Quiéreme si te atreves. {Jdom}

Lexi.

Unos cuantos toquecito en el hombro hacen que me despierte.
Me giro para ver quien me llama y sonrío incondicionalmente al ver a Naira en el asiento de al lado, intentando llamar mi atención.

Abrazo muy fuerte a la pequeña, y minutos después bajamos del coche.

Me arreglo la ropa rápidamente y voy hasta mi madre para abrazarla.

Mi padre deja las maletas y se despide sonriente, dándome un beso en la mejilla y a Naira en la frente.

Tiramos de las maletas y las subimos a mi anterior habitación, que sigue igual que antes.

Me quedo observándola, paredes blancas, suelo de parqué, una cama grande pegada a la pared, un ventanal gigante, un armario bastante grande y un baño.

Siempre me ha gustado mucho esta habitación, no se, es grande pero acogedora.

Dejo las maletas en la cama, no las voy a deshacer ya.
Voy ha bajar a comer, pero antes me acerco a una pared y veo la foto que hay colgada.

Sonrío incondicionalmente al ver a los gemelos conmigo de pequeños.
Adoro esa foto, la verdad.
Jesus abrazándome y Dani dándome un beso en el hombro.
Se nota el cariño que nos teníamos.

-Tata.-me estira de la camiseta mi hermana.-Ya esta la comida.

-Pues vamos a comer.-sonrío, cogiéndola en brazos.

.....

-Mañana empezaras las clases.-informa.-Iras al instituto de antes.

-Perfecto.-admito.

-Podrías ir a ver a los gemelos.-propone mi madre, fregando los platos.-Y a Vicki, le alegrara verte.

-Claro.-sonrío, bebiendo un poco de agua.

Vicki era mi mejor amiga, siempre hemos estado juntas y éramos inseparables.
Ella era el prototipo de chica perfecta y yo el desastre que sigo siendo, por eso nos complementábamos tan bien.

Subo a mi habitación y me doy una ducha.
Dejo que mi melena se seque sola, mientras busco algo que ponerme.

Al final me decido por unos shorts negros y una camiseta de tirantes blanca, mas una chaqueta fina vaquera y las converse.
Aunque sea final de Septiembre, en Sevilla, sigue haciendo mucho calor.

No me maquillo, no me gusta.
Me gusta ir siempre natural.
Pero eso si, me echo mucha colonia.
No soporto oler mal.
Es como que me doy asco a mi misma si lo hago.

Bajo rápidamente las escaleras y entro en el salón, donde esta mi madre poniéndole el uniforme de gimnasia rítmica a mi hermana.

-Me voy.-les doy un beso a cada una y me despido con la mano.

Si recuerdo bien los gemelos vivían tres calles detrás de la mía.

Comienzo a andar, recordando como era este sitio.
Recordando cada momento que he pasado por aquí.

Casi sin pensarlo, llego a casa de los gemelos.

Me pongo nerviosa, pero ¿porque?
¿Tengo miedo de que no me recuerden?
Porque yo tengo muchísimas ganas de verlos.

Y al fin, lo hago.
Toco al timbre varias veces, y espero a que abran, mientras doy golpecitos en el suelo con mi pie derecho.

Se abre la puerta y aparece una mujer morena, muy guapa.
Es Eva, su madre.

-¿Alexia?-se sorprende.-¿Eres tu?

-Si.-le doy dos besos.-He vuelto.

-Cuanto me alegro.-me abraza.-Ven, vamos a darles una sorpresa.