Taehyung se despertó con el penetrante y molesto ruido de su móvil sonando. A ciegas, tanteó la mesilla de noche para intentar encontrar la fuente de aquella molesta canción que su mejor amigo decidió ponerse como tono de llamada eones atrás.
— ¿Qué quieres, Jimin? —preguntó Taehyung, aún con la voz ronca tras 10 horas sin decir una sola palabra.
— Taehyungie, ¿todavía estás durmiendo?
— ¡Pues claro que estaba durmiendo! Son las...bueno, son las 11 de la mañana.
— Estoy yendo a tu casa. Necesitas tener algo que hacer o vas a terminar discutiendo con niños de instituto en el chat de algún juego online.
Jimin y Taehyung se conocieron durante su adolescencia. Jimin era el misterioso bailarín de ballet que todo el mundo amaba y Taehyung...Taehyung solo era una de las personas que le miraban como si fuese un vaso de agua helada en mitad de un día de verano. Fue por él que empezó a bailar, fue su primer crush, y para su sorpresa, acabaron siendo pareja eventualmente.
Por supuesto, no duró para siempre, pero Taehyung siempre recordaría con cariño su primer beso, y que con él descubrió las cosas que le gustaban en la vida y en el sexo en un entorno seguro. Y tenerle como amigo incluso después de tantos años era como un regalo para él. Jimin apoyaba su locura, sus días tristes, sus días felices, y cuidaba de él cuando Taehyung temía volver a caer en una depresión de nuevo.
Taehyung se levantó de la cama con el tiempo justo para ponerse un par de pantalones de deporte y encender la cafetera antes de que Jimin entrase por la puerta de su apartamento. El año anterior, cuando su depresión fue a peor, su amigo le obligó a darle una copia de las llaves por si acaso las necesitaba, pero Jimin las usaba para entrar como si esa fuese su casa también. Y Taehyung estaba perfectamente de acuerdo con ello. Al menos, siempre llamaba antes de entrar por si acaso estaba con alguien.
— Taehyungie, cariño, apestas. Horriblemente. ¿Cuántos días llevas sin darte una ducha?
— Cuatro, por el momento. ¿Para qué?
— Para buscar otro trabajo. Cariño, odiabas el otro, te pagaban el salario mínimo y trabajabas más horas de las que habías acordado por contrato.
— Lo sé, pero... No he estudiado, no estoy calificado para otro tipo de trabajo, Mimi. Lo sabes. Y saber que no soy bueno ni siquiera para ser poco más que un esclavo ni es demasiado motivador, para ser honesto.
— Mi empresa está buscando administrativos, secretarios y cosas así. Por favor, aplica.
— Jimin, ¿estás loco? Soy terrible con los números y tengo cero capacidad de organizar ni siquiera mi propia vida. ¿Cómo voy a trabajar de secretario?
— Aprendes rápido, y necesitas un trabajo. Y pagan absurdamente bien, ahí tienes tu motivación. Por favor, por favor, te lo suplico. Solo inténtalo. Conozco al tipo de Recursos Humanos que hace las entrevistas. Déjame ayudarte, cielo. Sé que mereces algo mejor que estar moviendo cajas por el resto de tu vida.
A pesar de que Taehyung no estaba de acuerdo en que podía hacer trabajo administrativo, asintió con la cabeza. Al verlo, Jimin saltó de alegría mientras daba una palmada de entusiasmo. Y es que Taehyung podía lidiar con muchas cosas, pero hacer a su mejor amigo infeliz no era una de ellas. Incluso cuando era un chismoso, era molesto y a veces quería matarle con sus propias manos, le quería con locura. Y sabía que él también le odiaba a veces, pero eso no le había impedido salvarle y patearle el culo cuando lo había necesitado.
— Tienes la entrevista en cuatro horas, así que date una ducha o dos para eliminar ese horrible olor a sudor y Doritos, y ponte tu mejor camisa—dijo Jimin, sonriéndole mientras intentando mostrarse arrepentido, pero fallando miserablemente.
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Kim's secret [TERMINADA]
FanficJeon Jungkook es un hombre arrogante e insufrible, famoso por ser uno de los más implacables CEOs de Korea del Sur. Todo el mundo sabe que solo tiene una debilidad: las cerezas. Pero desde hace unos meses, eso no es totalmente cierto. Ahora, Jeon Ju...