TORMENTA AVECINÁNDOSE PARTE 3

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Ace se encontraba sentado comiendo un gran plato de arroz con carne que le había preparado tatch, tatch  se encontraba muy contento su orgullo como chef y como alfa se encontraban al tope, sin embargo algo tenía preocupado a tatch, y eso era el olor de ace, al ser cocinero el olfato de tatch se encontraba especialmente entrenado debido a esto pudo sentir un cambio en el aroma de ace que nadie mas podía notar. Este hecho lo hizo sospechar de algo que fue rapidamente apoyado por su izo quien como encargado de confeccionar la ropa de la tripulación pudo notar el incremento del vientre de ace, este hecho extraño a tatch puesto que ace había estado comiendo menos de lo que su organismo necesitaba ¿cómo se podía incrementar de peso si no comía suficiente?  Esa era la duda de tatch, duda que siempre lo llevaba tanto a el como a izo a la misma conclusión la cual era...Embarazo, decir que esto les preocupo sería poco puesto a que por sus malas experiencias pasadas respecto al embarazo eran mas que suficientes razones para preocuparse, especialmente tomando en cuenta lo joven que es ace y que su cuerpo todavia se encuentra en crecimiento.

Tanto tatch como izo decidieron dejar de carcomerse las mentes y mejor empezar a cuidar de ace.

Mientra tatch se encontraba absorto en sus pensamientos pudo escuchar como alguien tocaba la puerta de la cocina, ese alguien era marco.

—Tatch-yoi ¿has visto a a—rápidamente la pregunta se vio detenida tras que la mirada de marco fuese a parar a ace quien se encontraba devorando su décimo plato de arroz como si nunca hubiese provado bocado, marco al ver a ace no pudo evitar embosar una gran sonrisa- olvidalo, ya encontré a quien buscaba-yoi—ace al ver a marco no pudo evitar sonrojarse, este quería ir y abrazar a marco, por alguna razón ace se encontraba necesitado de atención por parte de marco, quería ser perfumado y consentido por marco, sin embargo esto le daba mucha vergüenza.

—Hola, señor marco—ace rápidamente abandonó su plato de comida para saludar a marco, ace se encontraba demasiado avergonzado tras ser descubierto comiendo de manera tan descortes.

—Hola ace-yoi, veo que te gustó la comida de tatch-yoi, porqué no sigues comiendo-yoi? A tatch no le gusta que se desperdicie ningún alimento-yoi —tras decir esto ace comenzó a comer de manera mas lenta que antes—no te preocupes por los modales-yoi, llevo conviviendo con un montón de barbaros-yoi, tu manera de comer es educada en comparación a la de ellos-yoi— ace tras escuchar esto pudo comer un poco mas a su gusto.

—entonces, cual es la maravillosa razón por la que viniste aquí he marco?—a tatch le había molestando el hecho de que hubiesen interrumpido su momento de acercamiento con ace y que de paso lo hubiesen dejado ignorado— debes tener una maravillosa razón para haber salido de tu oficina— tatch pudo ver como ace se encontraba tenso tras la repentina llegada de marco, tatch veía a ace como a su propio cachorro, bueno también izo por lo que su apego a ace era mas del tipo paternal.

—si tatch, tengo una razón para estar aquí-yoi—de manera ciceante marco contesto al claro "largate" que le proporciono su tonto hermano chef—ace, oyaji dijo que quiere hablar contigo-yoi—tras escuchar esto ace dejó caer la cuchara con la que estaba comiendo debido a la impresión.

— conmigo?—esa fue la primera pregunta de ace tras haberse recuperado de la gran impresión— pero porqué? Acaso hice algo malo?—rápidamente la bilis subió por la garganta de ace quien a causa de los nervios empezó a temblar, antes de que pudiese entrar en pánico marco se apresuró a responder a la incognita de ace.

—no has hecho nada malo así que relajate-yoi; oyaji simplemente quiere convivir contigo-yoi—ese fue el rápido pero bien resumido mensaje de marco, quien con sus feromonas buscó tranquilizar a ace.

—esta bien... después de todo esto es parte de nuestro trató... supongo—rápidamente ace acabó su plato, para después tomar la mano de marco y buscar la salida de la cocina- señor tatch—el mencionado rápidamente puso oido a las palabras de ace—yo.. le agradezco por la comida.

El secreto de AceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora