15. ¿Es que esto no tiene fin?

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Pitidos de máquina.
Una brisa cálida me acaricia la piel.
«¿Dónde estoy?»
«¿Dónde está todo el mundo?»
Palmeó mi muslo.
Algo peludo me cubre el cuerpo.
Abro poco a poco los ojos. Lo primero que veo es que todas las ventanas están cerradas.
A mis pies, un ruido de tela en movimiento me altera. Intento levantarme pero la sombra, que es más rápida que yo, me lo impide.

—¿Dónde estoy? ¿Quién eres? —consigo formular con dificultad.

—En Asfil —me responde una voz masculina.

Vuelvo a intentar levantarme, el hombre enciende la lamparilla y, entonces, lo veo: Poe Verne está delante de mí. Las ganas de llorar me invaden. No va vestido de médico así que al mirarlo fijamente se observa y me explica que él me ha traído tras haberme caído en casa.

«¡Y una mierda...!», pienso mirándolo sin poder creer ninguna maldita palabra.

Le pregunto por mis padres; están bien o, al menos, eso es lo que me dice cuando me da un vaso de hielo picado.

—Cuidado, has necesitado puntos —me informa al abrazarlo.

Un flash acude a mi mente: Damián, Padme, el cuchillo, el ruido, Poe herido...

—¿Cuánto ha pasado...?

Pregunto incrédulx. Él no responde. Lo vuelvo a intentar, me rehuye la mirada.

—Me acuerdo de todo, Poe —digo provocando que me mire con atención. Sus ojos... Madre mía, ¡tiene uno morado! Respiro hondo y relajo el tono antes de reformular la misma pregunta.

—Una semana... —Vuelve a quitarme la mirada—. Lo siento tanto...

—No es tu culpa —intento tranquilizarlo, pasándole la mano por el hombro.

Justo en ese momento la puerta de mi habitación se abre de golpe. Pego un pequeño salto y, ¡no me puedo creer que siga vivo! Damián entra sonriente con un gran número de flores. Se las entrega al rubio, se alegra de que esté despiertx y me dice que Padme estará histérica por verme de nuevo. Con esas mismas agallas se va. Él sabe que lo recuerdo. La cabeza me da vueltas. Gracias a Poe consigo volverme a sentar. ¡Maldito Damián!

—Para él no recuerdas el cuchillo pero sí que te amo.

Verne me busca con la mirada y veo que dice la verdad. Asiento brevemente con la cabeza.

—Así será. Nosotros contra él.

El rubio sonríe y, sin aguantarse más, me besa.

Queridos amigos, esto sólo acaba de volver a empezar. Sin embargo, esta vez, no estoy solx. Soy un noveno en contra de muchos otros novenos, pero el rubio y yo acabaremos investigando por qué parece que Damián lo controla todo a su antojo.

























Vale, ahora sí. Esto acaba aquí. ¿Cómo te sientes? ¿Teorías? ¿Opiniones? Quiero saberlo todo, te leo 🥹

DAMIÁN & TÚ 💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora