Que a ti tambien te echo de menos.

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Alexia.

Exactamente doce días hace desde que ya no está, desde que todo se terminó. Desde que decidió que ya no me necesitaba, ya tenía bastante con ella. ¿Y que hay de todo lo que le di?
Me pregunto siempre.
Me quedé sin nada, perdí todo lo que era sólo por el.
Sabía que las posibilidades de tenerle, eran de una entre un millón, pero yo seguía luchando. Por todo. Luchando para que los kilómetros no pudieran con nosotros, para que el tiempo no nos alejase. No había segundo en que yo dejase de luchar. en cambio el, se cansó a mitad de camino, y yo no podía tirar por los dos sola. Y todo se fue viniendo encima poco a poco. Primero, dejamos de hablar como siempre, después, empezaron los celos, la desconfianza, las dudas. ¿Le querrá? ¿será sólo una más? ¿estará pensando en mi, o en ella? ¿de verdad me quiso? ¿Le importaré?
Esas preguntas me atormentan día a día.
Dicen que, cuando más duele el adiós, más grande es el amor. Entonces, puedo decir bien alto que le quiero, que me enamoré hasta las trancas de él.
Pero sé que cuando basta es basta. Me toca olvidarme de el, de sus besos, de du forma de tratarme. Sabia hacerme sentir especial y a la vez tan insignificante, joder.
Tendré que olvidar todo, cada abrazo, cada conversación, de esas que duraban horas y que parecían segundos, cada estremecimiento al verle, cada suspiro dado por el,cada canción, cada palabra y cada promesa. Sé que va a ser dificil pasar por esto.
Pero soy Alex, y soy fuerte.
Y se que puedo conseguirlo.

Miro al techo dando un suspiro.
Llevo diez días haciendo como si no pasara nada, saliendo a la calle con una sonrisa, comiéndome el mundo, y entrando a casa con lagrimas en los ojos.
Echándome a la cama y desahogándome como un día más.

Y las lagrimas comienzan a asomarse de nuevo, aunque intente reprimirlas.

Imágenes de cuando el estaba inundan mi mente.

Cada risa que daba, cada palabra, cada gesto, cada movimiento, cada sonrisa.

Y madre mía su sonrisa, eh.

Me aparto los pensamientos de la cabeza y consigo conciliar el sueño, aunque se que tengo una conversación pendiente con Victoria, y que no le puedo fallar.

...

Dani.

Entro en la habitación y puedo ver como mi hermano estudia biología atentamente ya que pronto tendremos examen.
Voy a ir a sentarme a mi escritorio pero le oigo absorber por la nariz y se que esta llorado.

-Tio.-suspiro.-¿Estás llorando?

-No.-niega.-Es que se me ha metido polvo de la distancia en el ojo.

Sonrío y me acerco a el.

-Te juro que cuando conozca a esa chica le reviento la cara.-me apoyo en sus hombros.-Tener la vergüenza de hacer eso solo por el simple echo de que quieras a Lexi.

-No solo es culpa de la niña malcriada esa.-admite.-También del malcriador, ¿sabes?

-Pepe no se esta dando cuenta de que sufres.-me pongo de cuclillas a su lado.-Se cree que Lexi es otra mas.

-Y no lo es joder.-se echa las manos a la cara.-Es mucho pedir pero.. ¿puedes llamarla y pones el altavoz? Quiero oír su voz.

Y sonrío asintiendo.
Cojo mi movil y un taburete y me siento a su lado.
Marco su numero y empieza a sonar.
Tardan unos minutos en contestar.

-¿Si?-da un bostezo.

-Lexi.-sonrío.-¿Te he despertado?

-Si.-bufa.-Y no me llames Lexi, por favor.

Miro a mi hermano y se que esta sacando las fuerzas de donde no las tiene para no llorar.

-Oye.-suspiro.-¿Estas bien?

Y se queda unos segundos en silencio, solo se oye su respiración.

-Si.-miente.-Genial.

-¿Seguro?-pregunta esta vez mi hermano, rezando porque no se de cuenta de que es el.

Le echo una mirada recriminatoria y luego centro mi vista en el teléfono.
Alex siempre ha sido muy lista para estas cosas.

-Jesus.-susurra.

Jesus me mira y niega con la cabeza.

-Soy Dani.-digo rápidamente.

-Ha hablado Jesus, no soy tonta.

-Ha entrado un momento y me ha preguntado si se donde están las llaves de la moto, he negado con la cabeza y el ha dicho mas fuerte lo de ¿seguro?.-me invento.-Ya se ha ido.

-Venga ya.-suspira ruidosamente.-Os conozco, chicos.

Nos quedamos los dos en silencio y sonreímos tristemente.

-Oye, hablad que ahora que me habéis despertado no tengo sueño.-se queja.

-¿Podemos ser amigos?-suelta rápidamente mi hermano.-No quiero perderte, enserio, no quiero.

-Claro.-dice ella desganada.-Siempre lo hemos sido, no echare a perder una amistad.

Y miro a mi hermano y le sonrío.
Alexia es una chica muy grande, y no puede estar sufriendo tanto.
Me duele a mi.
Y sobre todo le duele a el.

-Lexi.-hablo esta vez yo.-¿Vendréis en Semana Santa?

-Alex..-suspira ella.-Y no lo sé.
Es difícil, ¿sabes?

-Por favor, tengo ganas de verte.-le pido.

-Tienes ganas de ver a Vicky, mentiroso.-y se que esta riendo, aunque tristemente.

-Tienes razón.-ríe.-Pero eres mi mejor amiga, y también puedo tener derecho a echarte de meneos, ¿no crees?

-Eres increíble.-la oigo susurrar.

-Yo también quiero que vengas.-suelta Jesus, y minutos después se tapa la boca.-Osea digo, que vengáis, las dos, por Dani, no se si me explico.

-¿Que tu no la echas de menos?-le dice.-A Vicky.

-Mucho, aunque me haya llamado todos los insultos que se ha podido imaginar.-ríe el, desganado.-Y a ti.

-¿Que?-se extraña.

-Que a ti también te echo de menos.

Alzo la mirada y veo a mi hermano apunto de llorar, le tiendo una sonrisa y asiento firme.

-Iremos.-dice al fin.-Vicky lleva intentando convencerme toda la semana, y sabia que al final accedería.-y se queda callada unos minutos.-Le he puesto un mensaje a mi padre preguntándole y me acaba de contestar que si, ósea que iremos seguro.

Y no puedo evitar sonreír, y mira a Jesus, que también sonríe.

-Mejor será que llame a Vicky ya.-y se que de esta mordiendo el labio.-Hasta pronto, chicos, os.., bueno, eso, adiós.

-Te queremos Lexi.-digo.-Alex.-rectifico.-Hasta pronto.

Quiéreme si te atreves. {Jdom}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora