Si no quieres perderla.

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-¿Enserio quieres saberlo?-me giro a mirarlo, decidida y nerviosa.

Jesus me mira fijamente, me intimida.
Al final aparto la mirada, y sigo andando.

-Quiero saberlo.-dice, mirando el suelo.

Me quedo parada en medio de la calle.
Suspiro varias veces y levanto la mirada.

-Estaba enamorada de ti.-susurro.-Estuve enamorada desde que te conocí hasta que me fui.-me muerdo la mejilla.-Y no lo entenderás, son manías mías, pero me molesta que tontees conmigo y a la hora lo estés haciendo con otra.

Y dicho esto, fui andando hasta el instituto, dejándolo detrás, aturdido.

Noto sus pisadas acercarse de nuevo a mi y me agarra el brazo.

-No puedes enamorarte de mí.-me mira serio.

Ui, eso ha dolido.

-Pues me avisas demasiado tarde.-me suelto, y entro en el establecimiento, buscando a Vicky con la mirada.

Lo he echo.
Me he declarado.
Y el me ha dejado bien claro que no quiere nada.
Así que, habrá que ir olvidándose de el.
¿Y no dicen que como mejor se olvida es estando con otro?
Por intentarlo no pierdo nada.

-A ti te pasa algo.-me zarandea Vicky, sacándome de mis pensamientos.

-No es nada.-sonrío.-Es solo que he dormido mal, ya sabes, el labio me palpitaba.

Vicky rueda los ojos, y nos dirigimos a clase.
Cuando entramos me siento en mi sitio y observo a todos los chicos, buscando algún fichaje.

Uno guapo, uno feo, uno guapo, uno feo, uno horrible, dios, ese que se ponga una bolsa en la cabeza.

Fijo mi vista a uno que tengo al lado.
Es guapo, bastante.
Mmm.

Noto como me mira y me sonríe, me guiña un ojo y vuelve a la conversación que estaba teniendo con su compañero.

Minutos después aparece Mercedes y se me queda mirando.

-Tu.-me señala.-¿Porque no viniste ayer?

-Gracias por preocuparte Merche.-le sonrío.-Me caí y tuve que ir al medico.-señalo mi labio.

Me mira mal y fija la vista en Jesus.

-¿Y tú, Jesus?-le señala.

-Yo me peleé.-la mira, sonriéndole, con esa sonrisa que convence a cualquiera.-Dice la verdad, me la cruce en el medico.-me señala.

-Esta bien.-me mira.-Y ahora mas vale que atiendas, que la semana que viene ya tenemos examen.

Suspiro ruidosamente, concentrando la vista en el libro.

-Alex.-me susurra Vicky.-Me tienes que contar que hiciste ayer, pichona.

Sonrío levemente y le hago un gesto indicándole que se lo cuento luego.

-Tss.-me dice el chico de antes.
Me giro y lo miro, me sonríe y yo le correspondo a la sonrisa.-¿Que te ha pasado?

-Llame guarra a Ana.-susurro, haciéndolo reír.-Pero no pasa nada, no duele.

-Me alegro.-se ríe.

Vuelvo a intentar atender, y digamos que la clase se me hace amena.

Recojo los libros mientras suena el timbre que indica que tenemos que ir a gimnasia.

Educación física a segunda, valla mierda.

-No se si sabrás mi nombre.-se coloca el chico de antes a mi lado, mientras andamos hasta el gimnasio.-Aunque yo el tuyo si, eres la increíble Alex, ¿no?

-Increíble no se, pero si que soy Alex.-le sonrío.-¿Y tú?

-Pablo.-me sonríe.-¿Esta tarde tienes algo que hacer?

La leche que directo.

-De momento no.-río.-¿Por?

-Genial, paso a por ti a las cinco.

-Emm, vale.-accedo.

¿Por qué no?
Oye, el chico es guapo y majo.

Entro en el gimnasio y voy hasta Vicky.

-Tia.-alzo la voz, riendo.-¿Has visto a Pablo?-asiente.-¿a que es guapo?

-No esta mal.-se ríe.-¿Que estas tramando?

-¿Yo?-me río.-Nada, pero he quedado con el esta tarde.

-¡¿Que has echo qué?!-me agarra del brazo y me aparta a un lado.-¿Pero tu estas loca?-susurra.-¿Y Jesús?

-¿Jesús?-arqueo las cejas.-¿Que pasa con él?

-Estas enamorada de el.-me acusa en un susurro.

-Vale, ¿y qué?-alzo la voz.-El no me quiere, y no pienso arrastrarme.-le señalo.-Me lo ha dejado bastante claro antes, así que, déjame que intente olvidarlo.

Se ríe irónicamente.

-Sabes que no vas a poder olvidarle.-me vuelve a ahorrar para que no me valla.-Por dios Alex, has estado dos años separada de él y no lo has olvidado.

-Pero eso es porque no he querido.-la miro mal.-Y ahora, me voy.

*Narrador en tercera persona.*

Alexia anda rápidamente hasta el grupo de sus amigas mientras Vicky la mira decepcionada.

La rubia se dirige hasta los gemelos y agarra a Jesus del brazo, lo aparta y lo mira seria.

-Necesito que me respondas a algo.-lo mira.-Y mas te vale que me digas la verdad, porque si no puedes perder algo muy importante.

-Claro, dime.

-¿Aún estás enamorado de Alex?-lo mira a los ojos.

Jesus aparta la mirada y se echa las manos a los bolsillos.

-Por dios Jesus, soy tu mejor amiga desde que tenemos conciencia, me lo contabas todo.-suspira.-Me contaste que estabas enamorado de Alex y no le dije nada, aun sabiendo que ella de ti también.
Contéstame, macho.

-Vale, si, si.-suspira Jesus.-Pero la he cagado, Lexi me ha contado eso antes y... y le he dicho que no debería enamorarse de mi.-se rasca la nuca.-Yo la quiero, y no quiero hacerle daño, y es que he cambiado, joder.

-Cambiaste porque se fue y te rompió el corazón.-lo acusa.-Ahora ha vuelto y se te declara, y aun estando enamorado de ella tu orgullo te puede.-le pone las manos en el hombro.-Tienes que hacer algo, pretendientes no lo sobran, además, ya ha quedado con Pablo está tarde, así que, si no quieres perderla, yo haría algo.

Jesus se pasa la mano nerviosamente por el pelo y suspira.

-No quiero perderla.-admite.

-Si lo haces es porque quieres.-argumenta Vicky.-Suerte.

Quiéreme si te atreves. {Jdom}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora