Capítulo 4 - Cerrojo

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El olor a masa de tortitas quemada y chocolate llenaba el apartamento de Taehyung como cada domingo. Daba igual que preparase siempre lo mismo cada semana, que siempre se las ingeniaba para hacer mal algún paso: Se olvidaba de añadir el huevo, la masa quedaba cruda o intentaba innovar cambiando ingredientes. El resultado, siempre era una catástrofe gastronómica tras la que juraba que no volvería a intentarlo. Propósito que rompía siete días después, cuando Jimin aparecía con una caja de fresas para sobornarle, y alguna excusa para que le hiciese el desayuno en su día de reglamentaria resaca.

— ¿Qué tal te ha ido la semana en el trabajo? ¿Ya te ha tocado mucho los cojones el señor Jeon? —preguntó Jimin, acercándose a él por la espalda.

— No lo suficiente, te lo aseguro —respondió Taehyung soltando una pequeña risa, sabiendo que su amigo no entendería el doble sentido.

Jimin abrió la nevera para sacar de ella los innumerables frascos con distintos siropes y añadidos para ponerle a su desayuno mientras seguía hablando. Con una sonrisa aún prendada en los labios, Taehyung sacó la última tortita del fuego y la puso sobre el plato antes de llevarlo a la mesa, donde su amigo ya había servido un café para él y un té con leche para Taehyung.

— Han contratado a un chico adorable en el departamento de marketing —anunció Jimin.

— Uy, uy, uy... Eso suena a que se acabó tu época de citas online...Los dioses de internet parece que te han oído.

— No te apresures tanto, ni siquiera he sacado el valor para hablar con él... lo único que sé es que se llama Hoseok y que es muy amigo de Yoongi.

— ¿Quién? —preguntó Taehyung, untando un poco de dulce de leche en su tortita.

— ¡Yoongi! El jefe de Recursos Humanos al que me follé en la cena de Navidad. ¿No te acuerdas de que al día siguiente tenía un morado en la espalda con la forma del cerrojo de la puerta del cubículo del baño donde...?

— Ya me acuerdo, ya me acuerdo... —interrumpió Taehyung, poniendo los ojos en blanco.

— Pues he pensado en decirle que me lo presente, pero a lo mejor es un poco incómodo. Lo cierto es que no volví a llamarle a pesar de que me dijo que lo hiciese, me dio un poco de miedo lo de tener un lío de oficina con un jefe.

— ¡Anda! ¿Y por qué? —respondió a la defensiva Taehyung.

— Porque nunca terminan bien esas cosas, es una ley universal.

Taehyung se retorció sobre el asiento con incomodidad, sintiéndose aludido por lo que decía su amigo. Apenas habían pasado unos días desde que había firmado aquel contrato con el señor Jeon, y solo habían honrado su contenido al día siguiente de formalizarlo. Pero saber la opinión de su mejor amigo sobre ese tipo de relaciones le hizo sentir involuntariamente juzgado.

— Bueno, dependerá del contexto, si quedan claros los límites...

— ¡Sigues teniendo un crush con el señor Jeon! —exclamó Jimin, señalándole con el dedo y echándose a reír.

— Ni confirmo ni desmiento—respondió Taehyung, mirando hacia otro lado con una sonrisa juguetona en los labios.

— Olvídate de eso, hermano, no te lo vas a follar.

— Bueno, ya veremos...—murmuró Taehyung, fijando su mirada en la cucharilla mientras revolvía el contenido de su taza.

Jimin no podía saber su secreto, por mucho que le quemase por dentro esconderle algo así a su mejor amigo. No solo era el equivalente gay y rubio a Pepito Grillo, sino que además el Sr. Jeon había sido muy claro en las cláusulas del contrato: Absolutamente nadie podía saber lo que estaba pasando entre ellos, o tendría que pagar una multa. Una multa que, por supuesto, no podría pagar, aunque tuviese doscientas vidas para trabajar. Pero es que, aunque pudiese contárselo, Taehyung sabía que su mejor amigo nunca aceptaría que tuviese un contrato sexual con alguien, no hablemos de que ese alguien fuese el CEO de una de las empresas más poderosas de la nación, y el jefe de ambos.

Kim's secret [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora