Prólogo

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Las muñecas le empezaban a doler de estar atado a las patas del escritorio con el cinturón del señor Jeon, pero no podía importarle menos. Estaba desnudo y exhausto después de un castigo especialmente duro por su último mal comportamiento, incapaz de quejarse más pero preparado para ser utilizado como su muñeco.

Ahí estaba, tumbado, pretendiendo ser un buen chico, cuando sabía que desobedecía solo para tener toda su atención sobre él. Esta vez, le había acariciado la entrepierna sobre los pantalones en mitad de una reunión. La vez anterior, le mandó una foto de su pene desde el baño de la oficina. Y cada vez, el resultado era el mismo, el señor Jeon lanzándole una mirada de advertencia. Y eso solo significaba una cosa: Que iba a intentar disciplinarle otra vez.

La parte mala, es que nunca lo iba a conseguir. La parte buena es que nunca se rendía, haciendo disfrutar a Taehyung cada vez que lo intentaba. Estaba seguro de que había pensado en modificar las condiciones de su contrato para tener más maneras de darle sus más que merecidos castigos. Pero puede que aquella fuese la única meta que el absurdamente sexy, conocido playboy y poderoso CEO Jeon Jungkook no podía conseguir. Hacer que su torpe secretario se doblegase. Era hasta divertido. Surrealista.

— ¿Qué es tan divertido? No deberías estar sonriendo, estoy intentando enseñarte algo —La voz profunda del señor Jeon rebotó contra las paredes de su oficina mientras bajaba la cremallera de sus pantalones de traje, haciendo estremecer a Taehyung. Pero a pesar de todo, una pequeña sonrisa todavía adornaba los labios del secretario.

— Oh, lo siento, señor—respondió Taehyung. Y es que no podía decir lo que estaba pensando en ese momento. Estaba demasiado cansado para desafiarle otra vez.

— Abre la boca—susurró el señor Jeon en su oído—Más grande.

Y Taehyung obedeció, dejándole meter su enorme miembro en su boca, tan profundo que necesitó poner todos sus esfuerzos en suprimir las arcadas. Pero sabía que, llegados a ese punto, era mejor cumplir sus deseos. Sabía que el señor Jeon era un hombre justo, un hombre bueno incluso. Sabía que, en ese contexto y en cualquier otro, él recompensaba su buen comportamiento.

Así que Taehyung hizo su mejor esfuerzo para darle el placer que buscaba, y supo que le estaba volviendo loco cuando un suave gemido se escapó de la boca del señor Jeon mientras se mordía el labio. Y el propio Taehyung estaba tan excitado que su miembro inevitablemente empezó a dejar un rastro de humedad sobre su vientre.

— Buen chico. Maldita sea, estás siendo un chico muy, muy bueno—dijo el señor Jeon, y Taehyung no podía estar más feliz de escuchar aquello— Si me prometes que no vas a hacer ninguna otra estupidez, te soltaré las manos y te follaré como te mereces.

— Lo prometo—respondió Taehyung tan pronto como el CEO sacó su miembro de su boca.

— Lo prometo... —repitió el señor Jeon, frunciendo el ceño.

— Lo prometo, señor.

— Muy bien—respondió entonces el señor Jeon abriendo el cinturón, aún con su miembro rebotando sobre la mejilla de su secretario. Juguetonamente, Taehyung siguió lamiéndolo, feliz de poder moverse libremente después de una hora allí —Ahora, inclínate sobre la mesa y no grites, o alguien podría oírnos.

— Estoy tan cansado, que no creo que pudiese—confesó Taehyung, sentándose en el escritorio para intentar levantarse y obedecer su orden.

— ¿Estás bien? Podemos parar, cielo—respondió el señor Jeon, acariciando su cara y su pelo con cara de preocupación.

— ¡No! ¡No! ¡Déjeme complacerle! Lo quiero. No, lo necesito.

— A veces tan travieso, a veces tan dulce...—susurró el señor Jeon con ternura —Te recompensaré, ¿ok? Hoy he sido especialmente duro contigo.

Kim's secret [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora