ೄྀ𝐌𝐈𝐒𝐄𝐑𝐘⊹܀ | 𝑲𝒖𝒓𝒕𝑨𝒙𝒍.

Capítulo cuatro.

　

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〔¿Y si nos mentimos de nuevo?〕

　
　
Kurt había comenzado a adaptarse asombrosamente bien a la vida que ahora compartía en conjunto con su nueva madrastra y su “hermanastro”.

Deseaba aparentar que todo era falso, desechar la idea de lo lindos que se veían como una verdadera familia, pero bien sabía en el fondo que todo eso sería escasamente momentáneo.

Él deseaba ver a su padre feliz, por esa misma razón era tan comprensivo con su madrastra e incluso fingía llevarse de perlas con Axl mientras ellos estaban presentes. Pero era marcharse y volvía a presentar su actitud indiferente, sin demostrar del todo el desprecio y rencor que le guardaba ya que él prefería una venganza lenta y permanente.

— Axl dime que ves. — Kurt le dirigió una mirada atenta mientras que el colorín se incorporaba mirándolo con consternación algo que a Cobain le hizo sonreír.

— Te veo a ti y a tu estúpido atuendo que dice claramente; Hey! Look at me darling. I'm waiting for you! — Axl vaciló con tono burlón, esperando a verlo reír pero recibió una mirada asesina en su lugar algo que lo divirtió aún más.

— ¿Eres idiota o te haces? Tks a veces no te soporto imbécil. — El ojiazul refutó con gesto gruñón.

— Te tomas las cosas muy a pecho realmente. Es divertido meterse contigo, te pones rojo hasta las orejas cuando te enojas y te crispas como un gato en celo. — Le dirigió una corta mirada para después acortar la distancia y posar su mano sobre su mentón agarrándolo sin demasiada fuerza pero de forma firme.

Axl se acercó aún más sintiendo como el cenizo lo miraba con aire vacilante. Su expresión era todo un poema, unos ojos que lo miraban con interroganción y que lo esperaban ansioso ante sus acciones.

— Te besaría ahora mismo si no fuera porque eres un hombre y mi hermanastro destinado. — Se mofó deshaciendo el agarre para después levantarse y ponerse rumbo a la salida, sentía que debía salir de ahí o acabaría por cometer alguna estupidez aún peor.

Kurt vaciló unos segundos ante las insinuaciones del pelirrojo. ¡¿Lo acababa de someter y se había dejado como si nada?! No podía creer en su mala suerte, se había quedado paralizado y casi jadeante por ver su próximo acto, uno que nunca llegó.

— Rose, vuelve a hacer algo como eso y olvidaré que pronto seremos familia. — Lo miró con seriedad pero sus palabras eran doblemente intencionadas y ha su parecer, algo que había surgido sin querer pero que quería dar a entender.

— ¿Me estás retando rubita? — El ojiesmeralda se giró para confrotarlo y acercarse a paso de felino.

En menos de dos segundos había quedado entre la pared y el cuerpo del pelirrojo que lo escaneaba con una mirada profunda y oscurecida.

Si alguien le preguntara en ese mismo momento sobre como se sentía, Kurt habría respondido que sin duda algo revoloteaba en su estómago y lo hacía sentirse impaciente por romperle los cuernos al mayor, necesitaba sacarlo de sus cabales.

Le encantaba hacerlo salirse de su papel de hijo perfecto y matón de la universidad. Le gustaba ver nuevas facetas que solo él conocería y que nadie jamás había presenciado antes y aunque también fuera parte de su venganza. Se dejaría darse el lujo de disfrutarla en todos los sentidos posibles y prácticos.

— Ahora es cuando te grito con tono “fémino” que me folles hasta el amanecer, pero eso no pasará porque yo soy un hombre y jamás dejaría que alguien como tú me sometiera, no eres mi tipo flaco engreído. — Vireó sus ojos con aburrimiento.