Capítulo diez.

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〔¿𝑨𝒍𝒄𝒂𝒏𝒛𝒂𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔? ¿𝑶
𝒏𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒆𝒓𝒆𝒎𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔?〕.
 

 
 
Axl había estado esperando pacientemente a que llegase el Lunes.
Adoraba ese día, el día en el que Kurt pasaba a verlo exclusiva y únicamente a él.

Pero ese día había llegado acompañado del azabache, se había enterado de que ahora eran pareja, y realmente no le hacia ni una pizca de gracia.

Pero debía de fingir.

Saludó a Biersack antes de verlo partir rumbo hacia su trabajo, él solía traer a Kurt.
Luego sería solamente suyo por lo que restaba de tarde.

— ¿Cómo te sientes? ¿Vas mejorando? — El cenizo lo examinó con curiosidad. — Me dijeron que te portaste muy bien, lo que me sorprende enormemente.

— Tú me lo pediste. — Le sonrió. — Estoy bien ahora que tú estás aquí, y sobre lo otro, creo que si, aunque aún no me pueden quitar el vendaje. Según dijo el médico, mi retina todavía podría desprenderse y podría llegar a perder la vista si hago alguna estupidez así que más me vale cuidarme.

— Entiendo, tendremos cuidado con eso. — Asintió y luego se colocó a los pies de su cama. — Te prometí llevarte a un lugar especial si te portabas bien, así que aquí estoy para cumplirlo. — Le tendió su mano y lo ayudó a levantarse, colocó el abrigo que había traído para él y lo guió hacia el elevador.

Una vez llegaron, lo pulsó. Llevándolos a la azotea.

— ¿No me querrás tirar desde un noveno piso verdad? — Lo examinó con cierto deje de duda.

— Quizá sí, quizá no, todo depende de ti. — Se burló, luego se colocó por delante de este y suspiró. — ¿Confías en mí? Me costó muchísimo convencer a las enfermeras para que me dejaran traerte hasta aquí. — Se encogió de hombros.

— Ciegamente. — Axl se dejó hacer siendo guiado hacia lo que parecía un hermoso acolchado de mantas y un tejado de sábanas que cubrían una pequeña mesa con dos asientos y una hermosa cena a la luz de las estrellas. — ¿Es esto una cita? — Dijo boquiabierto.

— Más quisieras, es más que nada un gesto de agradecimiento por haberte preocupado de mí aún cuando te di la espalda. — Suspiró y se sentó sobre uno de los asientos quedando frente al muchacho. — Me dijiste que te gustaba observar el cielo nocturno cuando eras niño, que tu padre te contaba historias sobre las estrellas y sus vidas pasadas, así que quise hacer esto.

— Gracias Kurt. — Axl lo miró, para después agachar ligeramente su cabeza. Sentía un gran nudo de emociones, sentía la alegría del momento y la tristeza del recuerdo perdido. Sentía el amor y el desamparo.

Axl Rose había caído en los encantos del ojioceánico.
Y muy en el fondo sabía que ya no podría escapar de ahí.

— No es nada, lo que prometo lo cumplo. — Kurt suspiró. — Para mí las promesas son como una muestra de fe, quien las cumple es digno de fiar, quien las incumple es alguien de olvidar.

El pelirrojo asintió en silencio, probó la comida que el cenizo le había traído y por primera vez sintió paz, la angustia había desaparecido.
Había pasado días sin comer, días sin pegar ojo y por fin, por fin podía sentir la paz invadiendo su cuerpo.
Una paz que solo conseguía cuando obtenía la aprobación del muchacho.

— Kurt, ¿puedo serte honesto? — Indagó con preocupación.

— Dispara. — Formuló.

— Tengo miedo de ti. — Lo miró con su escasa visibilidad.

ೄྀ𝐌𝐈𝐒𝐄𝐑𝐘⊹܀ | 𝑲𝒖𝒓𝒕𝑨𝒙𝒍.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora