Capítulo 14 - Demostración

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Hasta hacía apenas unos meses, Jungkook aborrecía los viernes. Durante la semana, la emoción de los negocios le mantenía ocupado, y aunque no podía ser él mismo completamente debido a que tenía que guardar las apariencias frente a sus subordinados, al menos podía hacer algo que le hacía feliz. Pero al llegar a su casa, la soledad le atenazaba como una enredadera en torno a su corazón. Su mejor amigo Namjoon solía estar demasiado ocupado viajando en sus giras por todo el mundo como para poder hacer planes con él más de un par de veces al mes, y el resto de los amigos que había tenido durante su vida habían intentado aprovecharse de él, o no sentía ningún tipo de sintonía con ellos más allá de pertenecer al mismo estrato social. Pero ahora, cada viernes significaba poder tener más tiempo para disfrutar de la compañía de Taehyung, y para él eso era un regalo impagable.

Al principio, solo se quedaba alguna noche durante la semana, teniendo la precaución de llegar en coches separados al trabajo al día siguiente. Otras veces, Jungkook le dejaba en su apartamento a primera hora de la mañana para que pudiese prepararse e ir por su cuenta. Pero lo que empezó como una noche a la semana, pronto se convirtió en dos, tres... Y desde que Jimin supo de su relación poco convencional, Taehyung ya no tenía que dormir la noche del sábado al domingo en casa, permitiéndoles disfrutar de 48 horas de fin de semana en una burbuja de risas, buenos ratos y sexo desenfrenado.

Aquella noche de viernes, Jungkook tenía capricho de pollo frito y cerveza, así que pidieron a domicilio al llegar del despacho, y aprovecharon el tiempo de espera para asearse y cambiarse de ropa por otra más cómoda. Taehyung pidió ser el primero en ducharse, a lo que el CEO aceptó sin problema, aprovechando el tiempo para colocar los platos y los cubiertos que usarían sobre la mesa de comedor. Al ver llegar a Taehyung a la cocina vestido con una camiseta de su armario, claramente demasiado grande para su cuerpo delgado, Jungkook no pudo evitar sonreír mientras un burbujeo nacía en su estómago por la emoción. Como pudo, lo disimuló abriendo la puerta de uno de los armarios de la cocina para que le tapase la cara, pero aun siendo capaz de mirarle por la rendija de las bisagras.

Sus largas piernas apenas estaban tapadas por su camiseta, y sus pasos delicados apenas parecían hacer crujir las maderas de la tarima. Su pelo, aún algo húmedo, enmarcaba su rostro con sus pequeños mechones, y ya empezaba a formarse su ondulación natural en las puntas. Pero lo peor de todo, era que el secretario no parecía ser consciente de lo absolutamente irresistible que se veía para él. Al pasar frente al sofá donde el otro se había acomodado, Jungkook no pudo resistir la tentación de besar la parte alta de su cabeza, recibiendo un pequeño gruñido de conformidad y una risita por toda respuesta.

Por su parte, Taehyung sentía que podía acostumbrarse a aquello. A las muestras de cariño sin explicación, a las noches de comida chatarra y películas de baja calidad, a la amistad con el CEO. Por supuesto, aquello suponía tener que enterrar cómo cada una de esas muestras de cariño hacía que su corazón se acelerase por las emociones que desencadenaba en su interior, quitarse de la cabeza la palabra "cita romántica casera" o el deseo de que fuese algo más que una amistad algún día. Pero él sabía que no podía ni soñar con algo más que aquello. Que aquello era mucho más de lo que merecía alguien como él.

Su pedido llegó al mismo tiempo que los pasos de Jungkook sonaban en su camino descendente por las escaleras. A pesar de que el secretario trató de acercarse él mismo a recogerlo a la puerta, el CEO no le dejó, empujándole con cariño pero contundencia, invitándole a sentarse a la mesa para esperar a que él lo preparase todo.

Cortésmente, el dueño de la casa abrió todos los paquetes y puso su contenido en los distintos platos que había preparado con antelación, para que de esa manera estuviese un poco más presentable. Al terminar, Jungkook se sentó en la mesa frente a Taehyung y agarró un trozo de pollo para comer. Como ya era costumbre, una conversación distendida comenzó de forma orgánica entre ellos mientras comían. Ya habían devorado la mitad de lo que había en la mesa, cuando Jungkook vio que Taehyung estaba callado y con el ceño fruncido, batallando con dos hojas de perilla pegadas entre ellas.

Kim's secret [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora