La siguiente obra es del 2015. Encontrarán MUCHOS errores, pues no ha sido editada. Fue una de los primeras obras que publiqué, así que puede que sea un total desastre. Gracias por darle una oportunidad.
Un dolor de estómago tan horrible fue lo que me terminó tumbando en el suelo de la sucia celda en que me habían metido. Si tan solo pudiera conseguir una pastilla o un jarabe que me alivie de este mal, sería tan feliz. Tendría la posibilidad de escapar de este agujero y buscar a más humanos que me den ofrendas para recuperar fuerzas.
Recuperar mi poder.
Arrastrándome como una pobre alma en pena, me acerqué al viejo recipiente de agua que me dejaron ahí por órdenes de ese patético chupa sangre de la nobleza. Tomé un par de sorbos para sentirme mejor, pero tan solo calmo mi sed. Mi panza todavía seguía dando vueltas como una lavadora.
—Esta encadenada. No les pasará nada. Tan solo déjenle ese poco de agua para que no se nos deshidrate el regalito que le daremos el día de hoy a nuestro pequeño príncipe de las tinieblas. Mientras que ustedes lidian con este fenómeno de dos patas, yo me tengo que ir al salón de belleza a retocarme las uñas —Chillé irritada al dar mi mejor imitación de la basura de Ferid.
¡Cuánto maldigo a ese pomposo vampiro de pacotilla por quitarme mi libertad! Si tan solo estuviese mejor alimentada y si todo este desastre mundial hubiera llegado un par de años después... los hubiera hecho papilla a todos.
Mientras seguía soñando en las miles de maneras en que le partiría la cara a Ferid, los guardias se acercaban. Podía escuchar sus pisadas desde un par de metros de distancia. Y se notaba que venían con prisa pues ni bien rodé en dirección a la puerta, uno de ellos ya estaba en la entrada con un manojo de llaves enorme.
—¿Vienen a tomar el té con esta bella dama? —pregunté calmadamente al mostrarle mis pequeños colmillos. La muchacha me miró con desdén y su compañero me escupió—. ¡Válgame! ¿Por qué tanta hostilidad?
—¡Cállate, bestia! —siseó la mujer al encadenarme los miembros para que no escapase. Tan solo me reí ante su enojo y me sacudí de hombros. Todos me odian por haberme comido un grupo completo de estos bastardos.
—Te vamos a dar un paseo como el perro sarnoso que eres —afirmó el uniformado mientras tiraba de mí con fuerza. El collar que me colocó este vampiro, me apretaba cada vez que me jalaba para que caminase más rápido. Tocía por la falta de aire, pero a ellos no les importaba un bledo.
—Llévenme a donde deseen, pero no quiero ver al atorrante de Ferid.
Ninguno de los dos me respondió verbalmente. Pero me dejaron en claro que lo respetaban a morir porque en un abrir y cerrar de ojos, vomité todo el agua que había consumido hace un par de minutos al recibir una patada directa en el estómago. Si mi visión no es tan mala, juraría que un poco de sangre voló por los aires. Estaba a punto de caer sobre mis rodillas por la paliza que me estaban dando hasta que escuché su voz.
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¿Quién se comió a los vampiros?
Fanfiction[Mikaela Hyakuya x Lectora] Cuando Mikaela Hyakuya cumplió años, Ferid decidió regalarle una criatura con un bozal de hierro. Se dice que si no la alimentaba correctamente, ésta terminaría devorándose a los uniformados de Sanguinem. ADVERTENCIA: C...