ೄྀ𝐌𝐈𝐒𝐄𝐑𝐘⊹܀ | 𝑲𝒖𝒓𝒕𝑨𝒙𝒍.

Capítulo catorce.

　
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〔𝑻𝒐𝒅𝒂 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒍𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓𝒆́ 𝒉𝒂𝒃𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒂𝒎𝒂𝒅𝒐. 𝑬𝒓𝒂𝒔 𝒖𝒏 𝒂𝒗𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒂𝒃𝒂 𝒔𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒆𝒏 𝒂𝒔𝒄𝒆𝒏𝒔𝒐, 𝒔𝒊𝒏 𝒎𝒊𝒓𝒂𝒓 𝒂𝒕𝒓𝒂́𝒔, 𝒔𝒊𝒏 𝒅𝒆𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓𝒔𝒆 𝒏𝒊 𝒑𝒐𝒓 𝒖𝒏 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒐. 𝑫𝒆𝒔𝒆𝒄𝒉𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒍𝒐 𝒊𝒏𝒔𝒆𝒓𝒗𝒊𝒃𝒍𝒆, 𝒉𝒖𝒚𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒂 𝒖𝒏 𝒄𝒊𝒆𝒍𝒐 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒐. 𝑼𝒏 𝒄𝒖𝒆𝒓𝒗𝒐 𝒏𝒆𝒈𝒓𝒐 𝒔𝒆 𝒑𝒐𝒔𝒐́ 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒎𝒊 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒐. 𝑬𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒅𝒆𝒔𝒄𝒆𝒏𝒔𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝑰𝒎𝒑𝒆𝒓𝒊𝒐 𝑹𝒐𝒎𝒂𝒏𝒐.
- 𝑨𝒙𝒍 𝑹𝒐𝒔𝒆 〕.
　

　
　
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Lamentaba haberse enamorado de Kurt Cobain.

Toda su vida lo haría.

El peso del dolor que ahora soportaba no era ni mínimamente humano.

Sentir cómo tu corazón se detenía sin poder dar marcha atrás.
Era la peor sensación del mundo.

Axl sentía cómo todo su mundo se derrumbaba.

Estaban en Noche Buena, a un paso de rozar la Navidad.

A un paso de colapsar.

Toda la familia, toda.

Se encontraban todos reunidos en la casa de su madre, Sharon había invitado a sus amigos, a su pareja, a Kurt y a su novio.

Tenía un mal presentimiento anclado en el fondo de su alma.
Cómo si esperase por el principio de una tormenta que estuviese a pocas millas de distancia de avecinarseles encima.

— Cariño, ¿me ayudas a llevar los platos? — La castaña sostenía la tarta entre sus brazos, dedicándole una sonrisa encantadora.

— Claro, amor. — El pelirrojo tomó los platos, las cucharas y el cuchillo. Luego se encaminó hacia el comedor, dejaron todo sobre la mesa.

Estaba adornada con un precioso mantel dorado.

— ¿La cocinaste tú? — Sharon observó a la fémina con sorpresa.

— Oh no, fue mi querido Axl. — Stephanie tomó la mano de su chico entrelazando sus dedos. — Tiene muy buenos dones aparte de ser increíblemente intelectual. — Le dedicó una perlada sonrisa a su acompañante.

— No es para tanto, solo es una tarta cariño. — El ojiesmeralda le sonrió con dulzura acariciando la mano que lo tomaba con tanta ternura.

Si pudiera corresponder debidamente a esos sentimientos.

Traidor.

Su mente se lo repetía una y otra vez.

Mentiroso.

Quería llorar.

— ¿Cómo qué no? Pero si te tiraste casi toda la noche para poder terminarla. Te esmeraste muchísimo en ello porque sabías que tus papás estarían de regreso. — Le dedicó un pequeño berrinche.

— Oww, eso es muy dulce de tu parte hijo. — Donald sonrió enternecido, sosteniendo la mano de su prometida la cual lloraba por el gesto tan amoroso de su hijo.