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-Sana, mira, aquí está tu habitación. Puedes usar el baño cuando gustes y dile a Taehyung que si necesita algo me llame, lo mismo va para ti- le dijo Jennie amablemente.

La pelinegra salió de la habitación en dónde dejó a su amiga y a su chico. Cuando entró a su habitación, Lisa salía del baño, solo con boxers y un top deportivo. La castaña se lanzó a la cama de golpe.

-Lisa, no te tires así a la cama- le retó, soltándose el cabello. Ella ya se había bañado y solo usaba un short de pijama y un abrigo de Lisa.

-¿Por qué eres tan amable con el Tayun ese?- le preguntó con algo de molestia en su voz.

Era notable.

-Estas exagerando, amor- le dijo, acostándose a su lado en la cama. Lisa se alejó de ella un poco y la miró enojada.

-Aleja tu maldito aire de puta de mí, es seguro que acabas de manosearte con ese hijo de puta- le dijo. -Mejor me largo de aquí. Tráelo a dormir, puta de mierda.

Jennie la miró con sorpresa, lágrimas cayeron de sus ojos, las cuales resbalaron por sus mejillas hasta perderse entre sus ropas.

Lisa era una falsa; y ella como idiota creyó que Lisa estaba siendo cariñosa con ella porque la quería así sea un poquito.

Aún con lágrimas cayendo de sus ojos, cerró sus ojos y por medio del sueño se obligó a olvidar todo lo horrible que Lisa le había hecho y dicho durando los últimos dos años de matrimonio.

A la mañana siguiente, despertó de golpe, acordándose de que tenía que tenerle el desayuno a Lisa listo a las siete de la mañana. Se levantó de la cama de un salto y fue hacia el baño a darse un baño rápido.

Hizo sus necesidades, se bañó, se lavó los dientes, se vistió con un vestido negro corto, se maquilló, para que su esposa la mirase y se colocó un collar hermoso. Una vez lista, bajó las escaleras rápidamente para prepararle el desayuno a su esposa.

6:30am.

Jennie terminó de hacer el desayuno a las 7:00 en punto, justo en el momento en el cual Lisa bajaba las escaleras con su traje de empresaria importante. A su lado, Sana venía riendo, ella vestía un vestido azul cielo.

Las tres se saludaron, Sana tomó asiento a lado de Lisa y le siguió hablando sobre alguno de sus viajes, Lisa la escuchaba atenta y con una sonrisa en su cara.

"¿Por qué ya no me sonríes así a mí?"

Fue una de las preguntas que Jennie se hizo. Sana miró a su amiga aún con la sonrisa en sus labios.

-Tae se fue hace tres horas, no te preocupes por él- le avisó con voz suave y tranquila.

-Eso estaba por preguntar- Jennie soltó una risa incómoda. La mirada de Lisa era tan amenazante que ella creía que si Sana no estuviese con ellas ya la habría matado a golpes.

-Ah, Jennie. Hoy iré con Lisa a la empresa porque necesito un trabajo en lo que estoy aquí- le dijo nuevamente.

-Eso es increíble. ¿Que serás?

-Su secretaria. El puesto está libre desde hace dos días y aproveché que Lisa estaba buscando una- se encogió de hombros.

Jennie miró a Lisa con una ceja alzada. Ella no estaba enterada de aquello. -Bueno. Vámonos, Sana. Tenemos muchas cosas que hacer hoy- Lisa, la que había estado callada desde que apareció en el comedor, habló con voz ronca.

-Ay, sí, Lili. Ya vamos- dijo colgándose de su brazo. -Chao, Jennie. Nos vemos más tarde.

Jennie abrazó a su amiga. A Lisa, a ella le dió un beso en los labios y le arregló la corbata.

-Tengan cuidado- les dijo a ambas.

Una vez su esposa y su amiga se fueron, Jennie decidió ir a la oficina de su esposa para llevarle el almuerzo, y de paso a su amiga también. Seguramente ambas estaban cansadas.

Jennie salió de su casa y directamente fue caminando hacia el supermercado. Caminó por un buen rato por el lugar hasta que encontró lo que necesitaba.

Tomó un taxi para ir a casa, las bolsas pesaban mucho y no creía llegar lejos con tremendo peso en su manos. Una vez llegó a casa, dejó las compras en la cocina y fue al baño rápidamente.

Dos horas más tarde la comida estaba lista y ella salió de casa para tomar otro taxi y así ir a la empresa de su esposa con su comida recién hecha.

Las personas a su alrededor de la empresa de su esposa la miraban con incomodidad y Jennie supuso que ella porque ella nunca aparecía por allí. La última vez que fue, fue hacer un año y medio.

Subió en el ascensor hasta la oficina de su esposa, se sorprendió al no ver a nadie en el escritorio donde se suponía debía estar su amiga Sana.

Tocó la puerta, pero nadie abrió.

-Hola, disculpe, señor... ¿Usted sabe si la señora Manobal está aquí?- le preguntó amablemente a un hombre que pasaba por allí.

Él negó. -Salió hace media hora con su secretaria a un almuerzo de negocios. Pero, ¿Tiene cita? Quizás se le olvidó que usted venía.

-Oh, no necesito cita. Soy su esposa. Jennie Manobal Kim- le tendió la mano con una sonrisa.

-Disculpe mi actitud, señora Manobal- se disculpó apenado.

-No te preocupes. Aunque de verdad quería almorzar con mi esposa- sus ojos se pusieron cristalinos y el chico pensó rápido que hacer para que la chica frente suyo no llore.

-Soy Kai. Yo puedo acompañarla a almorzar si usted quiere- se ofreció amable y Jennie esbozó una sonrisa.

-¿Sabes qué? Vamos, entremos. Vamos a comer. No podemos desperdiciar la comida- dijo tomándolo de la mano y caminando con él dentro de la oficina de su esposa.

"Seguro el almuerzo era muy importante"

"¿Debí haberle avisado? Es mí culpa"

Tired Of Loving You - JenLisa G!P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora