Jeon Jungkook jamás se consideró una persona agresiva, impulsiva o incluso de pensamientos o sentimientos negativos, pues si no era demasiado optimista prefería la neutralidad, algo oscuro nunca entraba a su mente; era parte de la crianza con su madre Lisa, con quien pasó la mayor parte del tiempo por el simple hecho de su casta, ser un Omega.
Aquella consideración llegó a su fin, él lo terminó desde el momento en que se abalanzó sobre el alfa que halagó su estado de sumisión obligada; y fue confirmado y reforzado cuando tomó aquel martillo viejo y su mente solo tenía un objetivo.
Encontrar respuestas.
Lanzó un grito de frustración cuando tuvo que usar sus manos para quitar parte de la pared que recordaba fue reforzada en su niñez, no le importaba que sus manos fueran raspadas por el débil cemento y el material del tapiz; era irónico, pues la fuerza que una vez fue dedicada a amasar, ahora destruía una pared, y el martillo en su mano, alguna vez fue una batidora.
Su mundo cambió de una medianoche a otra.Pero jamás te metas con un Omega que sufre su celo en silencio y acaba de perder el contacto con su alfa, porque son los más peligrosos que puedes encontrar.
Por fortuna, su celo terminaba mañana, por desgracia hoy era el pico de su celo.Aventó unas cajas llenas de adornos navideños, eso era lo que menos importaba; si no encontraba nada, él se aseguraba no sobrevivir para diciembre.
Si la boda seguía en pie, y el alfa llegaba a marcarlo, sabía que su lobo lo iba a rechazar y su vida peligraba.
No le preocupaba ese destino si era sincero.—¡Vamos, maldita sea!.— agarró nuevamente el martillo, llevándolo a otro extremo de la misma pared para seguir con la destrucción. No le importaba si derribaba cada pared sobrepuesta, quería información.
Escuchó unos ruidos en la planta baja, pero prefirió hacer caso omiso cuando el martillo hizo un agujero en la pared, pero se quedó atascado en ese sitio sin poder ser sacado.
Gruñó en descontendo.—Lo que me faltaba...
Tomó entre sus manos el mango del martillo y tiró hacia atrás, pero este jamás cedió.
—¿Jungkook?.
Escuchó su nombre ser pronunciado por la puerta del atico, reconociendo el aroma a pino de Namjoon, al menos no era Jimin, de lo contrario hubiera hecho hasta lo imposible por ser quien le tirara el martillo en la cabeza con solo pronunciar su nombre.
—Estoy ocupado, dejame solo.— dijo con rudeza, importandole poco cuando escucho que abrían la puerta.
Sintió 2 presencias en lugar de una, por lo que secó el sudor de su frente para luego decir:— Si no tienen nada que aportar es mejor que se vayan.
—¿Te piensas destruir la casa, Jeon?.
Min Yoongi se cruzó de brazos, acercándose al Omega con lentitud, ya era consciente del celo del chico por lo que debía tener sus precauciones al estar frente a él; al menos no le sintió un aroma demasiado dulce, por lo que dedujo que estaba controlado.
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❝Lavender Dreams❞ - Taekook
Fanfiction❝𝑴𝒆𝒆𝒕 𝒎𝒆 𝒂𝒕 𝑴𝒊𝒅𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕❞ Era verlo todas las medias noches en aquel campo de lavanda, sin falta. No decía mucho, su lobo hablaba por él. ¿Su destinado podría ser alguien de los 50's?