ೄྀ𝐌𝐈𝐒𝐄𝐑𝐘⊹܀ | 𝑲𝒖𝒓𝒕𝑨𝒙𝒍.

Capítulo tres.

　

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〔¿Y si fingimos un poco más?〕
　
　
¿Mi meta? Mi meta era lograr que William Bruce Rose se rindiera ante la clara evidencia, que sus barreras cayeran hasta poder derribarlas y que nunca jamás pudiera volver a imponerlas, y yo, yo me encargaría de ello.
　
Kurt tenía muy en claro lo que iba a lograr y solo un poco más de paciencia bastaría para lograr su tan ansiado cometido.

Habían sido dos arduas semanas fingiendo una amabilidad selectiva que no sentía y para ser sinceros, el ojiazul ya estaba comenzando a hartarse de tener que sonreírle al ojiesmeralda como si todo su mundo dependiera de que él le mirase.
Y solo quería, solo ansiaba poder acabar con toda esa farsa y destruirlo públicamente, pero no podía, no hasta que todo el mundo se hubiera tragado esa nueva “amistad” que ahora parecían portar y que ante sus padres inclusive, los cuales habían mantenido una cita u algo más extraoficial y de lo que parecían llevar de perlas, algo que de sobremanera el rubio odiaba a muerte y que hasta para ellos mismos; que también habían tenido que fingir ser unos perfectos hermanitos de portada de revista, tan melosos y divertidos como un aborrecible cliché de película.

Ahora se encontraban sólos en el cuarto del colorín, Kurt le había propuesto al más mayor que le enseñara esa nueva canción que había estado componiendo, esa de la que tanto había escuchado mencionar a su grupo de amigos, la cual le hacia suponer inevitablemente que estaría dirigida expresamente a su antiguo amorío e inevitablemente se preguntaba si sería posible que Rose aún estuviese mínimamente trabado de su ex-novia Stephanie Seymour.

— Venga Axl, no seas así, quiero que me la enseñes de una vez por todas, ya todos la han escuchado menos tu adorado “hermanito” — El ojiazul hizo comillas con sus dedos, como burlándose de ese apodo tan cursi del que ahora tantísimo se los catalogaba.

— No y no, ya te he dicho que no te la enseñaré hasta que esté completamente acabada. — El pelirrojo sonrió con presunta burla.

— Eso es completamente injusto y lo sabes, ya todos han escuchado de ella y yo no, es intolerable y sabes que si me enojo no te dirigiré la palabra en lo que queda de año. — Cobain desvió su mirada con fingida indignación y molestia.

— Venga no seas así, si es para que no te lleves un chasco hombre, ya que no es precisamente lo que catalogaría como mi mejor trabajo, he compuesto mejores canciones y siento que esta no me acaba de convencer del todo, es que no expresa justamente lo que tengo en la punta de la lengua y de los dedos, esa emoción que me hace querer cantar a pleno pulmón y que aún no identifico del todo.. — Axl le dirigió una diminuta mueca de inocencia, habiendo fruncido sus belfos en un adorable puchero.

— Entonces solo déjate llevar por lo que tu corazón quiere gritar, desvívete en lograr canalizar tus emociones y suelta en el papel y la tinta aquello que tanto te emociona y angustia, puedo ser tu consejero personal, solo tienes que pedírmelo. — El rubio le guiño un ojo, sonriendo un poco demasiado y es que se había percatado de la adorable actitud contraria.

— ¿Quieres que te lo cante? — Rose le dirigió una mirada furtiva, se sentía nervioso y no sabía si eso resultaría ser una buena idea, pues teniendo en cuenta lo que tanto tiempo había estado tratando de ocultar podía resultar simplemente arriesgado.

— Quiero que lo vivas, que me lo transmitas como sólo tú sabes hacerlo Axl, esfuérzate, vívelo, muere por ello. — Kurt sonrió ampliamente acercándose a una distancia próxima, posó uno de sus dedos por sobre el cabello del pelirrojo, envolviéndo uno de los mechones anaranjados alrededor de su dedo y desenvolviéndolo con ligera suavidad. — Como sólo tú sabes hacerlo..