Cap. 15: Estigma.

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El sueño se prolongó hasta que la oscuridad fue reemplazada por la viva luz del sol que se colaba por las persianas. Nezumi abrió primero un ojo, verificando si estaba despierto o no. Luego, lo hizo con el otro y se sentó en la cama, notando que Shion no estaba a su lado, pero habían rastros de calor donde suponía que estaría.
Minutos después, escuchó unos pasos lentos aproximarse y el peliblanco hizo aparición, con una bandeja en las manos y una enorme sonrisa en el precioso rostro.

-¡Ah! Ya estás despierto. Que bieeen... - Dijo de forma cantarina mientras daba cuidadosos pasitos hasta la cama. Dejó la bandeja en la mesita de noche y se lanzó a los brazos de Nezumi, llenándolo de besos y caricias. El pelinegro sólo lo rodeó y le dio un pequeño besito en la cabeza, como saludo.

- ¿Y tanto amor a qué se debe...?

Nezumi estaba bastante sorprendido, como si aquella conducta fuese muy inusual, y claro que lo era. No siempre tu pareja te sorprende con un rico desayuno en la mañana y te acaba con una sobredosis de amor+comida.

-Pues... sólo quería darte una sorpresa.

- ¿Una sorpresa... ?

- Síp. Una sorpresa. ¿A caso no puedo hacerlo? - El peliblanco hizo un pequeño puchero y frotó su mejilla contra la de los ojos grisáceos.

- No es eso... me da gusto despertar así. - Le dio un besito de agradecimiento y se dispuso a acomodarse para luego tomar la bandeja. Justo en ese instante, al estirarse, Nezumi sintió un dolor llevadero y también un cosquilleo de entumecimiento en el brazo. Se quejó y Shion se dio cuenta.

- ¿N-Nezumi...? ¿Qué te pasa...?

- Mi brazo... creo que lo presioné mucho al dormir. - Dijo mientras miraba al contrario. No se había percatado de su camiseta parecía estar manchada de un líquido rojo oscuro.

- ¡T-tu brazo está sangrando! - Exclamó el de ojos carmesí y se separó de su pareja, obligándole a subirse la manga de la camiseta. Y allí estaba; una herida no muy profunda se dejaba ver, era un orificio pronunciado, y de éste salía borbotones de sangre en intervalos de 3 segundos más o menos.

-¿Qué demonios...? - El de cabellos largos llevó su mano contraria y presionó la herida, soltando un jadeo.

- ¿Qué significa esto...? ¿¡Como te hiciste esa herida!? - El peliblanco parecía desesperar mientras se apresuraba a correr al baño. Tomó el botiquín de emergencias y volvió. Lo abrió, en busca de unas gazas y también alcohol para curarlo.

Nezumi no lograba comprender cómo se había hecho aquella herida, por lo que se quedó meditando por unos segundos antes de reaccionar. Miró a su novio, quien estaba cortando algo de gaza y murmuró.

-El sueño...

- ¿Eh...? - El de ojos carmesí parecía aún más confundido.

- Tuve un sueño... donde huía de unos hombres.

- ¿Y...?

-¿Y? Me disparaban justo en éste brazo. Y no es coincidencia que tenga un jodido orificio allí.

Shion decidió no decir nada. No podía; ¿cómo se supone que se puede explicar un suceso raro? Sin duda alguna se trataba de un raro estigma. Sí, eso debía ser.

- Déjame curarte. - Susurró finalmente y tomó el brazo del contrario, para así limpiar la zona con alcohol. Shion le dio un suave apretón. Nezumi entrecerró uno de sus ojos, arrugando el entrecejo. Eso había dolido.  El peliblanco se dio cuenta enseguida y por eso lo hizo con más delicadeza.

- Perdón...

- ¿Por qué te disculpas?

-Porque... no pude estar allí para cuidarte.

(...)

Nota/a:

¿Saben? Sigo teniendo trauma post-terremoto :'(.

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Lo siento... Es un capítulo aburrido, extraño... el aura de mi instituto es tan oscura que me abruma a la hora de escribir. Pero para su desgracia, el siguiente los hará sufrir infinitamente. No es que quiera... pero ya estamos llegando al punto de máxima tensión.

Los quiere,

La autora.

Arigato... [No.6 Shion x Nezumi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora