Capítulo 8- Premio

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Mientras Taehyung miraba por la ventanilla viendo pasar las calles de Seoul frente a sus ojos no sabía qué pensamiento le estaba abstrayendo más de la realidad, si la conversación distendida que había tenido con el hombre que había insistido en que le llamase "Jungkook", o el hecho de que ese mismo hombre fuese a darle un premio que no creía merecer.

Para el señor Jeon (o para Jungkook, ya no sabía quien era quien) parecía fácil cambiar de un registro a otro, pero para Taehyung todo era mucho más confuso. El señor Jeon era su jefe y su amo, y saber cuando podía ser ofensivo dirigirse a él informalmente era difícil de determinar. Y claro, era divertido provocar su ira como amo de vez en cuando, pero tras el castigo que le dio la última vez, no quería cometer errores sin darse cuenta.

Al llegar al edificio del CEO, Jungkook sacó del maletero la bolsa que Taehyung había llevado, y por mucho que Taehyung insistió en llevarla él mismo, lo único que consiguió fue que el hombre alejase cómicamente la bolsa de él con una mano mientras que con la otra rodeaba su cintura para dirigirle al ascensor entre risas. Cuando las puertas se abrieron, Jungkook se dirigió escaleras arriba, arrastrando a Taehyung con él tirando de su mano.

— ¿Qué...qué es esto? —preguntó Taehyung al entrar, mirando a su alrededor.

— Esto es algo que he preparado para ti, muñeco—respondió el señor Jeon en su oído, haciendo que un escalofrío recorriese la espalda del secretario.

Las sábanas de la cama que conocía bien habían sido cambiadas por unas de raso negro. Taehyung se acercó a acariciarlas, descubriendo que eran tremendamente agradables al tacto. Sobre la mesilla, reposaba un pañuelo del mismo material y unos enormes auriculares de aspecto profesional. Los amarres que el señor Jeon había utilizado con anterioridad con él estaban a la vista, asomando por las esquinas del colchón. La pequeña mesita, que usualmente estaba en una esquina del dormitorio junto con el sillón de lectura, estaba junto a uno de los lados de la cama.

— Quiero recompensarte no solo por tu buen comportamiento conmigo, sino por haber soportado tan obedientemente tu último castigo. Siento que fui demasiado estricto contigo debido a mi enfado.

— ¡No, señor! Entiendo que cometí dos errores graves, y merecía toda su ira. No debe recompensarme.

— Perdona, pero ¿quién es el amo aquí? —preguntó el señor Jeon, levantando una ceja—Soy yo quien decido cuando te debo castigar y cuando premiarte. No lo olvides.

— Lo siento, señor. No volveré a contradecirle, señor.

— Así me gusta —dijo el señor Jeon, acariciando su cara con cariño. Instintivamente, Taehyung apoyó su cara sobre la palma de la mano de su amo, buscando su contacto—Buen chico.

Lentamente, el señor Jeon guio los pasos de su sumiso hacia el borde de la cama, haciendo que se sentase sobre ella y situándose junto a él. Con los ojos llenos de orgullo, el señor Jeon volvió a acariciar su rostro una vez más, mirándole con intensidad antes de volver a hablar.

— Maldita sea, eres tan precioso...—musitó el amo.

— Gra...gracias, señor—respondió Taehyung, sintiendo cómo se sonrojaba.

— Quiero probar algo contigo, algo que sin duda te hará disfrutar, pero que no está explícitamente en nuestro contrato. ¿Sabes lo que es la deprivación sensorial?

— ¿Vendarme los ojos? —preguntó Taehyung.

— Sí, ese es un buen ejemplo, pero me gustaría llevarlo un paso más allá—explicó el amo— Se sabe que cuando te privan de algún sentido, el resto se intensifican. Así que quiero darte una sesión de placer solo para ti, privándote no solo de la vista, sino también del oído y parte del tacto, ya que te ataría las manos. Mi objetivo es inducir que entres en un estado de trance similar al que alcanzaste el viernes, pero sin hacerte sufrir.

Kim's secret [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora