ೄྀ𝐌𝐈𝐒𝐄𝐑𝐘⊹܀ | 𝑲𝒖𝒓𝒕𝑨𝒙𝒍.

Capítulo cinco.

　

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〔¿Y si me acompañas cuando me siento sólo?〕

　
　
Kurt sabía que debía hablar con Axl así que fue hacia su cuarto, hacia horas que ya había llegado aunque había notado que el cuarto del pelirrojo olía a grandes cantidades de alcohol.

Cuando entró vio el cuerpo del ojiesmeralda casi al punto de la inconsciencia.
Se acercó y deslizó su mano por los mechones que caían sobre su frente, los retiró y se acercó para susurrarle lentamente.

— Axl debemos hablar, reacciona. — Vio como el mayor hizo un gesto de desdén, parecía incapaz de razonar ahora mismo y se veía en bastante mal estar.

— Déjame tengo sueño. — Se quejó entre murmuros, haciéndo reír al menor.

— Lo siento pero no puedo, debemos hablar sobre lo que hoy hiciste. Tu madre se puso muy triste, deberías tener un poquito más de tacto a la hora de decir lo que piensas. — Bufó sin paciencia para aguantarlo.

— No quiero hablar de eso, no pienso aceptar a esa cosa. No quiero un hermano, no quiero ser parte de esto. Quiero que ella sea feliz pero no que me ate a esta familia. — Dijo con voz apagada.

Rose se notaba muy serio, parecía disconforme con la unión de sus familias y eso que había sido él precisamente el principal culpable, él había logrado que su madre y su padre se conocieran y no tenía ningún derecho para recriminarles nada.

— Axl mañana hablarémos de esto y no me vale ninguna excusa, ahora descansa si es que puedes hacerlo. — Dijo con total cabreo, no podía creerse lo tan estúpido que el mayor podía resultar a veces.

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Cobain había salido temprano para comprar el desayuno para su padre y Sharon, cuando llegó vio como el pelirrojo parecía estar con una resaca tremenda ya que tenía su cabeza apoyada contra la mesa y no paraba de resoplar.

Comenzó a preparar los huevos, el bacon y los espárragos, para después servirlos en cuatro platos que dejó sobre la mesa del comedor. Luego exprimió zumo de naranja y preparó el café de cada uno.

Se acercó con una pastilla y un vaso de agua, para dejárselo sobre la mesa y mover suavemente su hombro.

— Ven Axl, ya vamos a comer. Tómate esto, te ayudará con la resaca. — Sintió como el ojiesmeralda se levantó ligero y lo miró de forma un tanto asesina.

— Déjame en paz, ¿vale? — Gruñó para tratar de pararse pero le entraron arcadas por lo que se fue corriendo hacia el baño donde desechó todo.

Axl se lavó la boca y luego volvió hacia la cocina donde el rubio se encontraba molesto, lo estaba ignorando ya que le había sentado fatal su reacción tan vulgar.

El pelirrojo se sintió culpable por lo que se acercó y lo rodeó por la espalda en un abrazo reconfortante.

— Lamento haberte tratado así, no me siento muy bien, en parte por mi estupidez. — Le dirigió una pequeña sonrisa y recostó su cabeza sobre el hombro ajeno.

— Mgh. — El cenizo se sentía aún molesto por la actitud que este había tenido con él minutos antes pero acabó rindiéndose ante su actitud.

— Mírame Kurt. No soporto que me ignores. — Acarició sus mechones cenizos y lo giró quedando de frente, lo atrajo delicadamente para unir sus belfos en un pequeño beso, demasiado tierno para cualquiera que los viese.