Sinclair.
La camioneta aceleró perdiéndose entre polvo e hice un fuck you en su dirección.
Acomodé mi gorra y me di vuelta, comenzando el camino que me sabía de memoria.
Podía sentir la bruma de seriedad a mi alrededor, la gente se alejaba de mi camino sino es que agachaban la cabeza para no mirarme a la cara. Bien por ellos, no estaba de humor para una amena charla de vecinos.
Para distraerme un rato encendí mis auriculares y le di play a la primera canción. Al cabo de 2 canciones de The Beatles, comencé a notar la reja oculta por frondosos arbustos y me reacomodé el bolso en mi espalda.
Llegué a un portón principal y pisé el costado de la reja y luego de un clic, cedió abriéndose. Hice mi camino hasta la residencia notando el olor a canela y pasto húmedo.
Un peculiar maullido me recibió desde la azotea, donde el gato más horrendo de la existencia se creía dueño del mundo.
Mi madre y su gusto por rescatar basura habían traido a Stain al hogar hace más de 7 años. Ni siquiera sabía cuánto significaba en años gato pero el felino lucía como si hubiera pasado por la peor de las tormentas y se las hubiera arreglado para mantener un ojo en su rostro chato y tres patas funcionales.
-gatonstain gatonstain siempre feo el gato de frankenstain .- tarareé por lo bajo mientras buscaba las llaves en mis bolso. Cuando las hallé, luche con la cerradura e hice nota mental de aceitar las bisagras. Mi madre pocas veces era consciente de su entorno, si no tiene que ver con la química y sus variaciones y componentes, no le interesa en lo absoluto.
-Señora Anielka, ¿puede salir a jugar por favor?- pregunté en voz alta en dirección a la sala. Solté el bolso sobre el suelo y me quité la gorra, colgándola en un gancho. Mis zapatillas quedaron debajo y agradecí el contacto cálido del suelo flotante.
Una mujer de avanzada edad pero de porte fino, salió a recibirme con paso apresurado y una sonrisa de labios rojos.
Las canas en su cabello destacaban con elegancia las facciones del rostro. El labial destacando entre tanta palidez y prendas de tono apagado. Los tacones relucientes con el insoportable tac-tac en el suelo de madera.
-Mi querida Sinclair, te estaba esperando.- Anielka tomó mi mano y besó el dorso para luego colocárselo en la frente unos segundos.
-Ya, no seas así mamá.- revoleé mis ojos y me aparté. – Sabes que debes contestar otra cosa. Es por tu seguridad, lo ensayamos muchas veces.-
-Lo siento querida, me emocioné y ya. – cubrió sus mejillas y me observó atenta y ansiosa.
- De acuerdo, entonces... me puedes preparar un trago mientras, hay mucho que desempacar como verás.- ironicé. Continúe hacia la escalera alfombrada y subí con ganas de tirarme en una mullida cama.
- Tu cuarto está como lo dejaste, y la lavadora está encendida. No olvides poner tus gorras aparte o se maltratan cariño.-habló en voz alta desde abajo.
A los minutos entró con dos copas y una botella Valduero Lantigua. Me extendió una y procedió a llenarla con parsimonia. –Como siempre sé que tengo que aprovechar cada minuto juntas, ya que eres una muchacha ocupada y tu ansioso trasero te impide estar en un mismo lugar por más de dos días. -me reí sabiendo que tenía razón, sostuve su mirada divertida y sostuve la copa contra mi estómago por un momento.- Brindo por que siempre recuerdes a tu madre. Y que sepas que aquí es tu hogar. Y le agradezco a cualquier fuerza superior que sigas respirando y que cada día estés más fuerte y más sana. Más mujer y más capaz. De ésta misión y de las muchas otras con las que te honrarán. – asentí agradecida e incliné la copa.
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CORRUPTED ©
Misterio / Suspenso¿Puede el amor redimirte cuando no eres capaz de sentir? Para Sinclair Krevoryen, ser La Sombra del Líder del bajo mundo, es mucho más que tan solo cumplir órdenes. Con un legado que marca cada paso suyo, los orígenes del mismo pueden estar desdibuj...