Hay que solucionarlo.

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Jesus me mira atónito, y yo cierro los ojos intentando tranquilizarme.

-Ya me he desahogado.-suspiro lentamente.-Ya esta todo bien, todo correcto.

-No Lexi, nada esta bien.-me mira Jesus y se quita las lagrimas que han empezado a salir de sus ojos por algún motivo que desconozco.-Nada esta correcto, todo esta patas arriba.

-Yo lo veo todo bien.-intento convencernos a los dos.

-No.-niega.-No lo entiendes.-se despeina nervioso.-Yo...-bufa.-Necesito que tengas la mente abierta para escuchar lo que te tengo que contar.

-Esta bien.

-Te quiero.-suelta de repente, y algo en mi se enciende, y no se si es impotencia, pero empiezo a llorar y me levanto.

-No.-le digo.-No puedes decirme eso.-alzo la voz y voy hasta la puerta.-No es verdad.

Y salgo dando un portazo.

...

Jesus.

Mi hermano y Vicky bajan las escaleras a la velocidad de la luz al oír la puerta.

-¿A qué esperas?-dice Vicky.

-Ves a por ella tio.-me dice mi remando.-No la pierdas de nuevo.

Y le hago caso, salgo de casa y echo a correr detrás de ella.

-¡Lexi!-le grito.

Pero nada, no para.

-Oye.-le agarro de la mano.-Tienes que escucharme, por favor, hazlo.

-¡Es que no puedes decirme esto!-se quita las lagrimas.-¿Quién fue el culpable? Fui yo, ¿verdad? Dime, ¿qué hice mal? Si te di todo de mi, y más.-me señala y se que si sigue hablando empezare a llorar también.- ¿Recuerdas cuando no podíamos estar más de un día sin hablar? Todo parecía tan perfecto... Y ahora, no podemos mirarnos a los ojos sin tener que aguantar las lágrimas. Somos incapaces de pronunciar palabra sin que aparezca ese nudo en la garganta y unas ganas irremediables de abrazarnos y volver al principio.-y va bajando la voz, y mis ganas de llorar aumentan.-¿Has olvidado todas esas noches en las que hablábamos hasta las tantas? Las sonrisas al otro lado del teléfono, los calambres que recorrían mi cuerpo de la cabeza a los pies y las ilusiones al final de cada llamada prometiendo nos veríamos pronto.-se quita las lagrimas por decimoquinta vez.-¿Qué nos ha pasado? Ahora las palabras entre nosotros son frías, como las lágrimas descendiendo por mis mejillas al ver como lo perdemos todo, como las sonrisas ahora vacías, como mis manos sin las tuyas, como el otro lado de tu cama sin mi retorciéndome por tus cosquillas. El frío ahora predomina en mi vida, tus ojos eran esa luz que me daban calor cuando mi casa se encontraba junto a tus párpados. ¿En qué preciso momento sustituimos las mariposas en el estómago por las punzadas en el corazón? Todo era más fácil cuando sentía tu aliento en mi cuello, cuando me sentía segura entre tus brazos. Ahora todo carece de sentido, me siento pequeña, muy pequeña.-agacha la cabeza.-Nos quedaba tantísimo amor y, en cambio, solo dejamos salir al dolor.

Y no puedo evitarlo y la abrazo muy fuerte, y lloro en su hombro, como ella en el mío.
Y por fin puedo sentir de nuevo que somos uno, que estoy recuperándola, por muy difícil que sea.

-Por favor, déjame que te lo explique.-le acaricio la espalda con la voz entrecortada.-Créeme que te quiero, pero no lo entenderás hasta que no me escuches.

...

Alexia.

Me separo de Jesus y asiento con lagrimas en los ojos.
Y me duele porque el también está llorando.

-Haber.-me da la mano y hace que nos sentemos en un banco que queda cerca.-Es difícil, ¿vale?

-¿No hay otra, verdad?-susurro.

El niega con la cabeza y me aprieta mas las manos.

-Una chica, no se quien es, le contó a Pepe que estaba saliendo contigo, pero que yo era un mujeriego y eras otra ma, además de una mala influencia.-tensa la mandíbula y yo hago una mueca de dolor.-Pepe habló con ella, y como el ya sabia lo de mi hermano y Vicky, y que ya llevaban un año, dijo que a ellos no podía separarlos porque iban en serio.-aprieta los ojos.-La chica consiguió que Pepe me amenazara con dejarte o con dejar la música, porque como era un mujeriego, podría doler a las fans saliendo cada vez con una, no me dejo ni contarle que de verdad te quiero, ¿sabes?-y noto como se me rompe el corazón.-Creo que la chica es una fan o una conocida de Pepe, y según Dani, yo era su favorito y por eso me quería libre.-me acaricia la mano.-No te lo dije porque sabrías que era injusto y eras capaz de quemarle la casa a Pepe.-hace que me ría.-Pero quiero que lo sepas, quiero que sepas que te quiero.

Y no me resisto y lo beso, con ganas.
Con muchas ganas.

-Ahora habrá que solucionarlo.-sonrío.

-Ya,¿pero como?-pregunta.

-Nosotros lo sabemos.-sonríen Vicky y Dani, que acaban de desaparecer.

Quiéreme si te atreves. {Jdom}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora