Le busco la mirada con mis ojos, pero no lo consigo.
-¿Como que porque me fui?-intento articular palabra, después de este golpe que me han dado esas palabras.
-Eso, que te fuiste, y por eso cambié.-repite, pero sin mirarme.
-Sigo sin entenderlo.-admito, mirando el suelo.
-Te lo explicare cuando esté preparado.-suspira y me mira.-¿Quieres que vallamos a almorzar?
Se levanta y me tiende la mano.
-Venga, vale.-suspiro, dandole la mano.
Y de nuevo, ese escalofrío me recorre todo el cuerpo.
Con sólo tocarle, y eso es, de verdad,increíble.Entramos a una cafetería y nos sentamos en una mesa al fondo, bajo el aire acondicionado.
Pedimos un helado ultra grande para los dos, debido a la calor, y minutos después nos lo traen.-Ala, te has pasado de grande.-me río, agarrando una cucharilla.
-Que tu no comas casi nada,no significa que yo no tenga un buen apetito.-celebra, cogiendo un poco de helado.
-Serás gordo.-me río, probando, como él, el helado.
-Pero si estoy muy bueno.-me guiña un ojo, riendo.
-Lo que estas es tonto.-me burlo, haciendo una mueca.
Me pone mala cara y me mancha la nariz de un ágil movimiento.
-¡Eh!-me río, quitándome el helado de la nariz y llevándomelo a la boca.-Eso es trampa.
Jesus sonríe mientras me mira.
-Echaba de menos estos momentos contigo.-me mira atentamente.
-Ahora si puedo ver a el anterior Jesus.-me río, manchándole esta vez yo la mejilla.
-Tramposa.-se ríe.-Ahora me lo limpias.
-Toma.-le tiendo una servilleta con una sonrisa.
-No, no.-se acerca a mi.-Dame un beso.
Me acerco a el y suspirando antes ruidosamente, le doy un suave beso en la mejilla.
-¿Contento?-me río, sentándome de nuevo en mi sitio.
-Mucho.-admite, volviendo a coger helado.
....
-No puedo creer que me hayas echo venir hasta aquí para nada.-digo con la voz agitada, debido al cansancio.
Estamos en un prado verde, con muchos arboles grandes.
El suelo esta lleno de flores.
He admitir que es un sitio precioso.-¿Enserio no te acuerdas de este sitio?-me mira, riendo.
-No.-digo avergonzada.-Refréscame la memoria.
-Nos perdimos tu y yo con unos diez años.-se ríe.-Lleguemos hasta el prado.
-Ostia es verdad.-me echo las manos a la cara.-¿Como se me había olvidado?
-Porque eres tonta.-me pica.
-Idiota.-comienzo a andar.
Me paro delante de un árbol y acaricio la corteza, donde hay granadas nuestras iniciales dentro de un corazón.
Jesus se coloca a mi lado y lo mira sonriente.
-Te quería mucho.-me mira.
-¿Querías?-hago como que me enfado.
-Tonta.-me atrae hacia él.-Y te quiero.
Y noto como me sube el pavo y enrojezco.
-¿A sí?, quiero decir, ya, claro, ósea que ya lo sabia, digo, yo también, aunque, valla, creo que eso ya lo sabias.-me pongo nerviosa, y me doy media vuelta para sentarme en una roca que sobre sale.
-Pero respira, illa.-se sienta a mi lado, riendo.
Le echo una mirada asesina y miro al frente, recapacitando.
-Deberíamos irnos.-dice al cabo de un rato.-Tengo que pasar por tu casa para coger la mochila, la he dejado allí.
-Pues vamos.-me levanto.
Pero esta vez no le doy la mano.
Me siento rara.
Y también me siento mal.
He sido yo el motivo por el que ha cambiado, pero, ¿por qué?
Esa duda me esta matando por dentro.Casi sin enterarme, llegamos a mi casa, y entramos.
Le tiendo la mochila y lo acompaño a la puerta.-Bueno, ha estado bien la mañana, al fin y al cabo.-suspiro.-No hagas el bruto, por el labio, digo.
-Ni tú.-me sonríe.
-Lo malo ahora es que no podrás besar a una chica durante un tiempo.-me burlo, apoyándome en el marco de la puerta.
-Tampoco tengo necesidad de hacerlo.-admite, sonriendo.
-Bueno pues...-suspiro.-Te daría dos besos, pero no puedo, así que.. hasta mañana.
-Eh.-me agarra el brazo.-Gracias por preocuparte por mi, por curarme y por... por quedarte.
-Anda, sabes que lo haría siempre que me lo pidieses.-le doy un toquecito en el hombro.
Abre los brazos, como indicándome que quiere darme un abrazo.
Y yo accedo, me acero a el y lo abrazo.
Rodeo su nuca con mis brazos y el con los suyos mi cintura.
Me aprieta mucho a él, haciendo el abrazo mas intenso.
Mas mágico.Y es que joder, hacia dos años que no le daba un abrazo, y madre mía, lo que he sentido.
-Hasta mañana.-sonríe de medio lado.
Y veo como se marcha, con las manos en los bolsillos y la mochila colgando de su espalda.Y si, puedo decirlo, este niño que hace dos años me tenía enamorada ha conseguido que vuelva a caer en sus redes como una tonta.
Pero me da igual.
Porque es Jesus, me gusta Jesus, y no tengo miedo a decirlo.Momentos después llegan mi madre y Naira, y comemos animadamente.
-¿Podemos ir al parque?-me pide mi hermana, poniendo pucheros.
-Venga va, pero un rato eh.-me río, cogiendo el movil.
Y salgo con la pequeña de casa, en dirección al parque.
Estamos varias horas ahí jugando, hasta que veo algo que me arranca el corazón y lo parte en pedazos.Esta Jesus, con otra chica, de la mano.
De la misma manera que me llevaba esta mañana a mí.
¿Porque coño me hago ilusiones?
Si sabia que esto iba a pasar.No se como se llama la niña, pero es guapísima.
-¿Que te pasa?-me mira Naira, al ver que dejo de columpiarla.
-Nada, preciosa.-le ayudo a bajar.-Mejor nos vamos a casa, ¿vale?
-¿Ya?-se queja.-Joo..
-Es que tengo que hacer deberes.-la cojo en brazos.-Mañana venimos mas rato, ¿vale?
-Valee.-me da un beso en la mejilla.
La bajo y le doy la mano, pero desgraciadamente mi querida hermana ve a Jesus.
-¡Jesuuuuus!-corre hasta el la pequeña.
¿Y ella de que la conoce?
Jesus la coge en brazos y la abraza.
Es un amor con mi hermana, por lo que se puede ver.Me acerco a ellos y no los miro, solo clavo mi vista en mi hermana.
-Pero que guapa eres.-le dice la chica, acariciandole la mejilla.
-Me parezco a mi hermana.-dice, haciéndome sonreír.
-Si, la verdad es que si.-admite Jesus, guiñándome un ojo.
Le pongo cara de pocos amigos y le cojo a mi hermana.
-Nosotras nos vamos.-la miro.
-Un momento.-me para la chica.-¿Tu eres Alex?
-Alexia.-tenso la mandíbula.-Y si nos disculpáis, nos vamos.
No hacerme ilusiones.
Un consejo bueno para la próxima vez, venga.
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Quiéreme si te atreves. {Jdom}
FanfictionVamos a romper con los imposibles, que se puede.