-15-

108 14 0
                                    

Días después en una mañana como cualquier otra, Jennie se despertaba con su esposa abrazándola posesivamente.
Jennie soltó un suspiro y quitó los brazos de su esposa de su cuerpo, levantándose de la cama.

—Amor— le susurró Lisa desde la cama. —Son las ocho. Ven a dormir. Solo tengo una hora más para estar contigo…

—Tengo que ir a buscar a alguien al aeropuerto— le dijo su esposa entrando al baño.

Lisa se levantó de la cama de golpe y la siguió. —¿A quién?— le preguntó con curiosidad y algo de molestia.

—Pues a Yiren— dijo. —Viene con su hijo a pasar vacaciones aquí. Y no te preocupes, su esposo se quedó en Los Ángeles.

"Esto es imposible" pensó Lisa alterada. —¡No! No vayas a verla. Quédate conmigo— le pidió nerviosa.

Jennie rió. —¿Por qué estás nerviosa? Oye, Jake no viene con ella. Además,  Ella dice que su hijo es muy educado— dijo dejando el cepillo de dientes en su lugar y saliendo del baño.

—Yo voy contigo— habló Lisa muy rápido y fue corriendo al closet. Se puso una pantaloneta negra y una camisa sin mangas color blanco.

Jennie optó por un un calentador gris y una camisa de Lisa color azul con logo. Un poco extrañada, su esposa se maquilló un poco y agarró su bolso.

Lisa salió del baño y la siguió rápidamente hacia el auto. La ayudó a subir y luego condujo por la ciudad hasta el aeropuerto.

Cuando llegaron, Lisa le tomó la mano y ambas entraron al lugar. Jennie comenzó a buscar a su prima con la mirada. Cuando la encontró, le alzó la mano con una sonrisa y su prima caminó hacia ellas con una sonrisa.

—Dios mío Jennie. Que linda te ves embarazada— le dijo abrazándola.

Jennie sonrió. —Sí, de hecho. Ya queremos que Nazca— Jennie tomó la mano de su esposa, gesto que vio Yiren con una sonrisa torcida. —Bueno. ¿Nos vamos a casa?

—Sí— Asintió su prima. —Solo déjame un ratito para ir al baño. La verdad no tengo idea dónde queda pero ya—

—No te preocupes, Lisa te va a acompañar— le empujó su esposa. Lisa la miró con súplica y Jennie le dió una mirada de muerte.

Lisa la llevó regañada.

—Parece que no querías ni verme— le dijo la mujer a Lisa.

—No sé que mierda haces aquí— le dijo. —¿Por qué no le has dicho a Jennie que ya vives aquí y no en Los Ángeles? Que vengas aquí mintiendo no era parte del trato.

—Te dije que no te dejaría en paz. Así que tenga que hacer hasta lo último para tenerte— Yiren habló con voz peligrosa.

—Me dijiste que después de ir a tú casa no volverías a molestarme. Ni a mí, ni a Jennie— Lisa apretó los dientes, empujándola contra la pared de los baños de aeropuerto.

Yiren sonrió y le delineó los labios con sus dedos. —No sabes cuánto te extrañé. Extraño cuando me besabas y me decías que te ibas a divorciar a Jennie para casarte conmigo— le susurró. —Ya incluso estaba buscando una forma de decirle a mi hijo que eras su nueva madre— los labios de la mujer besaron los de Lisa suavemente.

La pelinegra se alejó un poco y la miró  de arriba a abajo. —Sabes que amo a mí esposa, Yiren.

—No es mi problema. Yo también te amo y una vez me dijiste que me querías.

—Estaba confundida. Ahora tendré un bebé.

—Me dijiste que no tenías sexo con ella mientras estabas conmigo.

—Mi esposa está muy buena. Incluso mejor que tú— dijo con rabia.

Yiren se le tiró encima del cuerpo y le atrapó los labios en un beso agresivo. Lisa le puso las manos en la cintura y Yiren le enredó los brazos en el cuello.

Cuando Lisa tomó consciencia, la empujó por los hombros y se limpió el labial de sus labios.

—Vámonos.

Jennie miró a su esposa y a su prima de lejos. La pelinegra estaba furiosa y se notaba. Yiren sonreía mientras caminaba a su lado.

Lisa le tomó la mano a su esposa y la llevó casi corriendo del lugar. Jennie le enterró las uñas en la muñeca a su esposa y se la quedó mirando mal.

—Estoy embarazada de tu bebé por si no recuerdas. Casi me haces caer— se soltó con los dientes apretados y abrazó a su prima por los hombros. Lisa apretó los labios y las siguió por detrás.

¿Estaba arrepentida? Más que nunca. ¿Se odiaba? Mucho más que nunca. Lisa quería matarse y no volver a rencarnar.

Nuevamente, le había sido infiel a su esposa.

Con la misma mujer.

Lisa todavía no entendía porque Yiren no le había dicho a Jennie que ella se había mudado a la ciudad hace un año y medio. ¿Por qué cargar con la mentira de que vivía en los Ángeles?

Yiren tuvo que aparecer en el aeropuerto de la nada.

Una vez en casa, Lisa se cambió de ropa y fue hacia su trabajo. Su esposa no le había dirigido la palabra en todo el camino y ni siquiera le había dado su beso de buena suerte.

Ahora, todo volvía a irse a la mierda y a Lisa le estaba explotando la cabeza buscando una forma de devolver a Yiren a su casa.

Lisa estaba segura que Yiren iba a volver a su casa dentro de poco para otra vez volver. Porque según, Yiren se iba a quedar hasta el nacimiento de su bebé.

A Jennie le faltaban dos meses para dar a luz. Eso significa que esa mujer se quedaría cerca de su mujer por dos e incluso tres meses.

Con el peligro de que Yiren le diga la verdad a Jennie antes que ella.

Y ahí fue cuando Lisa decidió algo. Algo que había querido postergar por mucho más tiempo, pero debido al tiempo y al aprieto en el que estaba, tenía que apurar.

Lisa le diría todo a Jennie una vez su bebé naciera.

Una vez su bebé y su esposa, su mujer, estuvieran a salvo. Sin ningún tipo de peligro.





"No tengo idea de cómo hacer esto"






"He cometido un error. Los humanos los cometemos y no somos perfectos. Pero mi error no tiene perdón de nadie".

Tired Of Loving You - JenLisa G!P Donde viven las historias. Descúbrelo ahora