Todo estará bien.

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Me encontraba en el hospital, dando vueltas una y otra vez sobre mi propio eje. Estaba segura que en cualquier momento se abriría un gran hueco sobre el piso.

Los nervios me carcomían y pues mis uñas eran cortas para tantas ansias. Mi preocupación era enorme y las ganas de que esto fuera un sueño sobrepasaba los límites. Roier en el hospital...

¡Joder! Me costaba hasta respirar, jamás en mi vida me había sentido así y aunque me siento una total traidora con lo que diré, es lo que siento y no puedo engañar mis sentimientos. Me siento peor que cuando mis padres murieron. El dolor de mis padres es grande, pero con el tiempo entendí que ellos ya habían hecho suficiente, ahora están descansando en paz. Los amo y los recuerdo con mucho aprecio. Pero,roier, jamás había amado a nadie como lo amo a él. Son sentimientos inexplicables.

Escuché una puerta abrirse y todos mis sentidos se pusieron alerta-Leilanie, puedes entrar-Escuche decir a una enfermera. Sentí unas incontenibles ganas de llorar, mis ojos ardían por querer retener con fuerza las lágrimas, pero se me hizo imposible. El nudo en mi garganta no me dejaba respirar con normalidad. Que decepción que no fue a mi a quien llamaron en ese momento... Solo quiero ver a roier, es lo único que necesito, saber que está bien.

De nuevo escuché abrirse otra puerta-Familiar del señor Martínez-Enseguida me acerque a la enfermera. Roier estaba en un estado grave, necesitaban intervenir lo de urgencia. Aunque ya estaba conciente. Me dieron permiso de verlo solo 10 minutos.

Cuando me dirigía hacia a la puerta, sentí que el ritmo cardíaco disminuía, me sentía como una niña pequeña al estar emocionada por ir al parque, era un sentimiento inocente, un amor sin maldades, un amor llendo de lo mismo, de amor. Mis manos temblorosas y sudadas se pusieron en el pomo de la puerta para girarlo, y allí lo ví. Su piel pálida, con sus ojos hermosos cerrados, se veía tan débil y fragil que me daban unas ganas de cuidarlo. Aunque en su cara ya no yacía ningún cabello lucía igual de atractivo como siempre.

Posé mi mano sobre la de el, y la acaricie con mi pulgar, mientras dejaba un beso en el dorso de la misma. Lentamente aquel castaño abrió los ojos y me miró con tanto amor, que todas las palabras dichas antes se quedaban pequeñas.

¡Señor, quiero que me mire por siempre con esa misma mirada encantadora, aunque ya no tengas cabello!

-Hola, cariño-Dijo con una voz casi inaudible, pero con tanta ternura que caso desboca a mi corazón, su voz se encontraba ronca a causa del tiempo dormido ¡Díos mio, esa es la voz que quiero escuchar todos los días de mi vida!

Le deposite un pequeño beso en los labios... El me mostró sus hermosas perlas, perfectamente alineadas. Jamás me cansaré de decir que esa sonrisa puede derretir la Antártida, o quizá mi corazón...

-¿Cómo te sientes?-Le pregunté, recostando me en su pecho. Mientras el acariciaba mi cabello.

-Bien, cariño, me operarán y en unos días estaré genial-Se que fingía estar bien. Sé que es estaba tan preocupado o incluso más que yo. Era lo que menos quería pensar, pero había una gran posibilidad de que el, simplemente, ya no despertara jamás.

Casi como leyendo mi mente, dijo-Estaré bien-y depósito un beso en mi cabellera. Aunque el estaba decaído. Sus brazos se sentían tan seguros como siempre, tan cálidos y ¿Abrazables?

Tenía ojeras, pero sus ojos eran más hermosos.

¿Que has hecho conmigo roier?

Vi en ti, lo que no logré ver en nadie. Bondad, humildad,amor sincero, amor puro, luz, porque eso eres, luz. Un ángel hecho persona.

Su mano acariciaba la mía con mucha dulzura, hasta que escuche unas palabras que me dejaron de piedra-Te amo-dijo de repente.

Te amo, se repetía varias veces en mi cabeza, como un eco.

Yo también lo amo. Toda mi vida espere por la persona correcta, y suena un poco exagerado porque solo tengo 18 años. Pero jamás tuve un amor de 15, de esos que hablan muchas, ni mi amor de prescolar, ni ninguno de los que se puedan imaginar. Mi primer amor es roier, y estoy segura que es la persona con la que quiero pasar toda mi vida, aunque la vida solo dure un poco.

-Tambien te amo roier, te amo tanto-lo abrace con fuerza, nuevamente las lágrimas recorrían mis mejillas, pero el se dedicó a secarlas con tiernos besos por mi cara.

-No llores, cariño. Prometo estar bien, te tengo una propuesta que te haré, si despierto-Lo último lo dijo casi en un susurro.

Para animarlo, asentí con una sonrisa, secando las lágrimas que salían de mis ojos.

En ese momento escuchamos la puerta abrirse, dejando ver a la enfermera que hace 10 minutos me dijo que podía entrar, mirándonos con una sonrisa pícara.

-Bueno enamorados, ya el señor Martínez, se lo tienen que llevar, pueden ir despidiéndose, pronto estará fuera de todo esto.

Roier y yo nos abrazamos con mucha fuerza, no quería soltarlo jamás, le di un beso en los labios y Vi como se alejaba en una silla de ruedas.

Roier, te amo.

cuando te conoci (Roier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora