ೄྀ𝐌𝐈𝐒𝐄𝐑𝐘⊹܀ | 𝑲𝒖𝒓𝒕𝑨𝒙𝒍.

Capítulo trece.

　
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〔𝑴𝒊 𝒊𝒏𝒇𝒊𝒆𝒓𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒔𝒊𝒇𝒊𝒄𝒐́ 𝒅𝒆𝒃𝒊𝒅𝒐 𝒂 𝒕𝒊.〕.
　

　
　
Dolor.

Sentía como su corazón se oprimía.
Fingir amar a alguien era algo atroz, pero tratar de arrancar de su corazón el intenso amor unilateral que le profesaba a Kurt era aún peor.

Las palabras que lo definían eran la tremenda angustia de convivir con alguien a quien tenía que cuidar, mimar y tratar de amar.

Parecía una misión imposible.

Axl no podía olvidar a su amado, no podía sacarse a Kurt del corazón como a un clavo. No quería y le resultaba una tortura de solo imaginarlo.

Necesitaba poder decirle cada día de su existencia que respiraba solo por él, que su felicidad era debido a él.

Que por más que quisiera olvidarlo, al final de cada era sería siempre su única esperanza.

Su aliento de vida.

Y jamás podría imaginarse una vida sin él a su lado.

La vida podía llegar a ser demasiado jodida y cruel con quienes no lo merecían.

Él creía no merecer la eterna infelicidad, pero parecía estar destinado a ello y cada día era más latente la dolorosa resignación que debía de soportar.

— ¿En qué piensas, amor? — La castaña lo examinó con ternura. — Te ves decaído. ¿Está todo bien?

— Sí, todo está bien cariño. — Que vil mentira había formado en su mente. Tan sólo deseaba poder conservar algo de paz, engañandose a si mismo.

— Si necesitas cualquier cosa solo dime y ahí estaré. — La ojiazul le sonrió acariciando su mejilla.

— Lo haré. — Mintió.

Había aprendido que mentir era la mejor forma de evitar una discusión.

Dolía.

— Esta bien, ¿quieres que cenemos? — Tomó sus manos con delicadeza, dedicándole una mirada esperanzada.

— Claro, por qué no. Pero si no te importa, me gustaría ir un momento a tomar el aire. Estoy algo estresado por lo de los estudios. — Sonrió fingidamente.

— Por supuesto cariño, tómate el tiempo que necesites. A lo mejor te vendría bien dar un paseo para así despejar la mente y aclarar tus ideas. — Stephanie comenzaba a preocuparse de verdad. Su chico se notaba inevitablemente melancólico, pero lo ocultaba bajo una sonrisa encantadoramente falsa.

Y la idea de la fémina era realmente buena, lo ayudaría.

Eso esperaba.

— Creo que tienes razón, iré a dar un paseo. — Besó su frente con cariño.

— Te espero. — Seymour sabía que probablemente tuviese que esperar por mucho tiempo, pero le daría el espacio que necesitaba. No quería seguir observando como poco a poco se hundía en un pozo sin fondo.

— Regresaré pronto. — Acarició los cabellos de la fémina y con un enternecido beso se despidió.

El pelirrojo salió con sus llaves para dar una vuelta por la zona boscosa en la que vivía, sus padres se habían ido en un viaje de novios.

Pronto se casarían y querían tener algo de privacidad, se encontraba feliz por Sharon y Donald.

De vez en cuando Cobain los visitaba acompañado de su pareja, Andrew era un buen tío, no le cabía duda.