, sabía que era mi lucha pero mientras lo necesitara, él me brindaba un vaso al que beber. Había pasado mucho tiempo desde que sentí la última caricia paternal en mi corazón.
Al final protegía el bien de su familia pero notaba que no solo le ligaba a mi un lazo de interés, fuera por lástima o por suerte divina, empezó a mirarme como a Valentina.
-¿Papi, estás ahí?- Dijo una aguda voz.- ¿Sabes donde está Gabri?
La pequeña de los Di Fiore entró al despacho alegre con todo el pelo lleno de flores y los bolsillos de la falda repletos de lazos de seda.
-¡Oh, estas aquí! ¡Te estaba buscando!- Con el mismo entusiasmo le dio un beso a su padre y luego me cogió de las manos.- Nereo ha cazado un ciervo enooorme y Carlo me ha dicho que fue el que te atacó hace unos días. ¡¿Por qué no me has contado eso?! ¡Qué miedo!
-Tampoco pasó nada.- Añadí quitando peso al asunto.
-¡Agh! Ven conmigo, los chicos quieren que lo veas.- Dijo Valentina rodeando los ojos.

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Di Fiore
RomanceEra insegura y era buena, con ética y moral, con unos principios como los del resto de la gente. Era una joven que intentaba cumplir los arduos estereotipos que marcaban la sociedad, llena de castillos en la cabeza y odiando un futuro al que creía t...