Arigato... [No.6 Shion x Nezumi]

Cap. 3: "Como antes".

El de ojos grisáceos mira a Shion con sorpresa; nunca esperó que su 'amigo' le fuese a decir que quisiera estar por siempre a su lado. Antes, se habría puesto a reír, pero ahora sólo tragaba saliva e intentaba calmarse.

No lo logró.

Se sentía desesperado.
Ahogado.
Mal...

Otra vez.

-Estás mintiendo. - El pelinegro se hizo una coleta y se puso de pie, colocándose el abrigo y la singular bufanfa que seguía usando. Shion abre la boca y la cierra repentinamente. No sabe que decir.

Se vuelve a acercar y lo vuelve a tomar del rostro. Cuando sus ojos lograron capturar en su fulgor la bella mirada de Nezumi, susurró.

-No te comportes como un tonto. Sabes que prometí que nos volveríamos a ver. Ahora me tienes...

Y allí estaba otra vez el recuerdo de su beso de despedida. El ahora más bajo de estatura cerró los ojos y se libró del contrario. Sí que le creía cuando su vista se quedaba fija en la propia.

El de cabellos blanquecinos no se rindió. Con más fuerza, capturó a Nezumi y lo pegó contra su cálido pecho. En él, un corazón ardiente y palpitante golpeaba fuertemente. Un aroma peculiar y delicioso sumió al pelinegro con gran rapidez; era un dulce y exquisito olor que le recorrió hasta que pudo disfrutarlo por completo.

- Shion... si realmente hubieses querido estar conmigo, habrías venido antes. Te esperé, y como un imbécil usé a Hamlet para verte -, hizo una breve pausa, puesto que su voz se iba quebrando-. ¡Y sí! ¡Lo admito! Dolió verte crecer y no poder tenerte.

Esas palabras llenas de dolor fueron las que hicieron de Shion, una persona consciente de los sentimientos de Nezumi.
Por eso, se separó y le dio un pequeño beso en la mejilla, que el otro recibió con gusto.

...

Estuvieron un buen rato, entre plática y caricia, entre susurros y risas. Era como volver a aquellos tiempos donde se sentaban en el viejo sofá de su hogar y allí bebían té. La pasaban tan bien...

-¿Cómo está tu madre? -, preguntó el de cabellos oscuro y el otro se llevó la mano hasta sus cabellos. Los revolvió en un gesto que Nezumi adoró desde ese instante. En serio tendría que ponerse al tanto de todo.

-Está bien... aún tiene la Pastelería, pero se dedica más a cuidar a mi hermanito.

-¿Hablas del niño que rescataste cuando los de No.6 fueron a exterminarnos?

Shion asintió.

-Vaya... hay cosas de las cuales no me he enterado muy bien sobre No.6. Deberías contarme más...