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Aarón va en busca de Moisés.
Madian
El ahora siervo de Dios se encontraba sentado en el exterior observando la montaña donde Dios residía, tenía un semblante sereno solo un par de pasos lo sacaron de sus pensamientos.
- Pensar no es demasiado bueno para tu cerebro...
El Hebreo se dió la vuelta encontrandose con Juda, esperando que este le traiga palabras de Alivio.
- Juda ¿Cuando volviste de Egipto? Pensé que tardarías más..
- Eso pensé pero las ovejas se vendieron con rapidez...además tenía que traer a Snowi aún necesita de su madre.
El hombre se sentó al lado del Hebreo quien tenía un semblante confundido.
- ¿Snowi? Hablas de la última oveja que tuviste...
El hombre río contagiando a su amigo, antes de sacar un paño el cual dentro tenía un bello anillo.
- Te acuerdas cuando encontraste a Zipora te encantaste con ella a primera vista... Pues amigo mío me acaba de suceder lo mismo, encontré a una bella joven la cual puso nombre a mi oveja dejando con ella este anillo.
Moisés escucho atento y con una sonrisa la historia de el madianita antes de soltar una risa.
- Veo que esa muchacha te hipnotizó, pero cuéntame ¿Cómo está egipto?
- Sigue próspero...con muchos ídolos y con los comercios un éxito, se podría decir que es uno de los reinos que más alimenta a los otros.
El Hebreo suspiro con frustración, mientras pensaba sobre el asunto.
- Y el rey....¿Sigue siendo Seti?
- No...creo que te comenté que Ramsés asumió el trono...pero ¿Que sucede, por qué preguntas?
- Es una larga historia.
La mañana en madian paso en la historia de la gran presentación a el Hebreo, una historia que quedaría por el resto de la historia pasando de generación en generación.
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