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Un rescate de amor.
Los pastizales fuera de Egipto eran suaves y gratos acompaña junto con las estrellas...Mical estaba saboreando la libertad, pero aún no se le permitía cruzar más allá.
Los tres se pararon enfrente de la nada mirando hacia el horizonte cubierta por la oscuridad.
- Amm.
- Hay veces que las palabras solo estorban hijo.
- También lo creo.
Padre e hijo se dieron un cariñoso y grato abrazo, luego de separarse el mayor beso la frente de su hijo.
- Mi hermosa princesa.
- Padre.
La muchacha abrazo a su padre como si fuera la última vez que lo vería pero era evidente que nunca se habían separado, apenas acepto que la muchacha viviera con sus abuelos.
- Estoy orgullosa de ti...orare cada noche para que regresen a salvó.
- Gracias princesa, yo también estoy orgulloso de ti.
El hombre beso la frente de su amada hija, antes de ver al frente y empezar a caminar cumpliendo los paso de la liberación.
El mayor abrazo a su nieta mientras comenzaban a caminar.
- Aún no puedo creer lo que sucede.
- Es difícil pensar en todo lo que viene tienes que ser fuerte Mical.
- Aveces no me siento preparada para dirigir el pueblo de Israel.
- Oh Mical...aveces es duro, pero siempre ayudas al pueblo en lo que puedes.
- Aveces siento que me esfuerzo poco.
- Es normal, pero piensa que la salida de Egipto será larga incluso la travesía por el desierto, cuando lleguemos a canan serás lo que Dios espero de ti.
- Y si me equivoco...
- Equivocarse es de humanos, el señor te tendrá paciencia Haci como espera que tú le tengas paciencia a su pueblo.
Abuelo y nieta se dirigieron hacia egipto nuevamente a la esclavitud, mientras el más mayor aconsejaba a la que prontamente sería la segunda líder de Israel.
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