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—¡LALISA! ¡¿CUÁNTAS VECES TE HE DICHO QUE NO FUMES DENTRO DE LA CASA?! ¡¿QUE NO TIENES BALCÓN O QUÉ?!— le gritó Jennie. —¡¿QUÉ NO VEZ QUE VIENE UNA NIÑA A LA CASA?! ¡AHORA MISMO ME SACAS ESTE OLOR DE LA CASA!

—¡Jennie! Deja de gritar. Cómo si nunca viste a esa niña— se quejó Lisa.

Jennie suspiró molesta. —Lalisa Manobal Kim. Ahora mismo vas a ponerte pantalones. Lo que menos quiero es que mis amigas te vean las bolas— le pidió con voz enojada.

—¡Ash!

—¿Qué sonido hiciste? Repite, a ver— hoy Jennie se había levantado de muy mal humor.

Y peor con Lisa queriendo hacer el amor apenas se levantaron, con Lisa besándola a cada rato, con Lisa dejando todo tirado, con Lisa desnuda por la casa, con Lisa con hambre.

Lisa era peor que una niña pequeña.

—Nada, amor. Ya me voy a vestir— le mandó un beso volador y desapareció por las escaleras.

—Ash, está mujer. Que no puede hacer nada por sí mismo. Uno tiene que darle de comer, tiene que llevarla a todas partes. Parece un bebé— se quejó, llevando la ropa sucia de su esposa a la lavadora. —Espero tú no me salgas así, bebé— le dijo a su vientre de seis meses y medio.

Lisa salió del cuarto ya vestida con una pantaloneta café y una camisa holgada blanca. Andaba con medias y esto volvió a enojar a Jennie.

—Lisa, ve a ponerte zapatos que ya llegaron— le dijo Jennie caminando hasta la puerta de su casa, en la cual sonaba el timbre sin cesar.

Jennie abrió la puerta y sonrió al verlas. Jisoo, Rosé y Yuri estaban frente suyo.

—Tía Jen— dijo la niña dándole un abrazo cálido. La pequeña traía un vestido beige y algunos accesorios.

—Hola, princesa— Jennie le devolvió el abrazo con una sonrisa. —Hola, chicas.

—¡Uf! Que bueno que abriste la puerta. Se me quemaban las pantorrillas— le dijo pasando por su lado Jisoo y entrando a la casa.

Rosé rodó los ojos. —Deja a ese animal que ni siquiera sabe comportarse. Dime, ¿Cómo estás con tu embarazo?

Jennie de mordió el labio inferior con una sonrisa y las dejó pasar a ambas. —Todo bien. De hecho, en la última cita no pudimos ver el sexo del bebé. Pero con Lisa decidimos que esperaríamos hasta su nacimiento.

—Entonces, ¿Tengo que comprarle ropita unisex?— preguntó la rubia.

—Sí, eso creo.

—Y a todo esto, ¿dónde está Lisa?— preguntó.

—La mandé a ponerse zapatos y creo que no encuentra su zapatillas de tiburón que prenden en la oscuridad— bufó. —Es una vaga.

—¡Literal! Jisoo también. No puede ni ir al baño sola.

—Dios mío, Lisa es igual. Parece una niña. Todo el día, hambre, sueño, calor, frío, sexo. Parece que ella es la preñada y no yo— se burló.

—Si son— se rió Rosé. —Bebé, ve con tú mami. Yo voy a hablar con tu tía cosas de adultos.

La niña Asintió y les besó la mejilla a ambas y sin más, desapareció.

—¿Lisa no te ha hecho nada?

—No, hace una semana peleamos pero lo arreglamos. Ella no se ha portado como antes. Creo que sí cambió— le dijo enamorada.

—Bueno, hay que esperar más tiempo. Ojalá no haga nada mal porque—

Tired Of Loving You - JenLisa G!P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora