La saliva de Mikaela se deslizó por su piel de leche hasta llegar a su mentón, y bajo por su cuello para desaparecer dentro de su uniforme. No podía pensar claramente debido al feroz kitsune que seguía frotándolo de una manera inmoral. El vampiro quiso quitárselo de encima con toda la fuerza que tenía, pero la forma en que _________ lo tocaba, le mandaba un caliente cosquilleo en todo el cuerpo. Lo encontraba tan placentero que poco a poco, se perdía a sí mismo en el delicioso aroma que emanaba de su familiar. Minutos después, dejó de pelear por su dignidad y permitió que la criatura de una cola lo sofoque a besos.
________ fue el primero en romper dicha muestra de afecto y se retiró unos cuantos centímetros para observar a su pequeño amo; sin embargo, un hilo de baba todavía los mantenía unidos. Mikaela se percató del embarazoso momento y junto sus labios para cortar aquel vínculo.
—¿Todavía no crees que soy __________? —preguntó con suavidad al abrazarlo firmemente contra la puerta. Él se estremeció al volverlo a sentir pegado contra su entrepierna y se mordió el labio para disimular el creciente deseo por su familiar.
—No —replicó con dificultad, procurando ocultar el rubor de sus tibias mejillas. Unas gruesas gotas de sudor bajaban lentamente por su frente al haberse sentido calentorro por los roces de __________—. Ella no es así...
—Puede que tengas, como no tengas razón, Mikaela Hyakuya —afirmó al jugar con una de sus manos, incrementando el tamaño de sus largas uñas. Mikaela vio lo filudas que eran y el miedo lo invadió—. Somos la misma persona, solo que ella es como mi otra versión: cuando era más joven e inexperto.
Mikaelo lo observó completamente confundido. Él no entendía la situación. _________ suspiró y le dio una sonrisa a medias. No lo culpaba. El tema sobre las criaturas mitológicas era muy complicado para alguien que ha crecido bajo el mando de los vampiros.
—Un zorro común y corriente se transforma en un kitsune al cumplir los cien años. Para esa edad, el animal puede tomar la forma de un humano. Además, con cada centuria su poder va aumentando al igual que el número de colas —explicó al punzar su cuello con su dedo índice, dejando que una gota de sangre brote y resbalé. Mikaela gruñó y tensó su mandíbula al sentirse inútil ante la diferencia abismal de fuerza—. Los niños del templo, ¿recuerdas? No están aquí. Pero al descender de tal altura, me di con la sorpresa que había miles bajo mis pies. Nuevos creyentes y... ¡Aquí me tienes! El problema que ahora tengo es que necesito más. Más humanos.
—¿Y qué te hace pensar que a mí me importa? —Balbuceó sin despegarle de vista. El kitsune resopló y empujó su cabeza con más fuerza contra el roble. No le gustaba que un chiquillo como él sea tan desafiante ante sus demandas. Su amo gimió por la tortura que le estaba realizando—. ¡Eres un idiota si crees que voy a suplicar por mi vida! Eres una bazofia al igual que esos codiciosos humanos y presuntuosos vampiros –bramó con dificultad por la falta de aliento.
_________ frunció ceño ante las críticas de su señor vampiro y estiró su brazo por completo, sosteniendo la cabeza del blondo con la misma potencia, teniendo cuidado de no quebrarle el pescuezo.
Los ojos de Mikaela se agrandaron a más no poder al sentir una especie de frías navajas arañando su blanquecino pecho. Los botones de su uniforme saltaron en direcciones opuestas, dejando al descubierto una de sus rosadas tetillas. El vampiro quedó pasmado y sujetó la venosa extremidad de ________, incrustando sus dedos con la esperanza de huir de su agarre. Pero era en vano. El irritado familiar lo desprendió de ropa alguna, pegando su destapada espalda nuevamente contra la entrada. Hyakuya tocio al ser apretujado por el cuello. Su saliva se desbordaba, salpicando el brazo de la criatura. El kitsune ser percató del error que estaba a punto de cometer y lo mandó a volar contra uno de los sillones del estudio. Mikaela se fue directo de manera posterior, hiriéndose la espina contra el filo del mueble azulado, recostando la mitad de su cuerpo sobre el suave acolchado de éste.
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¿Quién se comió a los vampiros?
Fanfic[Mikaela Hyakuya x Lectora] Cuando Mikaela Hyakuya cumplió años, Ferid decidió regalarle una criatura con un bozal de hierro. Se dice que si no la alimentaba correctamente, ésta terminaría devorándose a los uniformados de Sanguinem. ADVERTENCIA: C...