Capítulo uno.

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〔Dime si lo hice bien cariño, dímelo.〕
  
  
Solamente dos cosas lo habían hecho arrepentirse en su corta vida, una era no haber defendido al chico que lo volvía loco y la otra era no haberse follado a la señorita Seymour mientras se le presentó su tan ansiada oportunidad. La primera era imposible ya que Cobain lo detestaba y lo segundo era técnicamente solo una fantasía hormonal.

Axl había pasado sus años de escuela persiguiendo incontables veces a su víctima por excelencia, le había hecho toda clase de bromas pesadas y aunque momentáneamente le llenaran, ver al rubio llorar cada día al salir de la preparatoria ya no era del todo gracioso.

Algo en su interior se retorcia cada que el ojiazul le dedicaba una mirada de odio o cada que huía de sus insinuaciones, la otra cosa es que Izzy su mejor amigo, le había estado insistiendo en que este nuevo año, tercer grado superior, era el tiempo idóneo para que lograse sus objetivos, unos que había tenido en su punto de mira desde que cursó el primer año, conquistar a la dueña de sus deseos, Stephanie Saymour.

Pero, ¿verdaderamente lo era ella?

Ya no lo tenía tan en claro, había estado rondando los pasillos de su escuela en busca de inspiración y finalmente se había decidido por entrar a la sala de música, se sentó en una de las esquinas sobre la plataforma de madera y tomó una de las guitarras que ya de por sí le pertenecía y comenzó a tocar la melodía que había estado soñando durante días, la cual solo podía ser trazada por esos hermosos rasgos pálidos, esa escuálida contextura y esos oceánicos orbes que no lo dejaban conciliar el sueño.

Tocó las primeras notas, la melodía se instalaba en su cerebro como un recuerdo, dulce y sinfónico, luego comenzó a tararear.

— I was made for lovin' you, I was made to touch your lips, I beg heaven to guide me, I need to find you, I need to help you. — Sus labios tarareaban la melodía con anhelo.

— Es hermosa. — Dijo una voz conocida, era como una suave sinfonía, pero los ojos de su dueño lucían cansados, opacados por el dolor.

El pelirrojo lo miró inquisitivo, le sorprendía la valentía y estúpidez del cenizo, ¿qué hacia en ese preciso lugar? ¿buscaba que lo golpease?

— ¿Qué haces aquí Kurt? ¿vienes por más? — El pelirrojo no tardó en dejar la guitarra a un lado, después procedió a levantarse y encaminarse hacia el autor de dichas palabras, notó el gesto de temor en los orbes ajenos. Le enternecía su carácter sumiso, pero no se podía dejar vencer por esos ojitos de cachorrito. Tomó al menor por el cuello de su camisa y lo alzó en un gesto amenazador haciendo que sus miradas se confrontasen.

Le molestaba su actitud. Le molestaba que cada día le costara más tratarle con ese desprecio que lo había caracterizado, y le molestaba que la mirada de desdén que por tanto tiempo había estado practicando solo fuese creíble ante el público, ya que cuando estaban a solas el rubio se convertía en un flan andante.

— Yo solo escuché la melodía, ¿tú la compusiste? Suena hermosa, la chica debe de sentirse afortunada.. — Esa mirada de nuevo, el ojiesmeralda lo detestaba, lo hacia sentirse miserable, más patético de lo que ya era. Kurt necesitaba dejar de ver la maldad reflejada en los ojos ajenos.

— Largo de aquí, la próxima vez te pateare, así que agradece que hoy estoy de buen humor y una cosa más, ni una palabra de esto a nadie, porque si no, yo mismo me encargaré de despedazarte Cobain. — Su gesto contrariado lo hizo temblar y es que el pelirrojo no dudaba de su enorme fortaleza, pero si lo hacia de su escasa resistencia al encanto espectral del muchacho.

ೄྀ𝐌𝐈𝐒𝐄𝐑𝐘⊹܀ | 𝑲𝒖𝒓𝒕𝑨𝒙𝒍.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora