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1 semana. 1 semana hacia que Suguru se había ido. 1 semana desde que Allinq no salía de su habitación. 1 semana desde que el ambiente se notaba tenso. Unos minutos para que la albina se marchara de allí.

—Allinq...¿No te lo has pensado mejor?

—Si, me lo he pensado, y me quiero largar de aquí, ya ves lo que le ha hecho a Suguru, mi Suguru, no quiero quedarme más, Gojo.

—Bien... Como tú quieras ¿Mantendremos el contacto?

—Ya veremos, espero que sí, pero me gustaría alejarme de todo esto una temporada.

El de ojos azules asintió para después darle un fuerte abrazo a la menor.

—Tu habitación seguirá aquí para cuando regreses...

—No lo haré, pero gracias.

Había cerrado ya previamente su maleta. Tampoco podría ir a por Toge, si los peces gordos sabían que se había ido y había llevado a su hermano con ella volverían a ir a por los dos, y prefería correr ella el peligro en vez del menor.

—Allinq... No quiero que te vayas... Por favor, no puedo dejar que mi mejor amiga se vaya...

—Cuidate mucho ¿Si? —Estiró su mano hacía su mejilla derecha, acariciando esta. —Olvida lo que he dicho antes, si necesitas cualquier cosa no dudes en llamarme. —Besó su frente.

El albino volvió a rodear su cuerpo con sus brazos, abrazándola de nuevo, escondiendo su rostro en el hueco de su cuello y hombro izquierdo.

—Me tengo que ir ya... —Allinq acarició el cabello niveo del mayor. —No lo hagas más difícil... Por favor. Gojo abrió sus brazos dejándola ir.

La mujer cargó con sus maletas y salió de la habitación con la cabeza en alto, pero rota por dentro, mordió su labio inferior para reprimir las lágrimas que amenazaban con salir. La voz de Satoru llamando su nombre tampoco ayudaba a la causa.

10 años más tarde

Su teléfono no dejaba de sonar. 20 minutos llevaba así, y por mucho que quisiera cogerlo no podía, no era capaz, ver el nombre de Satoru Gojo en el identificador de la llamada era demasiado.

—Silencia esa cosa. —Nera, su compañera de trabajo había entrado a la sala de descanso. —¿Por qué no lo coges?

—Es alguien con quien no me apetece hablar...

—Oh, entiendo. —Tomó el teléfono de la albina y contestó. —¿Si?

¿Allinq? —Contestó Gojo al otro lado.

—No querido ¿Quieres hablar con ella?

Por favor.

Allinq negó rápidamente haciendo una cruz con sus brazos.

—Claro. —Le puso el teléfono en la oreja tras varios manotazos de la mujer tratando de impedirlo.

La albina suspiró y se acomodó el teléfono, se sentó en el sofá que tenían.

—¿Si?

Allinq... ¿Como estás?

Ve al grano, Gojo.

¿Gojo? ¿Ya no me llamás Satoru? Sabía que no tendría que haberte dejado ir...

¿Quieres algo? Si no quieres nada voy a colgar, no se ni porque tengo aún tu número de teléfono.

¡No lo borres! Por favor... Quería decirte que... Necesitamos... Necesito que vuelvas, Geto ha amenazado a la escuela.

Al escuchar el nombre de su ex pareja se tensó casi de inmediato, carraspeó su garganta, reprimiendo las ganas de llorar.

Medio HechiceraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora