Capítulo 5

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➳ •          Lorenzo


Las horas pasaban y los nervios me carcomían. Era normal de mi hermano Santino estar desconectado un tiempo, su trabajo así lo requería y yo estuve de acuerdo en la mayoría de las exigencias de su contrato. Pero ya era el quinto día que no daba señal alguna, y en nuestra casa comenzaba a notarse la inquietud.

-¿Podrías dejar de dar vueltas? No me dejas concentrar, y tengo que terminar este trabajo.-Farfullé pasando una mano por mi cabello. Levanté la vista de mi computador y observé con seriedad a Esther.

Iba vestida como siempre; algún vestido elegante y tacones a juego. Su cabello lucía inamovible y se las arreglaba para que el labial le durara durante todo el día. Entre sus manos delgadas llevaba medio cigarro, y su móvil.

Me observó incrédula y noté su mandíbula endurecer.

-Me importa poco tu asunto, por si no te has dado cuenta hay un padre de familia que no aparece ni contesta mis llamadas.- bufó volviendo a mirar en la pantalla.- Me niego a dejarme ser abandonada con esa niña.- Apreté mi mandíbula, continué tecleando con más rigidez. 

Nür tampoco merecía ser abandonada con ella.

Cruzó sus brazos y giró su cabeza hacia el ventanal frente a ella, por el cual se podía apreciar el camino de entrada. 

Algunos hombres rondaban el portón metálico y otros daban vuelta por el jardín. Dos mujeres uniformadas se encargaban de limpiar dicho camino, ya que las plantas se habían secado hace bastante y las nuevas que habían llegado a pedido de mi cuñada, requerían de cuidados. 

-No tiene sentido lo que dices, Esther.-

Volví a colocarme bien los lentes y continué con mi tipeo, ignorando los suspiros que se cruzaban cada tanto en sincronía con pisadas de tacón. Minimice el archivo que tenía abierto y abrí la app de vigilancia que tenía sincronizado tanto en el computador como en mi móvil.

Inmediatamente aparecen varias imágenes y las repaso, antes de seleccionar la que quiero.

 En ésta se muestra a Nür, en su sala de aprendizaje en el tercer piso, con la tutora contratada por mi hermano. La pequeña pelirroja ríe de algo juntando ambas manos en su boca, como queriendo evitar una carcajada escandalosa mientras la señorita Irwin niega con la cabeza en reproche. 

Tuerzo los labios en una sonrisa y siento más liviano el cuerpo. Una vez cerciorado el tema, vuelvo a retomar el archivo.

Ya por la noche, cuando nos encontramos listos en la mesa para cenar, la pequeña pregunta por su padre.

-Volverá pronto niña, sabes que tu papi trabaja mucho para que estés bien.- Esther intenta responder con una tensa sonrisa. Señala su plato y la insta a terminar. 

Nür mastica y aún sigue inquieta mirando en mi dirección, como esperando.

-Mas pronto que tarde cariño.-Le doy un rápido guiño y le sonrío de verdad. 

Intento también creer mis palabras, mientras cenamos en un habitual silencio. 

Ya para la madrugada, después de arropar a Nür y dejarla en su cuarto, vuelvo a la sala y tomo una lata de soda para beberla en el sofá.

Prendo la televisión y dejo un canal al azar. Estiro mi abarrotado cuerpo y luego me coloco más cómodo. 

En un par de horas llegarían las respuestas de mi reciente trabajo enviado como ingeniero de sistemas, en la empresa secundaria de mi hermano, de la cual estaba temporalmente a cargo. 

CORRUPTED ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora