ೄྀ𝐌𝐈𝐒𝐄𝐑𝐘⊹܀ | 𝑲𝒖𝒓𝒕𝑨𝒙𝒍.

Capítulo once.

　
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〔¿𝑷𝒓𝒆𝒇𝒆𝒓𝒊𝒓𝒆́ 𝒆𝒔𝒄𝒖𝒄𝒉𝒂𝒓 𝒕𝒖𝒔 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂𝒔 𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒇𝒊𝒂𝒓 𝒆𝒏 𝒎𝒊𝒔 𝒂𝒎𝒊𝒈𝒐𝒔? 〕.
　

　
　
Axl podría haber jurado que en otros instantes su raciocinio habría estado siempre por delante de todo.

Pero en ese preciso instante, lo único que parecía ser capaz de analizar era su inútil forma de dejarse influenciar por el cenizo menor.

Sus amigos le habían advertido, Izzy le había sugerido que se alejase por su extrema obsesión.
Debía olvidarse de Kurt, debía comenzar a verlo como lo que realmente era, su futuro hermano menor.
Pero simplemente era incapaz de concebir tal hecho, deseaba poder salir a la calle tomando su mano y dedicándole palabras de aliento.

Estaba jodido.

— Axl, deja de pensar en las musarañas y centrate en lo que te explico. Pronto vendrá el director de la Universidad para traerte los exámenes de final de curso, debes de estar preparado para ello. — Suspiró.

— Claro, con mi excasa visibilidad voy a ser capaz de memorizarme todas esas ecuaciones de mierda. — Dijo irritado, Axl nunca había sido tan malo en sus estudios, pero ahora le resultaba demasiado agotador el poder centrarse en ellos. Le dolía la vista de empeñarse en aprender algo que al final retenía por escaso tiempo.

Su invalidez le había provocado ese constante estado de irritabilidad.
A excepción de los Lunes, cuando todo eran sonrisas y buenas palabras.
Y todos sabían a que se debía.

Kurt Cobain era el único capaz de hacerlo entrar en razón.
Y la vez, el único capaz de hacer que si quisiera Axl se tirara de un puente sin pararse a pensarlo.

— A veces quisiera tirarte por la ventana. — Izzy rodó sus ojos con gesto agotador.

— Y yo quisiera que esa ventana fuera por donde entrase mi Kurtkito, ya sabes, como el príncipe de esas historias en la que la princesa esta encerrada en la más alta torre y van a rescatarla, tipo Shrek. Pero de los sueños no se viven. — Se quejó con molestia.

— ¿Ahora viene tu fase motivacional? Porque sinceramente, das asco en eso. — Se burló.

— Shhh, estoy contando los minutos para mi esperado encuentro. — Le sacó la lengua.

— ¿Seguro que no quieres ir a checarte? Necesitas una revisión urgente, seguro que te buscan en algún manicomio de Santa Pola de Tenerife.

— Muy gracioso. — Hizo una mueca de asco pero finalmente se removió ansioso en su lugar.

— ¿Y ahora te dio sarna? — Lo miró con el ceño fruncido, luego se percató de la hora. — Ah, ya.

— Bueno Izzy ha sido un placer tenerte de visita pero creo que ya es hora de que te vayas llendo... — Le sonrió con fingida inocencia.

— Para amigos como tú para que se necesitan enemigos. — Chasqueó su lengua y se mofó. — ¿Y si no aparece?

— No seas gafe, nunca se saltó una de nuestras citas, digo, quedadas. — Lo miró de manera fulminante.

— Nunca digas nunca. — Vociferó.

— Basta, cómo sigas diciendo esas pendejadas y Kurt no aparezca. Te juro que comenzaré a invocar al espíritu de la golosina para que te jale de los pies en mitad de la noche. — Dijo de manera amenazante.

— Ah no, con eso si que no se juega. — Le hizo un gesto con los dedos en forma de cruz. — ¡Aléjate de mí Satanás! Representas una trampa peligrosa para mí. Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios.