La ultima hora se pasa rápida, y salgo hablando alegremente con Vicky.
Jesus y Dani van hablando por detrás de algo en susurros, pero no le doy importancia.Mi mirada se cruza con la de Pablo, que me guiña un ojo y me tiende una sonrisa deslumbrante, la cual le devuelvo.
-Lo estas haciendo mal.-critica mi amiga.
-Ay Vicky.-suspiro.
-¿Quieres que tu primer beso te lo de alguien de quien no estas enamorada?-pregunta la rubia.-Porque eso es lo que va a pasar si sales con Pablo.
No contesto.
Porque se que tiene razón.
Y no me gusta admitir que tiene razón.Enseguida los gemelos se acercan a nosotros y comenzamos una conversación animada, pero yo evito las profundas miradas que me echa Jesus.
Me intimida.Primero dejamos a Vicky, que vive a tres calles de la mía.
Y andamos de nuevo los tres, comentando temas del instituto.
Justo en la calle de detrás, me despido de los gemelos con un adiós y ando rápidamente hasta mi casa.Es Naira la que me abre la puerta y se abalanza sobre mi, abrazándome muy fuerte.
-Hola pequeñina.-le doy un beso en la mejilla.
Comemos las tres hablando de diversos temas, y se me ocurre preguntar algo que lleva rondando en mi cabeza desde que llegue.
-Mama.-le miro.-¿Y tu novio?
Naira la mira tiernamente, y ella muestra una sonrisa falsa.
-Lo dejemos el mes pasado.-suspira.
Abro la boca un poco y me arrepiento de haberle preguntado.
Volver a sacar la mierda otra vez no debe de ser fácil.
Aparto la mirada y sigo comiendo en silencio.
Cuando acabo recojo el plato y subo a mi habitación a cambiarme, ya que he quedado con Pablo.
Oigo la puerta cerrarse, lo que me indica que mi madre se ha ido a llevar a Naira a clase y a trabajar.Estoy apoyada en una de las puertas del armario, reflexionando sobre que será lo que debería ponerme.
-Estas guapa así.-dice una voz desde atrás, haciendo que pegue un grito.
Me giro y veo a Jesus, con su típica mirada divertida, acercarse a mi.
-Que susto me has dado, joder.-me quejo.-¿Que haces aquí?
-Quería hablar contigo.-sonríe.
-No tengo tiempo, he quedado.-vuelvo a mirar el armario.
-No vas a ir.-dice, esta vez serio.
-¿Como?-me sorprendo, mirándolo con los brazos cruzados.
-No puedo dejarte ir.-susurra.
-No puedes impedírmelo.-acusó, aunque por dentro me muero de que lo haga.
Que me diga esto, que no quiera que valla, me hace sentir como que se preocupa por mi, y me deja ver mas al anterior Jesus, y me encanta.
Es que joder, es Jesus, como no me va a encartar.-Si que puedo.-se acerca más a mi, y coloca su mano en mi nuca, atrayéndome mas hasta su cara.
Nuestras respiraciones chocan, y puedo ver como mi gran sueño se esta haciendo realidad.
¿Cuántas veces abre soñado con que Jesus me acercara así con la intención de besarme?
Todas las noches de mi vida.-¿Como?-levanto las cejas, apartándome un poco.
-Me he equivocado contigo.-pone su mano en mi mejilla, y va poco a poco hasta mi oreja, para apartar mi pelo.-Y también me he equivocado conmigo.
-No te entiendo.-admito, con la voz nerviosa.
-Quizá así lo entiendas.-y rápidamente, junta nuestros labios.
Y aunque ambos tengan una herida, no duele.
Primero me quedo en shock, pero luego se lo sigo, liberando así todos los sentimientos que tenía escondidos.
Me aferro mas a el, colocando mis manos en su pecho, y notando como el rodea mi cintura con sus brazos.
El beso sigue, cada vez más apasionado, cada vez con mas sentimientos.
Y no nos separamos, aunque nos falte el aire.
No quiero separarme, y por lo que puedo ver, el tampoco, porque me abrazar muy fuerte.Y lo bonito que es que te abracen fuerte, ¿que?, ¿Eh?.
Al fin nos separamos y nos quedamos a milímetros.
Nuestras frentes juntas, y nuestras narices se rozan, haciendo así que las respiraciones de ambos se unan formando una única y mágica sensación.
Nos sale una sonrisa de oreja a oreja a los dos a la vez, y no tarda en volver a juntar nuestros labios.
Este beso dura menos, pero aun así es demasiado perfecto.-No quería decirte que no te enamoraras de mi.-susurra a pocos centímetros.-No me refería a eso.
-¿Y a que te referías?-susurro, aun con la sonrisa pintada en la cara.
-A que me quieras si te atreves.-me acaricia la espalda.-Yo voy a atreverme.
Bajo la vista hasta mi pulsera y me sale una sonrisa aun mas grande que la anterior.
-Te he querido desde que te conocí.-le despeino.-Créeme que me atrevo, el caso es que tu eres un cerdo, cada día con una.-lo miro.
-Contigo es diferente.-susurra.-A ellas no les he abierto el corazón, porque no me gustaba.-me agarra de la mano.-A ti te lo abrí desde que te conocí.
-Esta bien.-sonrío.-¿Puedo preguntarte algo?
-Por supuesto.
-Cambiaste por que me fui.-afirmo.-¿Fui yo la que te rompió el corazón, no?
Jesus sonríe de medio lado y asiente.
-Eso da igual ahora, porque me querías y yo no lo sabia.
-Si te sirve de algo.-me siento en la cama.-Yo también lo pase mal.-admito.-Pero como has dicho, eso ya no importa.
Veo como se sienta a mi lado y sonríe.
-Lexi.-clava sus ojos en mi.
-Dime.-le tiendo una sonrisa.
-Que te quiero.
Me abalanzo sobre el y lo abrazo lo mas fuerte que me permite y cuerpo.
Justo suena el timbre, y puedo ver la cara de asco que pone Jesus.
Suelto una carcajada y me levanto de la cama.-Voy yo.-me lo impide.
-Oh no.-me río, echando a correr.
Suelta una carcajada y me coge de la cintura, justo delante de la puerta.
Estalló en carcajadas mientras en la abre y se queda mirando a Pablo con una cierta expresión de odio.Entre risa y risa puedo ver la cara desconcertada de Pablo, que me mira sin entender nada.
-Lo siento machote.-dice Jesus, dandole golpecitos en la espalda.-Ella es mía.
Y le cierra la puerta en las narices.
-Oye, pobre niño.-me río.
Jesus se acerca a mi y me roba otro beso.
Cuando nos separamos le despeino cariñosamente.
-Y yo.-le sonrío, y puedo ver su cara de confusión.-Que yo también te quiero, digo.
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Quiéreme si te atreves. {Jdom}
FanficVamos a romper con los imposibles, que se puede.